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Oh, por Satanás bendito.
No sé cuando fue, como o qué me impulsó a hacerlo. Sólo sabía que en estado de ebriedad tuve relaciones sexuales con Shin Ryujin, la amiga de mi hermana. Se suponía que ella no iba a fiestas, no le gustaba eso según mi hermana. Quizá realmente la situación estaba en que detrás de esa mujer tan responsable y seria, reserva una identidad más liberal ante su persona. Quizá esa Ryujin que conocí era un espejismo. Pero tampoco puede ser... Ella no fuma, creo recordar que tampoco bebió, su casa es perfecta y todo ordenado a la perfección. ¿Y si me siguió? Eso también es imposible, allí habían amigos suyos.Me despojé un poco de la manta incorporándome soñolienta, viendo aún a Ryujin conduciendo. Esta me miró a tras el retrovisor y yo mordí mi labio inferior nerviosa. Ella sonrió ladina, con un semblante algo serio. Ella llevaba la misma ropa de antes. Esa camisa blanca a juego con esos pantalones color café de un toque vintage.
-¿Recuerdas todo?
Asentí, tímidamente. Aún se sentía la humedad en mi zona, quería ducharme.
-Me castigaste a tu gusto y en todas las posiciones. ¿Sigues pensando que te gustan los hombres?
Escuché un suspiro por su parte, mordió su labio inferior pareciendo algo nerviosa y siguió conduciendo durante unos segundos en silencio.
-Mira... Digamos que mi última relación no fue fácil de superar. Es extraño que te diga esto ahora pero sé que por muy inmadura que seas no me vas juzgar.
La observé atentamente, acomodándome en el sillón protegiendo mu cuerpo con la manta. Claramente escucharía sus sentimientos. Siento rabia cuando en las películas románticas, las parejas no se escuchan cuando cometen errores. Y bueno, también en la vida real. Ella merecía mi atención, yo merecía escucharla.
- Mi novia se hacía llamar Lia. Ella era mayor que yo, era para mí muy perfecta. Era la típica mujer que te despertaba por las mañanas cantando como un pajarito o besándote el vientre. Sí, me embaracé de ella. Quiero decir, decidimos tener un hijo y por inseminación lo tuve. Pero para mí fue como si fuera de Lia. Digamos que ella me cuidaba mucho durante el embarazo, juntas íbamos a tiendas de bebés para ojear lo que había. El bebé sería un niño, queríamos llamarlo Riah.
Entonces se calló. Decidí no responder al respecto y procesar la información. Vi como a través del reflejo se le cristalizaban los ojos y emitió un sollozo. Eso fue nuevo para mí. Ella parecía una niña, indefensa y rota en esos momentos. Me dolía. No quería imaginarme lo que tuvo que pasarle. ¿Qué fue de Riah?
-Ryu...
Tomé mi camiseta y bragas, me las puse ágilmente y pasé al asiento del copiloto. Su mano derecha se ubicaba en el cambio de marchas, puse la mía sobre la suya. Toda ella estaba temblando, el nivel de nerviosismo se elevaba más y más hasta que empezó a llorar como nunca vi en nadie. Sus sollozos intentando ser callados, su mano en el volante temblando como gelatina al igual que sus piernas. La forma en que golpeaba su cabeza hacia atrás contra el asiento. Le estaba asustando.
-Ryujin, por favor, vamos a tener un accidente.
Alerté, viendo como ella empezaba a conducir haciendo "eses". Ella no reaccionaba, seguía llorando más y más.
-N-no puedo... No puedo. No puedo. ¡Ryah murió!
Rompió en llanto. Yo sólo me estaba asustando cada vez más, intenté controlar el coche pero ella no me lo permitía.
- Joder, TN. ¿Por qué no me he muerto yo?
Miré al frente, temblando. Vi las luces de un coche. Todo muy rápido. Mierda. No. No. No.
Rápidamente giré todo lo fuerte y rápido que pude el volante, consiguiendo esquivas el coche para desviarnos hacia un pequeño mirador de la ciudad.
-Jo... der.
Dirigí mi mirada a la de Ryujin. Ella estaba perdida en su mundo, no reaccionó, dejó de llorar.
-Se llevaron a mi hijo de tan sólo dos meses... Yo estaba tan solo pagando la compra frente a la cajera...
Su tono de voz era roto, débil.
-Cuando volví la vista a donde estaba el carrito ya no había nada. Sólo escuché la voz de la cajera gritar dirección a la puerta de la salida y todo el mundo hacer un alboroto. Yo no sabía qué hacer, llamaron a la policía y yo llamé a Lia, sentía que me iba a morir. No lo podía asimilar. Ella sólo me culpó de todo. Me dijo miles de cosas y cortó conmigo. Las dos estuvimos meses contestando las preguntas de la policía, informándonos y de más. Hasta que dijeron que no encontraron nada, y Lia se fue del país. Yo no tuve el valor de hacerlo...
-Dios mío...
Me abalancé sobre ella y fuertemente la abracé, protegiéndola contra mi cuerpo.
-Estoy contigo, Ryu... No volverás a estar sola. No te dejaré sola, por favor...
No sabía y quizás nunca sabría lo que ella había tenido que sentir, quizá lo viviría peor que ella incluso, me moriría en vida en su lugar.
-TN... ¿Cómo te digo?... Tengo miedo a tener pareja. Tengo sexo con desconocidos por las noches, a las chicas les digo que soy heterosexual. Tengo miedo, siento que no estoy lista para amar. En el sexo utilizo la rabia y el deseo, me desquita bastante. Pero luego la realidad... me golpea otra vez. ¿Qué sería de Ryah? Quizás ahora sabría cantar canciones infantiles, lo llevaría al colegio o... no lo sé...
Me quedé callada. Era mucho por procesar, la entendía. El sexo la ayudaba a desquitarse, por eso hizo tantas rondas conmigo incluso si yo estaba cansada. Pero admiraba que ella nunca me quiso hacer daño, ni miraba por su placer propio.
-Yo... no sé qué decirte, no sé lo que sientes ni lo que has sentido. No puedo entenderte, pero quiero que sepas que voy a apoyarte y estar contigo para todo. No mereces nada de eso y eres muy fuerte, vas a poder con todo eso, voy a estar a tu lado...
Sentí sus caricias en mi mejilla, besó cuidadosamente mi frente y me observó a los ojos.
-Perdón... por mi culpa casi tenemos un accidente.
susurró.
-No te preocupes, no te preocupes. Todo está bien. Conduzco yo, si quieres.
Ella negó firmemente, acarició uno de mis muslos y besó mis labios, una y otra vez, hundiéndose en estos. Entonces volvió a abrazarme.
-No quiero que te aferres a mí si no estoy bien mentalmente. La vida no es una película disney. No quiero dañarte y tú no puedes salvarme de mis mierdas. Voy al psicólogo semanalmente. Pero si quieres o necesitas alejarte... Por favor, no lo pienses y hazlo.
BUM.
por hoy, suficiente. Si mañana tengo tiempo actualizo.
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Apaga El Teléfono [Shin Ryujin] EDITANDO
Fiksi PenggemarElla vivía en su teléfono. Yo la observaba desde la ventana de la Universidad. ¿Por qué siempre está sola? Ella no parece ser nada del otro mundo, sin embargo nunca habla con nadie. ¿Quién eres? ¿Puedes escucharme un momento y apagar tú teléfono? ¡D...