No te alejes de mí >AizaBaku<

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Cap. 3

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Abrí los ojos lentamente observando el techo de mi habitación sintiendo la suavidad del colchón debajo de mí, lleve una mano a mi cabeza restregando suavemente mis ojos y haciendo a un lado el cabello rubio cenizo.

Me dolía el cuerpo, me levante de mi cama con dificultad obligando a mis músculos a moverse.

Primero me senté sobre el colchón, la cama aún estaba tendida y con la colcha un tanto arrugada, me puse en pie tambaleándome un poco, la cabeza me dolía demasiado, pero el dolor en el pecho era aún mayor, no era como en la noche, era soportable, pero demasiado molesto, llevé mi mano al pecho acariciando suavemente la piel que aún tenía un leve color rosado.

Corrí al baño y me pare frente al espejo mirando directamente a mis ojos reflejados en este aun sosteniendo mi mano tapando mi nueva marca, dirigí mi mirada a esta, lentamente la fui retirando dejando ver la piel bajo esta y observando por primera vez lo que sería la marca que me unía a el alfa, mi alfa, mi destinado. Esta era delgada, cruzaba mi pecho en horizontal subiendo y bajando por los montículos que serían mis pectorales, pegada a mi piel fielmente, como si siempre hubiese estado ahí, bajo mi piel, bajo la carne, siendo poco visible, o más bien invisible, pero ahora había salido a la luz, asomándose por mi piel buscando y ansiando reunirme con mi alfa destinado.

Me coloque una blusa que encontré en el ropero, tome mis zapatos y me los puse rápidamente sobre las calcetas, me mire una vez más al espejo observando esta vez mi rostro, tenía ojeras por la mala noche que había pasado, pude distinguir como mi olor había cambiado y se intensificaba, era consciente en que si me encontraba con mi alfa en cualquier momento iniciaría mi celo sin importar que este apenas y hubiese terminado hace un par de semanas, tome un supresor y lo coloque en mi boca buscando la botella de agua que siempre tenía guardada, al encontrarla tirada bajo la cama y con una miserable cantidad de agua no pude evitar soltar un bufido molesto, me hinque en las rodillas pegando mi pecho al suelo y agachándome lo más posible para alcanzar la botella, mi mejilla rozo el frio suelo y aspire un poco de polvo haciendo que me picara la nariz, al ver que esto no daba resultado me acosté en el suelo arrastrándome bajo la cama, las yemas de mis dedos rosaron la botella impulsándome un poco más con los pies para tomar el recipiente.

-¡Te atrape maldita!- bufe sonriendo en cuanto mi mano se posó sobre el objeto cerrando fuertemente mis dedos alrededor de este haciendo crujir al plástico.

Un escalofrió recorrido mi espalda, una pequeña cantidad de electricidad recorrió todo mi cuerpo empezando por mi mano izquierda paseándose por mi piel hasta alojarse en mi pecho justamente en la marca que residía en este, mis piernas se tensaron y un jadeo salió de mi boca, en mi pecho se comenzó a formarse algo, no podría explicarme que era, al principio fue algo ajeno, sabía que no eran mío, la sorpresa se unió a la extraña mezcla de sensaciones haciéndose más nítidos, dándome cuenta que eran sentimientos, este me llenaba el pecho... era de mi alfa, podía sentirlo, casi como si fuesen mío, casi como si fuese yo quien estuviese sintiendo tanto amor hacia una persona, sentí un leve jalón en mi pecho, casi imperceptible, como un hilo, un hilo completamente formado, que finalmente se había hecho presente, por medio de él sentía aquello, era de mi alfa, mi alfa estaba sintiendo esto... ¿por mí?.

El sabor amargo de la pastilla que aún seguía en mi boca me saco de aquel ensueño perdiendo aquel hilo, no desapareció, fue solo como si se hubiese hecho invisible nuevamente, pero seguía estando allí, apresándome y guiándome hacia mi destinado.

Parpadee un par de veces sacudiendo mi cabeza y saliendo de debajo de mi cama con la botella en la mano, retire la tapa y trague la pequeña cantidad de agua, pero suficiente como para tragar el supresor.