Llego a la fiesta a la cual mi amiga tan insistentemente me invitó, una cena de celebración de Halloween, no es precisamente mi fiesta favorita del año, sin embargo, no quise negarme un poco de diversión y a decir verdad fue divertido elegir el disfraz que ahora llevo puesto, de enfermera, pero debo ser algún tipo de enfermera zombie, porque mi vestido está chispeado de sangre, llevo una peluca de cabello largo grisáceo, distinto a mi original negro, y el toque final es el maquillaje con ojeras acentuadas.
Observo a mi alrededor la impecable decoración, mientras saludo a algunos invitados, me siento un poco nerviosa, no sé si él estará aquí, mi amiga no quiso decirme porque sinceramente no sé si seré capaz de verlo, no después de todo lo que ha pasado entre los dos.
Finalizo de recorrer la casa, saludando a las personas que conozco, hay muchas otras que no, me sorprende un poco la gran cantidad de invitados a lo que según Sara era una "pequeña fiesta"
Además de la impresionante decoración, un poco escalofriante, tengo especial cuidado en no acercarme demasiado a una "Casa Embrujada" a las orillas del bosque en el cual se encuentra el patio de la casa de mi amiga, de la escalofriante decoración cuelgan fantasmas y un gran esqueleto en cuyas cuencas oculares se encuentran unos penetrantes ojos que te observan fijamente, decido alejarme en cuánto una brisa fría acaricia mis extremidades descubiertas y doy media vuelta para regresar al cálido interior de la casa de mi amiga.
En cuanto mi cuerpo se gira, tropiezo con alguien, mi ojos se posan en unos trazos de un tatuaje que se me hace demasiado familiar, siento como mi garganta se seca cuando levanto la mirada desde ese torso conocido para encontrarme con una amplia y preciosa sonrisa seguida de unos ojos azules brillantes que me observan com calidez.
Allí está Chris, Evans ¿mencioné que era él del que estaba tratando de esconderme? De huir de sus encantos que me tienen totalmente eclipsada y del que me enamoré como una tonta.
- Preciosa.. - me saluda con un beso en la mejilla y rodea mi torso con sus brazos, aspiro de su olor, a cipres intenso, de inmediato me siento una completa inútil ante el hecho de estar tan increíblemente atraída hacia todo lo que ese hombre hace, que parece imposible que pueda tener algo de autocontrol en su presencia, aún y cuando se ha portado como un verdadero imbécil conmigo.
- ¿C-como estás Chris? - le pregunto aclarandome la garganta, sintiendome estúpida y posiblemente roja como un tomate.
- Bien, no sabía que vendrías, mírate te ves super sexy.
- Gracias... Tú disfraz está super original - alcanzo a visualizar su chaleco, y sus brazos desnudos atrapan toda mi atención, luego de darle un vistazo a todo su atuendo regreso la mirada a sus ojos que me miran apremiantes.
- Sabes que siempre me gusta ir por los clásicos.
- Cocodrilo Dundee ciertamente lo es - afirmo - Aunque su chaleco suele estar abierto.
No no no ¿Por qué rayos dije eso?
Inmediatamente su sonrisa se torna pícara y sus ojos se oscurecen
- Hay mucho frío aca como para eso, pero quizás más tarde puedas abrirlo tú misma.
Me quedo sin aliento, sin saber qué decir, siento mi boca ligeramente abierta y me recuerdo cerrarla.
- ¡Chicos! - Llega a mis oidos la voz de mi amiga Sara, llega a nuestro lado - ¿Ya entraron a la casa embrujada?
- No - respondemos al unísono.