MUSE❝ kth

Capítulo veintiocho

CAPÍTULO VEINTIOCHO

—Lo siento— digo— pero llevo mucho tiempo intentando deshacerme de la presencia de Sarang en mi vida y habían pasado meses en los que lo logré, ahora, con el problema de la musa revelado, incluso le pedí a mi representante que resolviera todo sin que hubiese necesidad de que nos reuniéramos, eso también se pudo— mi mirada va de uno en otro— acepté venir y hablar con Jason porque lo sentí correcto, pero no puedo ceder a más que eso, no tengo ningún compromiso o responsabilidad emocional con Sarang, así qué, no es mi deber ayudarla o velar porque suelte toda la verdad sobre cómo ocurrieron las cosas, pues parece que cada versión es peor a la anterior y si ese es el caso, prefiero quedarme con mi visión de los hechos.

Creo que eso podía resumirse con un simple; no quiero saber nada de esta persona, no me interesa y si tengo que enterarme de lo que me sucede, que siga siendo vía mensajes, porque no planeo verla o hablarle nunca más.

Quiero que todo deje de tratarse de ella. Esta es mi vida y estoy dejándola pasar hablando de ella.

Suho asiente, sonríe de labios sellados y se pone de pie.

—Tienes toda la razón. Creo que ya hiciste suficiente solo viniendo a aclarar el panorama con Jason, nosotros nos encargaremos de todo lo que tenga que ver con mi hermana y su... problema con las mentiras.

—De todas maneras, creo que ya están tramitando la orden de alejamiento— cosas de Kendo, cosas que son muy necesarias, todos nos ponemos de pie y Jason me ofrece su mano, la tomo aunque sigue siendo raro— Gracias por venir, no te molestamos más.

—No es nada, buena suerte. Denle mis saludos a Michael, hace mucho no hablo con él.

—Seguro se muere cuando se los dé, pero lo haré— Suho centra su vista en Blue— ahora, abusando un poco de la situación... mi esposa me mataría si no le llevo alguna fotografía.

—¡Claro!— Suho me entrega su teléfono— Toma varias.

Y esto termina conmigo siendo fotógrafo.

•••

—Woah, se siente como que se acabó.

Opino igual, de hecho, me siento menos pesado, como nuevo. Confié en que Young le reportó todo a Kendo, así que solo llegamos a casa, Happy se fue a dormir y como aquí nunca hay nadie, pues me quedé con Blue en su taller.

Le regaló su chaqueta a Suho para que se la llevara a la niña y otros accesorios. Llegó solo con la camiseta y jeans.

—Muy bien, levanta— obedezco, ahora soy maniquí— el verde te queda bien.

—Ahora sé que habrá verde en mis próximas prendas.

—Muy listo, Kim. Me conoces.

La miro, un poquito preocupado.

—¿No somos demasiado empalagosos? No sé si eso esté bien.

—Está perfecto— desocupa sus manos, entonces me abraza— Eres para mí. Ya está, podemos ser cursis.

—Por supuesto que dirías algo como eso.

Extraño tener tiempo para estar juntos haciendo cualquier cosa, ahora, no hemos podido ni dormir más de tres horas abrazados como mínimo y a mí me encanta el calor que emana su cuerpo. Nos besamos y de nuevo, cada beso es distinto, es como subir de nivel, con cada roce de labios, Blue me gusta más.