Lluvia = Hogar

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Corregido ✔

Al despertar ella ya no estaba allí, con él, acostados. Normalmente siempre despertaban uno al lado del otro, durmiendo profundamente. Pero esta vez no fui así, ella no estaba.

Se dio la vuelta en la cama quedando su espalda completamente en el colchón, sus sentidos comenzaron a captar el ambiente, pronto se dio cuenta de lo que sucedía, ahora tenía más sentido el porqué ella no estaba ahí; era la lluvia.

(t/n)  —llamó sólo una vez para ver si lo escuchaba. No respondió. Probablemente ni siquiera lo escucho.

Al no obtener respuesta se levantó de la cama para ir a buscarla, estaba vestido con un pantalón de buzo gris y una camiseta sin mangas negra. Salió de la habitación y caminó hacia la cocina, seguramente estaba allí.

(t/n...) —siguió diciendo mientras se acercaba, la vio cerca de aquel gran ventanal que estaba completamente abierto. Ella estaba allí de una manera... bastante peculiar por así decirlo.

Estaba con la mirada clavada hacia el patio, con una gran colcha blanca cubriendo desde sus hombros hasta llegar al piso. En sus manos estaba una humeante taza igualmente blanca, vio como dio un sorbo mientras su mirada seguía perdida en algún lugar de afuera.

Se acercó a paso lento y la agarró de la cintura, un pequeño sobresalto provino por parte de ella, luego de ver que era él se volvió a calmar, dio un sorbo a su café y dijo:

—Buenos días.

—Buenos días —saludó el alado mientras también miraba hacia el frente —ahora sé por que te levantaste tan temprano.

—Sí... escuché el sonido de la lluvia y no pude evitar mis ganas de verla. En la mesada hay una taza de café, es tuya, supongo que aún está caliente, no la preparé hace mucho.

—Oh, gracias —susurró caminando hacia la mesada.

Estaba sobre la mesada también otra taza humeante, fue hasta ella, la tomo y volvió hacia la chica.

—Dame un poco —pidió estirando la colcha que cubría a su pareja.

Ella soltó una de las esquinas de la colcha y él también se cubrió con ella, ambos miraron en total silencio la lluvia que caía afuera. A veces pequeñas gotas salpicaban sus rostros debido a la cercanía, el sonido que hacían las gotas chocando contra la fría tierra afuera era maravilloso.

—¿Lo hueles? —preguntó ella.

—¿Que cosa?

—El olor de la lluvia, la humedad.

—Si, es un olor...

—Hogareño —finalizó.

Otro silencio se formó mientras bebía su café, (t/n) se recostó en su hombro así que no pudo ver la sonrisa formada en los labios de Keigo cuando ella dijo la palabra, «hogareño»

—Hogareño —repitió lentamente, como si procesara la palabra —. Suena tan bien. He vivido tantos años sin tener a algo a lo que llamar auténticamente un hogar, ahora que lo tengo dudo poder vivir algún día si lo perdiera.

—No pasará —negó con la cabeza separándose de su hombro —. Yo no me iré a ningún lado, lo que tenemos... No desaparecerá nunca, y mientras eso no ocurra seguiremos teniendo un hogar.

Había sido una importante noticia hace un par de meses como el héroe había contraído matrimonio. No hubieron muchos detalles públicos, pero la verdad era que no vivían en un departamento, vivían en una casa, con un patio. Vivían en una casa en la que despertaban todas las mañanas con una sonrisa, sintiendo las repercusiones de haberse emborrachado de amor la noche anterior, recordando como solo se podían repetir cuanto se querían y promesas susurradas a media noche. Las mañanas de resaca amorosa dejaban un sabor dulce, eran mañanas donde solo bastaba que sus miradas se encontraran para sonreír de manera tonta, donde corrían por los pasillos mientras jugaban a molestarse, siempre terminaba con Keigo tomando en brazos a su esposa para besarla con todo el amor en su corazón.

Esa casa, ahora era su hogar, donde pasarían la mayoría del resto de sus días, donde podrían vivir la luna de miel eterna que siempre planearon. La luna de miel normalmente debería durar una semana, dos... A veces un mes, pero ambos acordaron que era una tontería, no tenían porqué vivir la pasión del matrimonio solo al principio, deberían vivir la pasión del matrimonio por siempre, cada pequeña oportunidad que exista.

—Entonces, oficialmente podemos decir que nuestro hogar huele a la lluvia cayendo.

—Sí. No venden de esos aromatizantes pero cuando no haya lluvia nos conformaremos con el aromatizante de Lavanda.

Ambos se miraron por un rato antes de reír con carcajadas.

—Un crimen total —consiguió decir Keigo.

—Claro, deberíamos fundar una empresa y crear de esos aromatizantes.

Rieron un momento más para después calmarse —Te amo —dijo Keigo dejando un beso en los labios de su esposa.

—Te amo también, y amo la vida a tu lado.

Se acomodó entre sus brazos y siguieron mirando la lluvia.

—Oye, ¿podemos salir?

—¿A dónde? — preguntó el rubio poniendo su mentón sobre la cabeza de su amada.

—Afuera, a mojarnos un poco y pisar charcos, ¿podemos?, así sin nos enfermamos lo hacemos juntos, aunque yo nunca me enfermo.

—¿Por qué lo haríamos? —preguntó acariciando su mejilla haciendo que lo mirara —¿para recubrirnos del olor del hogar?

—Lo haríamos porque según estudios científicos eso hace bien al funcionamiento corporal.

—Ok —susurró pegando sus frentes—, ¿y por casualidad recuerdas el nombre de ese gran científico?

—Si, se llama (t/n) Takami —respondió rozando sus narices.

Que bien le quedaba al nombre de su esposa su apellido.

Una risa provino por parte del alado, de un movimiento al fin sus labios se unieron en un suave beso, en medio de este a veces no podían evitar sonreír para luego retomar el ritmo. Ninguno de los dos se dio cuenta de en qué momento dejaron caer la colcha pero en estos momentos se encontraba en el piso.

Nota de corrección: el shot original casi no era así pero le cambie algunas cositas que no me gustaban y aquí el resultado <3 ¿les gustó? Los leo, tengan un buen resto de domingo, gracias por todo el apoyo que está teniendo el libro ❤️

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Nota de corrección: el shot original casi no era así pero le cambie algunas cositas que no me gustaban y aquí el resultado <3 ¿les gustó? Los leo, tengan un buen resto de domingo, gracias por todo el apoyo que está teniendo el libro ❤️.

𝘙𝘦𝘥 ━━━━ 𝘒𝘦𝘪𝘨𝘰 𝘛𝘢𝘬𝘢𝘮𝘪 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora