2.1

3.7K 122 32
                                    

Arrastro mis pies mientras mis lágrimas corren por mis mejillas, a veces no entiendo a Dios ¿Por qué permite que estas cosas sucedan?

Me da vueltas en la cabeza el momento en el que todo sucedió, personas vestidas con traje de aislamiento, guardia nacional, recuerdo que me pincharon el brazo, muestras de saliva, lo próximo que pude hacer fue tomar mi laptop el celular, mis documentos, meterlos en un bolso y ahora es todo lo que me acompaña mientras camino sin rumbo por las calles de mi vecindario, no sé cuánto tiempo he caminado, tampoco me importa, de pronto choca de bruces contra mí una pequeña niña, cae al suelo.

- ¡Mamá! - grita desde el suelo y me agacho a ayudarle.

Acto seguido siento que un par de manos me impiden llegar hasta ella y una mujer, supongo que la mamá de la pequeña entra en mi campo visual.

- ¡Stella! ¡¿Por qué haces eso?! ¿No entiendes lo que está pasando? ¡Te puedes contagiar!

Volteo a ver a la persona que me sujetó, un guapo chico ojos azules, la angustia se refleja en su rostro.

Miro a la mamá de la niña

- No se preocupen, no estoy contagiada, me acaban de hacer la prueba - les eneño el brazo en donde tengo un brazalete que así lo indica.

- Disculpa, es que ahora no se sabe - dice la señora un poco angustiada y la pequeña Stella no para de llorar, miro su rodilla y está sangrando.

- Mira su rodilla ¿Qué hacemos? - le pregunta al chico a mi lado claramente angustiado.

- Yo la puedo curar, estudio último año de medicina, así no corren ningún riesgo al llevarla al hospital ¿Tienen kit de primeros auxilios?

- Si, ven conmigo - me guían hasta el porche de la casa y allí le curo la herida a la pequeña Stella, es sólo un raspón, sin embargo toda la familia se reúne a mi alrededor, están preocupados.

- Estará bien, es un raspón - les digo una vez termino de limpiar.

- Gracias - dice su madre y abraza a la pequeña.

- Soy Ariana por cierto - le digo sonriendo, se siente bien haber hecho una buena obra con esas personas.

- Yo Carly, ellos son mis hermanos Chris y Scott, ella es mi madre Lisa, y mis otros dos pequeños.

- Hola a todos.

- Gracias Ariana - dice Chris a mi lado, el fue quien sujetó mis brazos para que no tocara a la niña, pensé que era su papá, su cara me resulta extrañamente familiar, me regala una sonrisa y por Dios, es la sonrisa más bella que haya visto, me desconecta durante un momento de la realidad.

- Ariana querida - la señora Lisa me regresa al ahora - ¿Quieres una taza de café?

- Si, claro, muchas gracias.

Se retira las dos damas, Scott y Chris se quedan a mi lado.

- ¿Eres de por aquí? - pregúnta Scott.

- Si, vivo a algunas cuadras de aquí, la verdad es que no sé a cuanta distancia, creo que he caminado demasiado.

- ¿Ibas a algún lugar? - pregúnta el segundo hermano, recordándome mi temible realidad.

- No, lo que sucede es que comparto residencia con otras dos chicas que estudian conmigo, pero nuestra casa ha sido acordonada por ser foco infeccioso, hay muchos casos en esa manzana, a mi me dejaron por fuera porque estoy sana.

- ¿Tienes a dónde ir? ¿Familia cercana? - pregúnta Scott.

- Están en Texas, aquí vivo sola.

One Shots Chris Evans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora