Lover

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Había algo en esa curva entre el cuello hasta el hombro de la chica que simplemente lo enloquecía. Dejar besos allí, una pequeña mordida y suspirar contra su piel mientras sentía como ella se estremecía. La música alrededor de ellos sonaba fuerte pero aún así podía escuchar muy bien los suspiros de su chica.

Estaban de viaje, vacaciones para conocer un poco más del mundo y todos esos hermosos lugares más allá de Japón, aquí no era tan famoso así que podían ser dos personas disfrutando de su noche juntos, mimándose en medio de todos sin que al día siguiente haya un artículo en internet sobre eso.

Y Keigo sabía cómo ser el mejor amante para ella, sabía lo mucho que le gustaban esos pequeños bares al aire libre, sabía que le gustaba cenar bajo las estrellas y con una copa de vino, sabía que enloquecía con una buena banda local tocando de fondo. Sí, Keigo sabía todo esto y como la amaba cumplía todo lo que ella quería, por eso se encontraban ahora en ese lugar, pasando una noche memorable, sintiéndose algo mareados por el vino en sus venas pero riendo suavemente sin poder apartar la mirada el uno del otro.

Estaban de pie y aferrándose en un improvisado baile bajo ese cielo que amenazaba con lluvia. Los músicos que tocaban en el lugar eran fantásticos y otras parejas también se encontraban bailando. Ellos se movían con suavidad y Keigo enterraba su rostro en el cuello de ella. Susurró contra su piel su nombre y luego un «te amo».

Se separó un poco para seguir con el baile, tomó una de sus manos y la hizo girar, luego pasó una mano suya en su cintura y hizo que fuera hacia atrás para luego volver a ponerla de pie, quedando sus cuerpos lo más cerca posible.

—¿Cuándo aprendimos a hacer esto?

—No sé, quizás cuando amas tanto solo despiertas un día sabiendo bailar —y volvió a hacerla girar, podría estar así con ella toda la vida y no se quejaría, no se aburriría nunca de mirarla con atención y volver a descubrir algo de ella que lo enamoraba.

—Tengo suerte de tenerte en mi vida, Keigo.

—Yo también. Ambos tenemos suerte por estar aquí, juntos.

Y justo en ese momento comenzaron a caer unas escasas gotas, ambos se miraron y sonrieron.

—Deberíamos pagar la cuenta y volver al auto, ¿no crees?

—No creo ser capaz de soltarte —y la besó.

La besó con suavidad y pasión mientras sentía las gotas de lluvia, su corazón estaba tan acelerado, siempre tenía el corazón acelerado con ella.

—Oh, Keigo —susurró mientras ocultaba su rostro en su pecho —. Siento que estamos en una luna de miel, todo esto es tan romántico.

—No lo estamos, pero no dudaría en correr ahora mismo a buscar a alguien que pueda casarnos —besó su cuello y luego susurró en su oído —. No dudaría en pedirle a un par de desconocidos que sean nuestros testigos, les pediría que por favor acepten ya que no creo poder seguir viviendo sin poner un anillo en tu dedo anular —Y se separó un poco de ella para besar su mano, dejándola totalmente extasiada.

La lluvia los mojaba pero ambos no querían soltarse, seguían haciendo movimientos torpes de baile, ya solo moviéndose de un lado al otro mientras sus rostros estaban juntos, dejándose besos cada vez que podían y susurrándose promesas. Keigo Takami podía ser un gran seductor cuando se trataba de la mujer que amaba, y no bromeaba con decir que estaba dispuesto a casarse en ese mismo momento ya que no veía su vida al lado de ninguna otra persona que no fuera ella.

N/A: maldito domingo que siempre me hace desear que me amen con locura y ser la única persona, la única opción y todos los «sí» en la vida de alguien (preferentemente que ese alguien sea Keigo por favor) 

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N/A: maldito domingo que siempre me hace desear que me amen con locura y ser la única persona, la única opción y todos los «sí» en la vida de alguien (preferentemente que ese alguien sea Keigo por favor) 

𝘙𝘦𝘥 ━━━━ 𝘒𝘦𝘪𝘨𝘰 𝘛𝘢𝘬𝘢𝘮𝘪 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora