Esos ojos rojos me traspasaban. ¿Vivir juntos? ¿De verdad me está pidiendo vivir con él? Su respiración seguía agitada, pero su mirada era tranquila, los espasmos de hace unos instantes aún permanecía en nosotros y esos labios tentadores hacían que mis latidos se desenfrenen, pero de alguna manera estaba en calma.
Vivir contigo, Katsuki? -Pregunté llevando mi mano a su rostro.
-Sí -Respondió soltando un poco de aire -No falta mucho para que terminemos la academia, cuando acabe, ven conmigo -Pidió.
Su mirada era serena, no había vacilación en sus ojos ante lo que estaba proponiendo.
-Está bien -Respondí mirándolo a sus ojos.
Sonrió con cierto brillo en esos ojos carmín, lo noté un poco más relajado, se hizo un poco para atrás ayudándome a colocar mis pies sobre el suelo, jaló mi mano y me condujo hasta la ducha.
-Te ayudo -Dijo haciéndose a un lado mientras tomaba un jabón.
-Eres mucho más gentil de lo que aparentas -Dije tomando el jaboncito de sus manos.
-Solo porque eres tú -Expresó y un leve sonrojo se hizo presente en sus mejillas.
Tomamos un reconfortante baño, aunque para mi gusto hubiera preferido un poco de agua caliente, tibia al menos, pero el señor de las explosiones se bañaba en agua fría, fue gentil ayudándome con el baño, era difícil creer que sus grandes y toscas manos se deslizaran suavemente por mi cuerpo. Aún era temprano en la mañana, Bakugo me había dado una de sus gigantescas remeras para usarla en la casa y como estas me quedaban a medio muslo, solo llevaba las bragas abajo.
Ya iban a ser las 08:00hs de la mañana cuando él decidió preparar el desayuno, lo veía entretenido cortando las verduras y para ser él, se encontraba de muy buen humor. De mi parte, simplemente me pidió que lo observara, agradecí internamente puesto que luego de caminar un poco por la casa noté el ligero mal estar entre las piernas, no podía caminar tan derecho como de costumbre y el rostro se me encendía al recordar el porqué de esta situación, así que me comprometí a lavar los trates una vez terminado el desayuno.
-¿Tienes planes hoy? -Preguntó revolviendo el contenido de una sartén.
-Mmm... No, estoy contigo ¿Tenemos planes?
-Tenemos planes... -Sonrió suavemente, era extraño y casi encantador verlo sonreír de forma dulce.
No crees que es mucho arroz? -Pregunté cuando lo veía colocar el arroz a hervir.
-Es solo para mí -Sonrió de forma burlona, ya volvió el Bakugo de siempre. -Según recuerdo, estabas a dieta ¿O quieres?
Eso me molestó un poco, por supuesto que estaba a dieta y por supuesto que quería probar el arroz que él preparara.
-Dijiste que no te importaban las dietas, que era una tontería de las chicas -Reclamé con un puchero.
-Y lo mantengo -Volteó nuevamente a la hervidora revisando el arroz.
No me invitarás el arroz porque me veo gorda? -Dije un poco dolida.
-No –Dijo acercándose a la butaca donde estaba sentada –No te invitaré porque tú crees que estás gorda.
Con su porte era amenazador pero sus palabras eran bonitas.
-Si quiero arroz -Dije observándolo con una sonrisa.
-Entonces -Dijo acercando sus labios suavemente a mi mejilla, dejó un beso -Te invitaré un poco.
Caminó de regreso a la hervidora mientras volvía a revisar una de las otras cazuelas, mi rostro estaba suavemente enrojecido, él era impredecible, cruel hasta el punto de herir y tan dulce como para hacer sonrojar a una chica.
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Herida y Bálsamo
ФанфикNo puedes enamorarte de él -Me repetía una y otra vez tratando de convencerme, mientras me perdía en sus besos.