Capítulo XV

400 28 28
                                    

No hay formas de describir la velocidad en la que había salido de entre las mantas e ir a abrir aquella puerta, y allí estaba él, el causante de todos mis pesares en estas solitarias tres semanas, vestido aún con su traje de batalle, cargado en el umbral de la puerta podía ver el brillo de sus ojos y esa sonrisa de lado que tanto odiaba haciendo de bienvenida. No lo pensé ni un segundo y lo abracé con fuerza, debía cerciorarme de que no fuera un sueño simplemente y que tenía en frente al Bakugo a quien tanto extrañé.

-Eres un tonto, maldito idiota -Las groserías eran lo suyo y siempre quise decirle estas palabras, pero las lagrimas no se hicieron esperar y brotaban como si no fueran a terminar mientras lo abrazaba con más fuerza.

-Soy tu idiota, tonta -Dijo con esa voz socarrona que lo caracterizaba.

Sentí sus brazos rodearme la espalda y estirándose un poco alcanzó mis labios. Cómo había extrañado esos arrebatos suyos, recibí sus besos con desespero. En medio de aquella oscura habitación finalmente me sentía completa nuevamente, tomándolo del rostro y sus cabellos, apenas podía creer que estaba aquí conmigo, el sabor de sus labios, el calor de su cuerpo, la fuerza que ejercía en su agarre en mi cintura, su olor... Todo de él me embriagaba, lo ansiaba tanto.

-Ochako -Susurró contra mis labios al separarse de mí.

-Te extrañé, te extrañé mucho -Confesé acariciando sus mejillas mientras más lágrimas rodaban por mis mejillas, no podía evitarlo. Estaba tan feliz.

-Prometiste que no ibas a llorar -Dijo acariciando mis labios con su pulgar y secando mis lágrimas con la otra mano -No me gusta verte así -Su voz serena me traspasaba, hacía que todo en mi pecho se volcara. Lo abracé nuevamente.

-Es tú culpa -La voz se me quebraba, sus labios volvieron a los míos con una suave caricia, con un brazo en mi espalda y la otra aún en mi rostro dio un par de pasos pasando el umbral, levanté los brazos hasta su cuello disfrutando de la cercanía de su cuerpo en su ceñido abrazo, al pasar mis manos por la parte superior de sus hombros lo escuché soltar un quejido.

-Estás herido -Lo miré asustada.

-No es nada -Dijo tomándome de la cintura nuevamente.

-Déjame ver tus heridas -Pedí tratando de evitar sus besos -Por favor...

Dio un suspiro pesado y sin ningún pudor se quitó la camisilla y el arnés que llevaba puesto, caminé hacia la puerta nuevamente encendiendo las luces, por fin podía verlo claramente, se vía cansado, exhausto, el traje de batalle estaba hecho polvo, en su torso podía observar algunos rastros de sangre y se lo veía ligeramente más delgado.

-Necesitamos curar tus heridas -Dije aproximándome nuevamente a él y con las manos temblorosas me puse a inspeccionar una herida en su pecho, la que parecía más grave.

-Solo te necesito a ti -Dijo aspirando de mi entre el cuello y mis cabellos al tiempo que me abrazaba.

-Katsuki -Lo llamé, estaba completamente recargado sobre mí -Katsuki, ve darte un baño, yo traeré el botiquín para limpiarte esas heridas ¿Está bien?

-No hace falta cara redonda -Pidió desde su posición.

Me solté de él y tomándolo de la mano lo conduje hasta su baño.

-Por favor, Katsuki -Pedí dejándole un beso en la mejilla -Déjame cuidarte esta vez.

Cerró los ojos y se inclinó levemente a dejarme un beso en la frente. Lo abracé suavemente tratando de no dañar las heridas que estaban expuestas, luego se soltó quedamente y accedió a darse un baño.

-Te dejaré ropa aquí -Lo avisé mientras lo oí abrir la ducha.

Salí de la habitación y fui directamente la sala comunal. Desde que Ricovery Girl murió se volvió una norma mantener un botiquín de primeros auxilios en cada ala de la U.A. ya que no contábamos con un héroe con la habilidad de regenerar, a no ser por Eri, pero aún no manejaba su poder. Aproveché y fui hacia la cocina y tomé un bol de ramen instantáneo, por fortuna este era con mucho picante, herví agua a medida y lo vertí en el bol, tomé unos palillos y un cuenco y junto al botiquín regresé a la habitación.

Herida y BálsamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora