Capítulo 28

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La cabeza me da vueltas y siento un dolor punzante en las sienes, las masajeo tratando de aliviar la molestia, no debí de beber tanto.

- Buenos días – dice emocionado Brayden.

- Por favor, pues hablar más bajo, la cabeza me quiere reventar – intento levantarme de la cama, sí, de la cama, así como lo lees, al parecer ya he superado mi miedo a dormir en ella o eso, o mi nivel de embriaguez me ha dejado dormir, el caso es que se ha sentido bien, siento mi espalda como nueva.

- Nunca te había visto así de borracha – coloca frente a mí una bandeja con tostadas, zumo de naranja y unas aspirinas, agarro las pastillas y me las tomo junto con el zumo.

- ¿Dónde estabas ayer? – pregunto dándole una mordida a mi tostada, tengo mucha hambre.

- Decidimos ir a ver a papá – es la única explicación que me da.

- ¿Y Petróva? – bebo un poco de zumo.

- Le di el día libre, debe de venir hoy en la noche – dejo la tostada en su lugar, siento náuseas.

- ¿Y tu madre, ha vuelto contigo?

- Sí – otra oleada de náuseas me azota, retazos de la conversación que tuvieron ayer me llegan.

- ¿Qué querías decir con eso de que pronto estaremos lejos de todos?

- Quiero que empecemos una vida nueva, alejarnos de todo esto, quiero poder mirar a mi alrededor y no tener miedo de que alguien te lleve de mi lado, por eso mamá nos está ayudando, quiere vernos felices como cuando nos conocimos – me mira intensamente, entro en pánico – Dentro de dos días nos mudaremos a Francia, siempre quisiste vivir allí, quería que fuese una sorpresa, pero es tanta la emoción que siento que no me lo he podido guardar para mí mismo, ¿qué me dices amor? – su sonrisa es amplia, está esperando una respuesta, no puedo darle una. Mi frente comienza a sudar frío, tengo que hacer algo para no irme, si me llego a montar en el avión, adiós a mi hijo, adiós a Dysnei, adiós a todos, no puedo permitirlo. Voy a contestarle, pero esta vez las náuseas son más fuertes, salto corriendo de la cama y me inclino en el inodoro soltando lo poco que había ingerido.

Siento a Brayden sujetándome el pelo y pasándome la mano por la espalda mientras continúo vomitando, ¡por dios, que asco!, juro no volver a beber. Termino de soltar mis entrañas y me levanto para echarme agua en la cara y enjuagar mi boca, Brayden le da a la palanca de descargar y salimos del baño.

- Será mejor que descanses, después hablamos – se va y cierra la puerta a su espalda.

Por una vez hago lo que me dice y me quedo dormida en el acto.

.  .  .

- Más rápido Anya, si sigues así nunca llegaremos.

- Intenta caminar con tacones de ocho centímetros y los ojos vendados y ya me dirás si puedes caminar rápido – ella ríe, todo lo que ha hecho es burlarse mí desde que salimos del apartamento.

- Te dije que te vistieses casual, eres tú la que no me ha hecho caso – continúa jalando mi mano.

- Eso no fue lo que dijiste – refunfuño.

- ¿Ah no? y dime ¿exactamente qué fue lo que dije?

- Me dijiste, te tengo una sorpresa, ponte algo bonito que te voy a llevar a salir.

- No es mi culpa que cuando te haya dicho algo bonito pensaras en ponerte tacones y un vestido, que por cierto me encanta, hace que tus piernas se vean más largas y te resalta la cintura – susurra cerca de mi oído.

Sombras De Verdad [Editando][✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora