/14/

270 33 1
                                    

-Queremos que te mudes con el profesor Aizawa.

Las palabras daban vueltas alrededor de su cabeza mientras que la comida a medio tragar se deslizaba con dificultad por su garganta.
Todo se volvió aún más confuso una vez que su cerebro comprendió el significado de lo que su madre acababa de decir.

Su padre colocó su mano sobre su hombro y le sacudió levemente, intentando hacer que su hijo reaccionara a sus palabras.

-Katsuki ¿Te encuentras bien?

La voz de su padre sonaba tan distante que apenas y comprendía lo que le preguntaba.
Su corazón palpitaba cada vez más rápido y la mirada que su alfa tenía sobre él se había intensificado a tal punto en que Katsuki podría sentir como le quemaba la piel y traspasa a todo su ser, como si pudiese leerle al igual que se lee un libro, descifrando sus pensamientos incluso antes de que el comprendiera que era lo que estaba sintiendo en ese momento.
A sus padres se les notaba algo incómodos pero únicamente intercambiaban unas cuantas miradas, comprendiendo totalmente lo que estaba sucediendo justo en aquel instante.

Katsuki comprendía que eso era lo que su alfa quería pero parecía negarse a hablar, siempre curioso de la reacción que el omega estaba a punto de sacar a relucir.

-Quieren...¿me están vendiendo a este tipo?- las palabras comenzaron a brotar de sus labios sin que él siquiera se detuviera a  pensar-...que me mude con él. ¿Por qué hacen esto?, no, no lo entiendo.

-Katsuki, escucha. No te estamos intentando vender a nadie, solo queremos lo mejor para ti- dijo su madre apretando ambas manos sobre su regazo- además, no será por siempre, en cualquier momento puedes volver.

Era obvio que a la mujer le costaba expulsar las palabras de su boca, por lo que debía de hacer un esfuerzo enorme para conseguir que su hijo comprendiera el propósito que ambos padres tenían respecto a su tan prontío lazo. Pero a pesar de su intento el sentimiento de traición había invadido el corazón de su amado hijo y la duda ya había surcaba su rostro, pues en lo único en lo que podía pensar era en lo que el profesor Aizawa tenía por decirle, más este continuó con la boca sellada e inexpresivo.

-Hijo, tu madre y yo comprendemos por lo que estás pasando- la voz tranquila de su padre buscaba intentar calmarlo y conseguir que comprendiera lo que estaba sucediendo en aquel momento, pero no parecía estar surtiendo algún efecto- Últimamente nos has preocupado mucho, sabemos que el alejarte y rechazar a tu alfa te está haciendo más daño del que has sufrido jamás. Solo queremos evitar que sufras…

-Y si en algún momento te arrepientes podrás volver y encerrarte en tu habitación a marinarte en tu propio sufrimiento- interrumpió su esposa - pero ahora harás tu maleta y mañana en la mañana te escoltaremos hasta el hogar de aquel maldito alfa y mas te vale que hagas el más mínimo esfuerzo en comprender lo mucho que nos cuesta a tu padre y a mi decirte esto y hacer lo que estamos haciendo.

Katsuki se levantó de golpe y subió las escaleras con rapidez, ignorando los llamados de sus padres y la mirada del alfa clavada en su espalda.
Una vez de vuelta en la seguridad de su habitación, Katsuki repasó todos los detalles de la conversación que acababa de tener con sus padres. Aún lograba escuchar algunos dejos de la conversación que sus padres continuaban teniendo con el alfa de su hijo pero intentaba no prestar atención.

A simple vista se podía notar que su cuarto estaba hecho una mierda, pero quizá sería mejor iniciar dándose una ducha.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

La noche le recibió con gusto al salir del hogar de la pequeña familia, su cabeza daba vueltas y se sentía algo débil. No debía faltar mucho para la media noche, pues la ciudad se encontraba en silencio, únicamente iluminada por los faroles y la luna llena.
Caminó con las manos dentro de los bolsillos, sintiendo como su débil calor corporal se diluía en el frío aire nocturno.
Se deslizó silenciosamente por la ciudad que tan bien conocía, llegando hábilmente a la cima de un edificio. Desde ese lugar se podía ver gran parte de las calles y callejones a su alrededor, tan solitario y seguro que está de más aclarar que era su lugar favorito.

-A veces en verdad me sorprende lo confiable que es poder encontrarte justo aquí.

Se dio la vuelta lentamente para ver a la tan conocida heroína. Esta le sonreía y se acercaba a él con una mano levantada en señal de un saludo amistoso, pero Aizawa únicamente le respondió frunciendo el ceño y dándose la vuelta nuevamente.

-Usualmente eres un gran amargado- comenzó a hablar una vez que se situó a su lado- pero no creo que sea necesario que seas tan grosero.

La miró de soslayo por un par de segundos antes de responder.

-Quizá te deba una disculpa- murmuró casi para sus adentros.

-Me basta con un saludo.

Esto último consiguió sacarle una leve sonrisa al profesor pero no respondió. Se mantuvieron en silencio algunos minutos, únicamente observando el paisaje y reconfortandose con la presencia del otro, tal y como lo solían hacer cuando eran jóvenes.

-He estado pensando en ti, en nosotros- comenzó a hablar mirando sus manos ansiosamente- creo que lo nuestro no fué un error, solo no lo supimos manejar.

Aizawa se mantuvo quieto, sin mostrar ningún efecto a las palabras que la mujer acababa de pronunciar.

-Creo que... Bueno, más bien me gustaría que lo volviéramos a intentar- prosiguió- ya sabes, como era antes...

-He encontrado a mi destinado.

La confusión se vió pintada en el rostro de la mujer quien volteó a verle algo sorprendida. Claramente no esperaba lo que el alfa le acababa de confiar.

-Me alegro por ti- La voz poco sincera resonó en el silencio de la noche- espero al fin logres ser feliz.

Emi apenas acababa de decir aquello cuando Aizawa le interrumpió.

-¿En verdad?- la pregunta salió aún más bruscamente de lo que tenía pensado lo que sobresaltó a la chica.

-Bueno, no siempre es posible encontrar a tu destinado. Pasé gran parte de mi vida creyendo que serías tú, que en cualquier momento me pasarías tu marca y por fin todos mis problemas se desmoronarían. Pero eso nunca pasó- el resentimiento era palpable en sus palabras- fuiste el héroe de tantas personas, pero nunca pudiste ser el mío.

La alegre chica pronunció esto con desagrado. Aún rencorosa al pasado.

-No te culpo por creer eso, lo que sucedió…

-¿Es lo único que tienes por decir?- la chica le interrumpió.

Le miraba en busca de algo más, las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas pero ni siquiera obtuvo que el héroe le devolviera la mirada.

-Siempre creí que eras algo más de lo que me mostrabas, Aizawa Shōta, pero por alguna razón aún consigues decepcionarme.

Dicho esto se dio la vuelta y se alejó del hombre, dejándole solo en la oscuridad de la noche.











No sé ustedes pero a mí me gusta mucho el drama. Lamento no actualizar esta historia tan seguido como se merecen pero en verdad espero que entiendan que no he tenido tiempo y pase algún tiempo (quizá demasiado) con esta historia prácticamente olvidada.

Pido perdón a los lectores que ya no continuaron leyendo por el mismo problema y les agradezco a quienes siguen leyendo
<3

Agradezco de corazón a quienes me dejaron sus comentarios y sus estrellitas y prometo que de alguna manera conseguiré llegar al final de esta historia.

Sin más me despido y en verdad espero que el capítulo sea de su agrado.

No te alejes de mí  &gt;AizaBaku&lt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora