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Cap. 9

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Katsuki se encontraba acostado en su cama observando el techo de la habitación,  el frío viento de la mañana entraba por la ventana meciendo los rebeldes cabellos rubios del adolescente mientras un leve rubor adornaba su atractivo rostro, por el cual distintos chicos y chicas, sin importar su segundo sexo, soñaban despiertos con poseer a tal omega de difícil personalidad y escultural cuerpo, pero a pesar de la gran cantidad de intentos de la mayoría, aquel rubio había elegido a un chico de cabellos rojizos y personalidad alegre, todo un sol como le llamarían algunos. Formando de esta manera a una de las parejas más lindas y envidiadas de toda la escuela.

O al menos esa era la historia hace apenas unos pocos días.

El joven Bakugou seguía  sin comprender cómo era que su vida había dado un giro tan grande en apenas un segundo, y ahora sólo se encontraba repasando cada segundo que había sucedido desde que aquella marca en su piel apareció sin el más mínimo aviso previo.

Los sentimientos encontrados lo estaban volviendo loco y se sentía culpable al no saber cómo sentirse respecto al chico de sonrisa filosa, pero un grito le arrancó de sus pensamientos a la vez que la puerta se habría de par en par dejando entrar a una alfa rubia.

-¡Joder mocoso, baja ya a desayunar!- gritó al ver  a su hijo acostado sobre su cama- vas a arrugar ese uniforme, apresúrate y vete ya a la escuela.

-¡Ya voy vieja!- respondió poniéndose en pie de mala gana y saliendo frente a su madre, la cual le fulminaba con la mirada. Llevaba ya un tiempo haciéndolo, desde aquel atroz regaño en el que le reprendió por no haber llegado a casa a la hora que su padre le había impuesto y sin haber avisado, a lo que el peli verde salió huyendo cuando Mitsuki le pidió que saludase a su madre, dando inicio de esa manera a los gritos y reproches en la casa de los Bakugo.















-¡¡¿QUÉ TU OMEGA ES QUIEN?!!.

El grito de el héroe rubio sonó por toda la sala llamando la atención de los demás profesores que se encontraban a tan temprana hora en la escuela .

Aizawa Shota, el cual se encontraba meramente molesto por levantarse temprano,y por el hecho de que esta era ya la tercera vez que su amigo rubio gritaba aquella pregunta, despertando la curiosidad en las demás personas.

- Katsuki Bakugo- respondió tranquilamente por tercera vez, aunque con un dejo molesto en su voz ronca. Rápidamente tapó la boca del contrario en cuanto este comenzó a inhalar aire para volver a gritar- cierra ya la boca- reclama retirando su mano.

-Valla que estás en problemas- menciona el rubio llevando una mano al hombro de su amigo ganándose una mirada molesta, a la cual hizo caso omiso sin prestarle atención estando ya acostumbrado a las reacciones de el de cabellera azabache- El ya lo sabe ¿no?- interrogó, pero sin esperar respuesta continuó hablando, a sabiendas de que claramente sería afirmativa- Me pregunto cómo se lo habrá tomado- comentó Present Mic recordando la difícil personalidad del rubio.

- Me ha llamado pervertido- contesta, haciendo que Hizashi  estallase en carcajadas, ganándose miradas de reproche de los demás profesores, quienes ahora estaban ocupados preparándose para sus respectivas clases que impartirían esa misma mañana.

-Ah mi buen amigo, realmente no sé cómo es que lograrás ganarte a aquel omega, pero estoy más que seguro que como mínimo deberías ir a hablar con sus padres- murmura llevando una mano a su barbilla – claro que primero tendrás que hablar como es debido con él, pero mejor eso lo dejamos para después de clases, no creo que sea buena idea armar un escándalo con los estudiantes… ¡pero mira la hora! Ya tienes que irte a dar clases. Corre, ve hacia tu destino ¿o debería decir destinado?- murmura soltando una risilla mientras el otro se va de mala gana dándole la espalda al rubio.








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