Me costaba un poco respirar por el vigor en los aplastantes besos que me daba, mis manos temblorosas abandonaron sus fuertes hombros y ahora lo abrazaba completamente por la espalda, su firme torso se frotaba conmigo y la sensación era opresivamente sofocante, sus caricias eran rudas, agresivas e intensamente ardientes, después de todo, es Bakugo.
-Tan suave... –Susurró con un leve jadeo sobre mi cuello mientras acariciaba sin pudor alguno mi muy sensible punto. Su tibio aliento recorriendo sobre mi mandíbula hacía que los vellos se me erizaran.
-Katsuki... -Gemí llevando la cabeza hacia atrás, todo mi cuerpo temblaba ante sus implacables dedos en mí.
-Tan húmeda... -Podía sentir que aumentaba la fricción, presionando aún más hacia mi interior obligándome a que arqueara la espalda a más no poder.
-Ah... –No podía evitar soltar gemidos. Yo, conocía perfectamente mi punto de placer, pero recibir el mismo deleite por parte de alguien más era totalmente diferente. Él sabía cómo tocar a una mujer, mis piernas temblaban descontroladas a su tacto.
-¿Tanto me deseas? –Succionaba con vehemencia la piel expuesta de mi cuello. Podía sentir su barbilla rasurada arañando suavemente contra mis pechos.
Restregaba de forma lenta y afanosa sus largos dedos contra mis pliegues, hundiéndose cada vez más debido a mi excitación, su húmeda lengua paseándose sobre mis erectos pezones hacía que ya no pensara en nada más que no fuera él, sus manos, sus besos, su fornido cuerpo aplastándome.
-Katsuki, por favor... -Pude articular tratando de incorporarme y encontrar sus ojos.
-Dime... -Su voz aireada en un susurro solo hacía que mi cuerpo reaccionara más a él, se recargó en su codo tomándome de los cabellos y acalló mis reclamos con un apasionante beso.
Lo abracé del cuello, tomando entre mis dedos sus hebras blancas, su beso reclamaba todo de mí, sus dientes mordían mis labios deliciosamente y su lengua luchaba por dominar toda mi boca, sus caderas golpeando apretadamente a mis glúteos, sus dedos haciéndose espacio entre mis estrechas paredes hacía que todo mi cuerpo deseara más, más de él. Caliente, Bakugo transmitía calor, estaba asfixiándome con todo el placer que me provocaba. Hincándose de rodillas en aquel sofá, retiró sus dedos de mí y arrastrando sus caricias por mis piernas tomó las orillas de mi ropa interior y se llevo consigo, lo vi erguirse jadeante tomando los bordes de su remera en la cintura y tirando de ella por sobre la cabeza. Una punzada atravesó mi pecho. Verlo así, agitado con una fina capa de sudor cubriéndolo, algunos mechones pegados a su frente, su pecho subiendo y bajando, con el torso desnudo marcado por su cincelado abdomen y espigados brazos, aseveró el hecho de que Bakugo Katsuki era peligrosamente atractivo.
Se inclinó nuevamente hacia mí y vi cómo sus grandes y ásperas manos tomaban mis piernas colocándose entre ellas, tomó mis manos y las llevó por encima de mi cabeza, mis pechos sobresalían por la abertura de mi vestido y él no reparó en saborearlos nuevamente, deslizó una de sus manos por mi costado llegando hasta uno de mis pechos, la tomó y pellizco suavemente mi pezón haciendo que una corriente surcara por todo mi cuerpo.
-Katsuki... -Estaba flotando nuevamente.
-Me gusta –Dijo con una sonrisa contra mis senos.
-¿Qué...? –Apenas y podía hablar. Se estiró hasta mí.
-La forma en cómo dices mi nombre –Sus ojos parecían tener un brillo más intenso.
Me besó nuevamente, suave, sin prisa, movía sus caderas contra la mía provocando que leves gemidos salieran de mi boca, mi sensible punto rosaba con la tela de sus jeans que a duras penas trataba de ocultar su prominente bulto, estaba a su merced, aflojó el agarre de mis manos y dejó que lo abrazara. Apoyó ambos brazos a mis costados y mordisqueaba mis labios, era delirante, su respiración estaba agitada al igual que la mía, sus embates y mis gemidos en respuesta eran una muestra de cuanto deseábamos el uno al otro.
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Herida y Bálsamo
FanfictionNo puedes enamorarte de él -Me repetía una y otra vez tratando de convencerme, mientras me perdía en sus besos.