Epílogo

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La luz del sol entrando por su ventana era molesta, quería seguir durmiendo, que Harry la apagará, así que espero y espero, pero tras unos largos minutos eso no paso, así que decidió abrir sus ojos y levantarse para cerrar las persianas.

Pero mierda, tan pronto abrió los ojos entró en pánico, no podía ser verdad, no podía ser un sueño, no podía ser solo una fantasía, el pánico lo invadió al ver a su alrededor la habitación que tenía en casa de su madre, no podía ser.

-No! No, no puede ser, despierta! Despierta!

Intento golpear su rostro, intento pellizcar su brazo y jalar su cabello, pensando que así despertaría pero no, nada cambiaba el seguía ahí en su cama, en su cuarto lleno de pósters, no podía ser verdad, no podía y solo para verificarlo se levantó y se miro en el espejo para confirmar lo que tanto temía, el aún tenía 19 años, el aún era un adolescente con el corazón roto, el aún estaba en ese bronceado cuerpo sin su precioso cabello largo, sin su delineado y tatuado cuerpo, pero lo peor de todo, sin su esposo, sin su precioso rizado, estaba sólo en su habitación.

-No...por favor no...por favor...no puede ser un sueño...dónde está mi chico?...donde estás Hazza?....por favor...no...yo

El llanto fue incontrolable, las lágrimas caían como cascadas por sus mejillas, se sentía derrumbado, devastado por no tener a Harry a su lado, por no tener al hermoso hombre de rizos que tanto amaba, no estaba a su lado diciéndole lo hermoso que era y cuánto lo amaba.

-Por favor no...por favor...yo lo necesito...yo lo amo...

No sabía que hacer, no sabía que clase de pesadilla era esa, solo se dejó caer en el suelo para abrazar sus rodillas y llorar desconsoladamente pidiendo por qué Harry viniera, porque lo buscará, porque estuviera a su lado y lo abrazara y le dijera que todo estaría bien, que estarían bien juntos, rogaba con todas sus fuerzas por el rizado, gritaba desesperado por tenerlo y que no fuera un sueño, lo anhelaba, se negaba a creer que todo había sido un sueño, no podía ser un sueño, no pudo tener un sueño tan lúcido como para imaginar que tenía una vida junto a Harry, no podía ser mentira que Harry había vuelto y lo había enamorado, no podían ser mentira sus besos, sus abrazos, sus caricias, sus canciones, no podía ser mentira que el amor de su vida estuviera ahí, no podía ser una farsa que le hubiera hecho el amor tantas veces, que no se hubieran casado con el, no podía recordar esa clase de sueño, no pudo imaginarse como aquel chico rizado había cambiado, no, no podía ser un sueño, no podía.

Su incredulidad y el amor que sentía por Harry era mayor al desesperante hecho de no ver a Harry a su lado, que decidió tomar su teléfono y llamar a Harry, marco el número que tan bien conocía, pero no hubo respuesta, ningún mensaje, nadie al otro lado, intento llamar varias veces, lo hizo, pero no, no había respuesta y nuevamente sintió su pecho estrujarse, sentía como todo lo que amaba le era despojado de su manos para luego destrozarlo y rasgar su cuerpo con aquellos trozos, otra vez las lágrimas corriendo y la única solución que pudo hallar fue llamar a Anne y preguntar por aquel rizado, por su esposo, al llamar efectivamente hubo respuesta y la voz de la mujer lo hizo recobrar cierta calma, así que comenzó a hablar.

-Anne! Anne por favor dime qué vinimos con Harry y el salió a comprar algunas cosas, por favor dime qué mi esposo está contigo.

-Lou...de qué hablas? A qué te refieres? Tu esposo?

-Anne! Por favor! Ayer yo estaba con Harry nos casamos, tú estabas ahí, todos estaban ahí y...solo dime dónde está Harry?

-Lou...cariño...no sé que tomaste pero Lou, Harry se fue, Harry está en Barcelona, Harry se fue, recuerdas? El te...

-NO! NO! MIERDA! NO PUEDE SER!

Cortó la llamada y tiro su teléfono contra la pared mientras gritaba y lloraba desesperado, mientras su corazón se rompía en mil pedazos sin poder creer que seguía siendo un adolescente con el corazón roto, sin poder creer que Harry lo había dejado, que Harry no estaba, que había estado tan ebrio o tan drogado o quizás tan dolido que había imaginado una vida junto a Harry, a Harry pidiendo perdón, a Harry enviándole cartas, a Harry haciéndole el amor, a Harry besandolo, a Harry diciéndole cuánto lo amaba, a Harry trabajando con el y dedicándole sus canciones, a Harry con Olivia, ni siquiera conocía a Olivia, ni siquiera entendía como era posible que hubiera soñado a ambos en un altar, no podía y como última medida desesperada dio un grito como ningún otro.

Solo Aprendí a Vivir Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora