43. Reunión

611 21 6
                                    

CAPÍTULO 43: REUNIÓN

POV LUCY

Coriolanus no suelta mi mano en todo el camino allí. Es un gesto tierno y atento de su parte. Los cuatro nos perdemos entre los pasillos y nos vemos obligados a volver al lugar de origen para buscar algún Agente de Paz que nos diga dónde queda la sala reuniones.

−Disculpe. ¿Nos puede ayudar? –pregunta Festus adelantándose al resto.

−Claro. ¿Qué necesitan, muchachos?

El Agente de Paz se detiene a un metro de nosotros. Y Festus le pide a mi novio la nota. La empieza a buscar y porque aparentemente no recuerda en cual de los bolsillos la puso, pero recuerdo muy bien que la puso dentro en el bolsillo delantero de su pantalón y se lo susurro al oído. Una vez que el hombre tiene la nota, sabe que tenemos permiso de la Doctora Gaul y nos guía hacia el lugar de inmediato, el cual quedaba más lejos de lo que pensábamos y en la dirección contraria.

Antes de entrar, le devuelvo la chaqueta para que esté más presentable y luego de que él se la coloca. Yo la abotono y acomodo su corbata.

−¿Luzco bien? –pregunta.

−Eres perfecto, cariño –lo alabo.

Yo me quedo quieta mientras él acaricia mi mejilla con suavidad y por su parte ubica algunos mechones de mi cabello detrás de mi oreja.

−¿Cómo te sientes? –me pregunta.

−Estoy feliz –respondo.

No es una mentira, porque, ahora sé que voy a poder quedarme con él. Me abraza con una sonrisa en su rostro y yo me sujeto a la tela de su chaqueta y lo miro a los ojos

−Estaremos bien –susurra en mi oído.

Sé que lo dice por la mujer que está esperándonos dentro de esa sala, pero no estoy asustada.

−Tranquilo, puedo manejarlo.

Los compañeros de Coriolanus están a nuestro lado, pero tratan de ignorarnos y darnos un poco de espacio por respeto.

Pienso en Clemensia y estoy segura que es mil veces más aterrada que cualquiera. En la barra, no hizo más que escuchar que ella quería vernos y ya estaba temblando. Pobre chica, a veces siento que yo lo saque mejor que ella. Las serpientes multicolor altamente venenosas, se comportaron conmigo como si yo fuera la madre y protectora y unas pocas sobrevivieron dos días, tal vez las más fuertes genéticamente, refugiándose entre mi ropa y calor, hasta que las tuve que despedir para siempre en esos túneles.

Mientras pienso en el corto periodo que compartí con las serpientes, veo personas asomándose y dirigiéndose a nosotros. Nos doblan en edad a todos.

−Coryo...

Empujando su hombro con mi mano, le indico que mire hacia atrás y lo hace, apartándose un poco de mí y tomándome la mano.

Los cuatro nos hacemos hacia un costado pensando que tal vez, ellos también deben hablar con la Doctora Gaul. Se detienen frente a nosotros y nos saludan formalmente sin exigir contacto con nosotros.

La Doctora Gaul no tarda en llegar seguida de cuatro compañeros más de Coriolanus que ubico muy bien y otro hombre mucho más alto y esbelto se ve en la lejanía del elegante salón.

−Veo que llegaron todos. Eso es bueno. Disculpen no podía ir a avisarles a todos por mi cuenta. Espero que no hayan tenido dificultades para encontrar el lugar.

−Nos guiaron hasta aquí, Doctora Gaul.

Me animo a hablar y actúo normal.

−Y preferimos esperarla cuando nos dijeron que usted aún no llegaba –agrega Coriolanus.

Escrito en las estrellas (CoryoxLucy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora