Trato de escapar de la prisión asfixiante que siento sobre mi.
—¡Está reaccionando! —una voz masculina grita con euforia y un rostro asiático se dibuja en mi mente.
—Vamos, amor. Abre tus ojitos.
Esa voz.
Me encuentro desesperadamente tratando de tomar control de mi cuerpo y abrir mis ojos.
Cuando lo logro, me recibe su sonrisa.
—Eres la chica más fuerte que a existido en la tierra, ¿Lo sabías? —su sonrisa se ensancha y lágrimas brillan en sus ojos.
—Carl —me levanto inmediatamente y todo mi cuerpo duele, pero no me impide incorporarme y aferrarme a él con todas mis fuerzas.
Mis piernas tiemblan, pero él me sostiene e impide que caiga al suelo, hunde su rostro en mi cuello mientras susurra disculpas.
—Está bien, vamos a estar bien —le digo.
Siento una humedad en mi cuello y caigo en cuenta de que está llorando.
Su respiración se vuelve inestable debido al llanto y pequeños espasmos se apoderan de él.Me desgarra el alma verlo llorar.
—Amor, no llores, por favor...
—C-Creí que no te volvería a ver nunca —admite sin separarse de mi.
Lo alejo un poco para poder ver su rostro. Necesito ver su rostro.
Su cabello castaño está despeinado, su nariz está enrojecida por el llanto y sus ojos claros están cristalizados.
Me paro sobre mis puntas para besar sus labios y él toma mi rostro entre sus grandes manos para tenerme ahí para él.
—Es muy conmovedor esto —una voz de mujer llega a nuestros oídos—, pero me estoy muriendo de ganas de abrazarte.
Me separo de Carl y giro a ver a la persona que habló.
—¡Maggie! —ella extiende sus brazos esperando a que me acerque a abrazarla. Y así lo hago, como puedo corro para encontrarla en un abrazo cálido.
Miro sobre su hombro y Glenn nos mira con emoción.
Cuando Maggie me deja ir, me acerco a Glenn.
—Comienzo a creer que no eres humana, Arianne —dice con humor—, eres a prueba de todo.
Me atrae hacia él con su abrazo y besa mi cabeza.
Un mareo intenso acompañado con una punzada en mi sien me hace balancearme y si no fuera porque Glenn me sostiene ahora, ya hubiera chocado contra el suelo.
Llevo mi mano a mi frente y un dolor intenso se expande con mi toque. Hago una mueca de dolor y miró mi mano.
Tiene sangre.
La confusión me invade y giro desorientada a ver a Carl.
—El auto en el que venías con Daryl se desplomó cuesta abajo —explica—, saliste viva gracias al cinturón de seguridad, pero te hiciste daño con la ventanilla.
—¿Dónde está Daryl? —me apresuro a preguntar.
Glenn hace una seña con la cabeza detrás de ellos.
Me permito darle un vistazo al lugar en el que estamos.
El bosque está bañado de tonalidades rojizas porque el sol se está ocultando.
A un costado mío se encuentra el pequeño barranco y al final de este, está el auto abollado, destrozado y sucio.
Enseguida está Daryl sentado en la tierra y Rick acuclillado frente a él con Michonne.
Me dispongo a caminar hacia ellos.
Carl se apresura a tomarme de la cintura para ayudarme a caminar.
Michonne al verme me sonríe y me abraza rápido.
Rick parece sorprendido pero también me abraza junto con Michonne.
—Acaba de despertar también —se refiere a Daryl.
Daryl mira la tierra mientras sujeta su cabeza.
Me acerco a él.
—Papá —susurro.
Él sube su mirada y al verme, reconocimiento de dibuja en su rostro.
Hay sangre también en su rostro, tiene un corte muy escandaloso en su brazo izquierdo.
—Vamos a casa, papá.
[...]
—Eres tan hermosa —dice Carl mirándome a los ojos.
Deposita un beso en mi frente y acaricia mi cabello.
Estamos en nuestra casa, donde estaba antes del incidente con esa gente.
—Te amo —le digo y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y me paro sobre mis puntillas.
—Sigo aquí —la voz de Beth llega a mi.
La giro a ver haciendo un fingido gesto de irritación.
—Oh, cierto —digo a desgana—, también te amo, Beth.
Ella sonríe.
Nuestro reencuentro fue bastante lindo y aterrador. Nos abrazamos y mientras ella lloraba, me susurraba amenazas y palabras de odio por haberla asustado de esa manera.
Carl toma mi rostro entre sus manos y con sus pulgares traza pequeñas caricias en mi mejilla.
Lo atraigo hacia mí y le doy un suave beso en los labios.
—Creí que iba a morir si no te veía pronto —dice.
—Carl, ya no pienses en eso —lo reprocho—, estamos aquí ahora, juntos, a salvo.
Ahora que nos hemos duchado, puedo ver perfectamente los golpes y moretones que tiene en su rostro.
Esparzo pequeños besos sobre todo su rostro.
El sonríe dulcemente con mi gesto.
—Te amo tanto —dice y su mano se dirige sobre mi vientre—, los amo tanto.
Escucho el bufido de Beth al fondo y me limito a reír por lo bajo.
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POR TI | "A.D." Parte II
Fanfic"Protegeré tu vida hasta el último segundo de la mía..." -Parte II-