Correr volvió a mi rutina después de meses de haberlo dejado atrás. Un recorrido fue trazado hace días atrás y ahora quería introducirlo a mi rutina de ejercicio. La primera semana de octubre se había ido velozmente y ahora junto a Gunther nos planteamos nuestros vestuarios para la coreografía. Ambos queríamos algo sencillo y que se hiciera con rapidez ya que no contábamos con tanto tiempo para hacer algo más producido. Propuse la tienda de la señora Blanca y aunque a Gunther le gustó la idea me trajo a la realidad cuando me dijo que estaba demasiado ocupada y que si queríamos algo debíamos pedirlo con tiempo, el cual no teníamos.
Subí un poco más la música que se escuchaba por mis auriculares. No quería quemar mi cabeza escuchando la música del programa, sin embargo, cuando Edrick preparó la mezcla de canciones que queríamos utilizar y las unió perfectamente en una sola pieza, no podía dejar de reproducirla. La música de aquellas canciones eran las que estaban en nuestra rutina y sonaban en armonía dejando que cada una pudiese lucirse a la perfección. Era música divertida y en una parte lenta, que se unía perfectamente a nuestra coreografía.
Un mensaje interrumpió mi música y me paré para contestar.
Benjamín: Edrick no quiere que vayamos al trabajo.
Darya: ¿Qué sucedió?
Benjamín: Hay un torneo de natación.
Benjamín: Mucha gente en el club.
Benjamín: Razones de seguridad, no quieren que haya tantas personas.
Darya: Comprendo, avísame si hay algún cambio.
Retomé un poco lento mi trote. Corría cerca de casa y no por mucho tiempo, vigilar a Adal todavía seguía siendo mi prioridad. Las cosas seguían yendo bien, no podía negar que tenía miedo que eso pudiera llegar a cambiar.
La notificación de otro mensaje interrumpió la música y me detuve de nuevo para saber de qué trataba.
Gunther: ¿Qué te parece el color azul?
Darya: ¿?
Gunther: Para nuestros trajes.
Gunther: Simone encontró una modista y según ella trabaja bien.
Darya: ¿Por qué azul?
Gunther: No me hagas decirlo.
Darya: Apúrate y dímelo.
Gunther: Porque combina con mis ojos.
Rodeé los ojos ante aquello. Al mirar la hora había perdido algunos minutos, gruñí porque solo quería estar acostada en mi cama y no pasarlo en el frío de la mañana.
ESTÁS LEYENDO
Sueños sobre hielo
Novela JuvenilDespués de un trágico accidente que convierte la pasión de Darya, el patinaje sobre hielo, en un doloroso recuerdo, su vida da un giro inesperado. Determinada a encontrar la esperanza en medio de la oscuridad, se embarca en un poderoso viaje de auto...