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La pelirrosa veía al hombre frente a ella sin mostrar alguna emoción, el rubio mantenía su cabeza abajo mientras ella apoyaba su cabeza en su mano izquierda, la cual estaba apoyada en su escritorio.

— Hija mía...

— No soy su hija — corrigió la mujer con una voz fría — dejé de serlo hace ya varios años — informó.

— Lo sigues siendo, tanto tú como tú hermana pueden volver a la finca cuando quieran — dijo el hombre mientras alzaba la mirada pero solo se asustó al ver la mirada fría que daba la pelirrosa.

— ¿Volver? ¿Para qué? Yo ya tengo mi lugar aquí, como esposa y Duquesa, en todo caso la única que iría sería mi hermana, pero jamás lo permitiré — dijo mientras se ponía de pie.

— Hija...

— ¿Vienes a mi por tu amor de padre o por mi posición y el dinero de mi marido? — preguntó ella mientras se acercaba.

— Yo...

🔹🔹🔹🔹🔹🔹

Tiempo atrás...

Daila era reconocida por ser hermosa, inteligente y perfecta, era una digna dama de la Emperatriz Navier.

Quizás lo único extraño que tenía la dama era su forma de ser y su pasado, pues ella era muy seria, y ocultaba siempre lo que sentía, todos pensaban que esa actitud era causada por su pasado, pasado que nadie conocía, a excepción de la emperatriz.

— Su majestad — la pelirrosa hizo una reverencia perfecta.

— Daila, ¿Cómo va todo? — le preguntó la emperatriz mientras se acercaba y hacia que la pelirrosa alzara la cabeza.

— Bien, la señora Clarisse cuida muy bien de Kira, así ya no tengo muchas preocupaciones — respondió la menor con una sonrisa — muchas gracias por su ayuda — dijo mientras hacia otra reverencia.

— Sabes que lo hago por mi cariño hacia ti y hacia ella — sin poder evitarlo, Daila sonrió agradecida.

Navier había sido quien las había salvado cuando Daila huyó de su hogar a sus apenas diecisiete años junto a su pequeña hermana de tres añitos, al no tener nada, la pelirrosa dormía en cualquier lado, pero según ella era mejor eso que estar en un lugar donde atentaban con tu propia vida.

Pero un día, la emperatriz las encontró, y cuando vio a Daila descubrió quién era, pues aunque la madre de la pelirrosa había fallecido y salido poco, ella pudo conocerla, y el parecido que tenía Daila con la Vizcondesa era increíble, se apiadó de ambas menores y las llevó con ella pera atenderlas, después de que la mayor de las hermanas le explicara la situación, Navier decidió tomar a Daila como su dama de compañía y le dió una habitación para que Kira estuviera allí, aunque al ser muy pequeña necesitaba de alguien que la cuidara, como la pelirrosa no quería dejarla con nadie, casi siempre estaba la pequeña con la emperatriz, cosa que solo hizo que la mayor se encariñara más con la menor, con el tiempo, y gracias al dinero que ganaba, pudo comprar una pequeña casa cerca del palacio en la cual se mudó a la semana de haberla conseguido, pero por su trabajo como dama tuvo que acceder a dejarla al cuidado de alguien, como Navier adoraba a la niña, se tomó la molestia de buscar una niñera para Kira, curiosamente una plebeya de mediana edad se acercó para ver si podía trabajar como la nana de la niña, al minuto se ganó a Kira y Daila, la investigaron y cuando vieron que no era un peligro la contrataron, y hasta el momento, Clarisse seguía siendo la niñera de la pequeña.

Secret » [Ergi Claude]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora