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-Creo que deberíamos ducharnos -dijo Baji

-Si... el baño está por ahí, yo .... cogeré unas toallas.

Baji se metió en el baño y al rato se escuchó el grifo de la ducha. Chifuyu cogió las toallas y entro también. La cortinilla estaba puesta y no podía verle.

-¿Vas a quedarte ahí parado todo el tiempo o vas a acompañarme? -la cabeza del moreno se asomó y lo miraba seriamente.

-No, ya voy.

Se unió a la ducha, pero se quedó fuera del radio del agua, detrás de Baji, que continuaba con su ducha. Los nervios volvieron a hacer efecto en el rubio, después de todo lo que habían hecho...

Cogió una pastilla y de jabón y comenzó a enjabonarse sin estar mojado. Baji se giró y lo miró extrañado.

-Perdona, no te estoy dejando agua -lo dijo mientras pasaba su brazo alrededor de Chifuyu y lo acercaba a él para después ponerlo a justo debajo del chorro.

Nunca había sentido esa vergüenza con sus antiguas parejas. Tampoco había sentido nunca lo que sentía por ese hombre. No llegaba a entender como pensaba y eso lo hacía volverse inseguro de todos sus actos.

Chifuyu dejó que el agua le cubriera y unas manos llenas de jabón comenzaron a rodearlo al mismo tiempo que cubrían su cuerpo con espuma. Baji se le frotaba la espalda, los pectorales, el abdomen.

Se paseó también por su culo, sus muslos y luego abrazó sus brazos.

Ahora ambos se encontraban bajo el chorro, disipando el jabón de sus cuerpos durante el abrazo.

Sus miembros volvían a estar duros. Chifuyu notó el de Baji en su trasero. Parecía no tener suficiente de él. Llevaba tanto tiempo deseándolo que ahora no lo iba a dejar estar solo con lo que habían hecho.

Antes de que Chifuyu pudiera dar el paso y actuar, Baji lo agarró por la nuca y puso su cara contra la pared de la ducha. Una bomba de calor explotó en el estómago del rubio, eso lo había puesto muy cachondo, sobre todo porque no se lo esperaba.

Baji había sido muy dulce y tierno antes y ahora lo agarraba con fuerza. Chifuyu tenía las manos apoyadas en la pared y la espalda arqueada, dejando su culo en pompa a disposición del moreno.

Con una mano aun aferrándose a su cuello utilizo la que le quedaba libre para introducirle de golpe dos de sus dedos y empezar a meterlos y sacarlos con rapidez.

El calor de Chifuyu aumentó, se mordía los labios para aguantarse los gemidos. Baji sacó los dedos e introdujo su pene de una estocada. Más calor. Ahora las dos manos bajaron para colocarse en las caderas y poder sujetar al rubio mientras lo embestía con fuerza.

Las embestidas mantenían un ritmo salvaje, seguramente Baji podría seguir así el día entero. A Chifuyu le había dolido al principio, pero el placer que sentía era con diferencia muy superior.

Chifuyu gemía y gritaba, no podía contenerse más, ya no le importaba nada, no le importaba lo que pudiesen pensar los vecinos o lo que pensase Baji, tenía que disfrutar eso al máximo.

Cuanto más gritaba más fuerza ejercía Baji.

-Chifuyu... no sabes como me estas poniendo... -el rubio quería responderle, pero no podía, sus embestidas ahogan sus palabras y solo le dejaban gemir.

Cada vez era más intensas, el rubio no entendía como aquello podía ir a más, pero lo agradecía. El nivel subió hasta el punto de no retorno y ambos se corrieron. Chifuyu dejo su huella en la pared y Baji en su interior mientras se desplomaba sobre su espalda.

-Lo siento... me he pasado un poco. ¿Te hice daño?

-No... ha sido... impresionante -los dos jadeaban rendidos.

-¿Te ha gustado más que el de antes? -pregunto Baji.

-Esta noche, toda, esta siendo la mejor de mi vida.

Los dos salieron y se secaron con las toallas.

Fueron al cuarto y se tumbaron en la cama.

-Quiero que seamos novios -dijo Baji de pronto.

-Ya lo habías dicho antes.

-No con esas palabras, y quería que quedase claro.

-Me encantaría que fuésemos novios.

Baji lo abrazó y Chifuyu le siguió el abrazo. Todo estaba siendo perfecto, ese hombre era perfecto para él. Se taparon con la sabana para poder dormir, desnudos.

Antes de poder cerrar los ojos, el rubio noto como un iceberg se aparcaba bajo sus piernas.

-¡Estas congelado!

-Caliéntame.

-¿Cómo puedes tener los pies tan fríos después de lo que hemos hecho?

-Siempre los tengo fríos.

-¡Pero deja de arrimarlos!

-No seas así... tu estás muy calentito, comparte.

-No puedo dormir así, ¡quita de ahí!

Se pelearon un rato, Chifuyu le apartaba los pies y Baji se los ponía cada vez en peores sitios. Hasta que el moreno se puso encima y le agarro por las muñecas.

-Ahora no puedes hacer nada -dicho esto, empezó a besarle el cuello y del cuello paso a la boca. Baji podía ser muy persuasivo cuando se lo proponía.

Cuando Chifuyu se estaba empezando a calentar, el moreno pasó y volvió a tumbarse para abrazarlo. Se había salido con la suya y ahora el rubio le calentaba los pies con los suyos.

teach me { bajifuyu }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora