No te alejes de mí >AizaBaku<

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No te alejes de mi 

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Cap. 1

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Era justo media noche, el silencio era agobiante.
Sobre un edificio el héroe nocturno observaba la ciudad en silencio, su cabello se meneaba de un lado al otro y su aroma de Alfa se esparcía en el frio viento nocturno.

De repente, sin aviso previo una punzada en su interior empezó a quemar, comenzó como algo tibio y no como una molestia, pero al pasar los minutos se fue haciendo más ardiente, se llevó una mano a su corazón, sabía lo que esto significaba.

Estaba marcando a su omega.

Rápidamente bajó del edificio deslizándose  hacia el departamento en el que vivía. No era un mal departamento, era amplio y bonito, el problema se encontraba cuando la puerta de este era abierta revelando el interior, la basura amontonada y una gran cantidad de envoltorios de comida rápida estaban en el suelo, pateó un montón a la vez que entraba y caminaba por el pasillo, estaba sudando, el pequeño punto tibio en su pecho había pasado a ser completamente doloroso, como si le estuviese quemando, como si alguien le quisiesen marcar en la piel algo a fuego lento.

Tambaleándose se sacó la camisa y se sentó en su cama respirando pesadamente y con gran dificultad, se miró al espejo fijando su vista en sus muy bien trabajados abdominales, su pecho estaba rojo pero lo que más resaltaba era la pequeña marca de nacimiento que le definiría como el alfa de su destinado en cuanto este estuviese listo.
No tenía una forma muy definida, era una línea delgada que viajaba de su pecho izquierdo en diagonal hasta casi tocar el derecho, era delgada y simple, pero a Aizawa le gustaba, casi se veía como una cicatriz, la diferencia era que en este momento estaba al rojo vivo.

En este momento no sabía muy bien que hacer, había escuchado miles de veces todo tipo de cosas sobre justo ese momento, sabía que estaba marcando a su omega, se alegró por el hecho de que al día siguiente serio sábado por lo que no tendría que levantarse temprano.

Se acostó en la cama mordiendo su labio e intentando no gritar por la gran cantidad de dolor en su pecho, la sangre no tardó en brotar y filtrarse entre sus dientes, llevándole aquel sabor metálico a su boca, así que paso a morder su brazo, su rostro se contraía de dolor, lo podía soportar pon un rato más, pero sabía perfectamente que no menguaría puesto que en algunas ocasiones duraba poco el dolor pero otras veces eran horas tortuosas de interminable dolor.

Su frente estaba empapada de sudor, ya había pasado cerca de dos horas y el dolor no parecía dispuesto a parar, el profesor comenzaba a desesperarse. Con la respiración agitada se levantó de la cama y dando traspiés se lanzó al baño entrando a la regadera y abriendo el agua fría, sabía que esto no ayudaría en nada, pero llegado este punto se encontraba totalmente desesperado.

Podía sentir algo ajeno a él, no sabía bien que era, pero estaba casi seguro que se trataba de los sentimientos de su omega en ese momento, sabía que en estos casos el dolor sería mucho más cruel para aquel omega, por lo que sentía realmente mucha lastima por aquella persona sabiendo bien lo que él estaba pasando y que él o ella la estaría pasando mil veces peor.

El hecho de pensar en su omega le hizo sonreír, había pasado toda su vida completamente solo, nunca había tenido una relación estable con un omega, ni con un beta, sabía que se le daban mejor las mujeres, pero no podía evitar imaginárselo como un hombre, lindo y divertido, esa clase de persona de las que nunca te cansas, que parecen siempre irradiar alguna clase de luz alegrándole el día a cualquiera. Se reprendió a si mismo por buscar e imaginarse una imagen de su omega, él le amaría fuese como fuese, de eso estaba seguro, pero tenía curiosidad, ¿sería una mujer o un hombre? ¿Qué edad tendría? Se había tardado mucho en estar listo para él, pero se sentía feliz de que el momento al fin hubiese llegado, incluso a pesar del dolor que estaba sintiendo en ese momento, sonrió, rio ligeramente dándose cuenta de que finalmente su hombre o mujer ideal, su destinado había llegado a su vida y lo estaba marcando en ese preciso momento. Después de marcarlo solo quedaría encontrarlo pero sabía perfectamente que no sería tan problemático, sin saber quién era o cual era su apariencia él le amaba con todo su corazón y estaba seguro de que en cuanto le encontrara le amaría aún más.

El profesor no era un hombre joven, aún no era viejo pero ya no era un adolescente y lo más probable es que su pareja tampoco lo fuera, sabía perfectamente que se había retrasado mucho en marcar a su omega, pero estaba decidido en que ya no esperaría más, encontraría a esa persona y como buenos adultos que eran se imaginó sonriéndole a su omega, se preguntó que trabajo tendría, ¿sería también un héroe profesional? Le emociono la idea, la verdad lo que más deseaba era que su omega supiese cocinar o sí que estaría en un aprieto, no podía darle a su omega pura comida rápida, aprendería a cocinar, sería más limpio y trabajaría en su mal genio que en ocasiones salía a la luz, le trataría como el ángel que era al ser su destinado.

Se recargo en la fría pared del baño dejándose caer al suelo sentándose y alzando la mirada al techo y observando por la ventana la luna, serró sus ojos y a tientas busco la llave del agua serrando la regadera, sintiendo como la última gota caía en su mejilla, estaba cansado, muy cansado, respiró hondo sintiendo el fresco aire de la noche, le dolía el cuerpo, el color rojo de su marca ya había bajado y el dolor comenzaba a desaparecer lentamente, tal y como había iniciado.

Se quedó dormido a pesar del dolor quedando en paz al saber que en alguna parte del mundo su omega estaba, esperándolo quizá, pero la idea de que le estuviese esperando le hiso sonreír.

-Te encontrare...- murmuro- solo, no te alejes de mi...Por favor.