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- Lamentó mucho molestarte, Jack

- Ya te dije que estaba bien, Markie, no me molesta tener a Gael hasta que estés libre

- Está bien.. Muchas gracias, Jack

- Nos vemos esta noche

Pasa saliva finalizando la llamada y toma sus llaves para después dirigirse hacia la escuela del pequeño cachorro de su amigo sintiéndose ansioso.

Había estado organizando algunas cosas para el restaurante cuándo Mark lo llamo, esa semana se habían visto poco ya que él había estado de un lado a otro contactando a algunos conocidos de conocidos hasta lograr establecer una base de contactos para suministros, así que no se había sorprendido cuándo Mark lo llamo debido a que ya se les había hecho costumbre hablar todos los días o verse.

Su amigo le había dicho que los demás estaban trabajando a excepción de él que había renunciado a su trabajo, el primer día había entrado en pánico porque no podía creer qué había hecho eso y cuándo Mark le medio grito por eso se sintió peor, pero cuándo comenzó a tramitar todo sobre el restaurante se dio cuenta que fue la mejor decisión porque les iba a llevar demasiado tiempo tener todo listo si solo podían dedicarle unas horas a la semana.

- Buenas tardes

Saluda a las mamás que esperaban a sus hijos fuera de la escuela del pequeño Gael y se concentra en tomar respiraciones profundas para controlar el nudo en su garganta.

- Dada!

Aleja todos los recuerdos de su pequeño Andrew cuándo escucha la vocecita de Gael y se baja a la estatura del pequeño atrapándolo cuándo salta sobre él escondiéndose contra su pecho.

El niño era hermoso y demasiado tierno para su corazón sensiblero, el niño era mucho más pequeño de lo que había sido su hijo por lo que podía hacerse una bolita y esconderse en su pecho como una pequeña pulga, cosa que le encantaba porque era sumamente adorable. Sus ojos eran iguales a lo de su amigo, llenos de curiosidad y una inocencia que iluminaba su día.

- Hola pulga!

Comienza a caminar hacia su auto con el niño entre sus brazos que no lo había soltado en ningún momento, presionando un sonoro beso en la cabeza castaña del pequeño haciendo que levanté su cabecita.

- Que pasa? ¿Está todo bien?

Sube a su auto sentándose en el lugar del copiloto cuándo ve los ojitos húmedos del niño, sintiendo su corazón romperse lo abraza con ternura.

- To tiste

- ¿Porque, corazón? ¿Qué sucede?

- No reno amiditos.. Pote ro reno Ada

Contiene el aire por un momento antes de besar la frente del niño frotando una mano en su espalda haciéndole mimos.

- Pero tienes un Papi muy bueno, cariño y él te quiere mucho muchísimo.. Y eso es todo lo importante, ¿entiendes?

- Ti

Frota sus pulgares en las mejillas abultadas del pequeño limpiando sus lágrimas notando la tristeza en sus ojitos.

- Seteto?

- Si, corazón, secreto.. Ahora, ¿tienes ganas de pintar?

- Shim!

Ríe asintiendo y mueve al pequeño a la sillita que no había sacado de su auto antes de moverse a su lugar, coloca música en volumen bajo para escuchar a Gael cantar alegre mientras conducía hasta el local. Cuando llegan baja al pequeño y le quita su uniforme poniéndole un pequeño mameluco que había comprado especialmente para el cachorro.

- Tienes hambre?

- Do, pira pira!

- Okay okay

Suelta una risa abriendo las ventanas para iluminar todo el local antes de ir a la cocina seguido por el cachorro, mira las paredes que estaban pintadas de blanco y mira al pequeño.

- Te daré colores y puedes pintar tus manos por toooooda la pared, okay?

Prepara algunos recipientes con pintura de colores para Gael antes de ponerle un pañuelo en el cabello de la misma forma en la que se había cubierto el suyo, deja libre al pequeño que comienza a correr feliz de un lado a otro pintando sus manos por todas partes mientras él terminaba de pintar la "sala" como Mark llamaba el espacio al que había declarado como suyo.

- Dio Dada

- ¿Si, pulga?

Deja de pintar para ver a Gael que estaba de pie en la puerta con la ropa y el rostro lleno de pintura, su ceñito estaba fruncido.

- Ru deres ed mi Ada?

Lentamente se baja del banquillo para sentarse y atraer al niño a su regazo, lo mira fijamente intentando entender.

- No entiendo, pulga

- Ru mi Ada?

- Cariño.. Es.. Yo..

Los ojos del niño brillaban de una manera que habían cautivado su corazón, quizá estaba mal y hablaría de eso con Mark en cuánto lo viera, pero en ese momento no podía romper la esperanza que tenía iluminada el rostro del niño.

- Si, pulga..

Sonríe cuándo el pequeño deja un beso antes de salir corriendo de nuevo, la alegría haciéndolo rebotar como un pequeño conejito.

Quizá no estaba bien haber aceptado que el pequeño lo llamará así sin haber hablado con Mark antes porque podía generar incomodidad en el Omega o confusión en el niño pero no podía romper la ilusión del niño.

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Ada = Padre  

De corazón a corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora