Tocando la puerta

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El mariscal apresuró el paso en busca de calmar al dragón pues si entraba en locura el ejército entero sería destruido sin problema.

- ¿Qué sucede?

- No lo sabemos señor, Exitium simplemente empezó a mostrar inconformidad, ya se le ofreció comida y la devoró pero sigue así, intentamos con una segunda ración pero no funcionó.

- Hm, ¿Qué sucede Exitium? ¿Por qué estás así?

El dragón miró al mariscal, su ojos demostraban inquietud como si algo se acercara, algo con la suficiente fuerza como para hacer que un dragón berserk tuviera miedo y buscara refugio, el mariscal ante esto se acercó buscando calmar a la bestia pero inmediatamente alzó vuelo y se refugió en una caverna cercana.

- ¿Pero qué acaba de pasar? - Preguntó incrédulo el mariscal.

- Creo que cuando la puerta se abra algo muy fuerte estará del otro lado esperando, aunque puede que sea una suposición estúpida y solo reaccione a la cantidad de maná pues es similar a la de nuestro monarca.

- Puede que eso sea, de todas formas hay que evitar que se vuelva loco por lo menos aquí en el campamento, en el campo de batalla será útil.

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- ¡Hey mira esto!

- ¿Qué pasa?

- La concentración está aumentando, la atmósfera parece intacta.

- Parecen auroras boreales.

- Sí, solo que no se pueden ver a simple vista.

- Bien, más datos que escribir para el reporte.

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- Nueva variación, la densidad general aumentó aunque la onda sigue activa, ciclos de cada media hora a quince minutos.

- ¿Qué te dijo el gobierno?

- Que mantengamos la vigilancia, se lanzó una alerta por posible mega puerta y todos los cazadores retirados han sido avisados de la amenaza.

- No sé que pensar, si es falsa entonces nos preocupamos por nada, pero si se vuelve real entonces será otra destrucción masiva.

- Y que lo digas, bueno sigamos con esto.

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- Calma, calma. - El mariscal continuaba con sus intentos de calmar a Exitium. - ¿Qué sucede?

El dragón solo mantenía unos inquietos ojos sus pupilas se dilataban pero cuando eso pasó el mariscal, al igual que el ejército entero lo sintió, la masiva concentración de maná como si de una tormenta se tratase por lo que el mariscal salió corriendo al campamento.

- ¡Prepárense, puede que la puerta se abra pronto!

Los soldados empezaron a equipar sus armaduras, afilar sus espadas, lanzas y flechas, los escudos se separaban y repartían entre las tropas; y los magos preparaban sus reservas de maná, los comandantes de las legiones estaban al frente con sus estandartes en alto y atrás de ellos sus legiones, los auxiliares a los costados siendo arqueros y caballería, el ejército estaba formado y listo para el combate, esperando a que la se terminara de formar.

Un Monarca entre héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora