Capítulo 24: Guíalo III

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El río de sangre se había detenido ante la vista de todos y mientras sutiles gotas empapaban las túnicas de cada discípulo, Jiang Cheng seguía observando el cuerpo de la criatura como si esta fuese a despertar mágicamente, se acerco y observo la gran apertura en su pecho, ¿Cómo pudieron ocasionarle tal daño? La dragona había vivido por cientos de años y había muerto bajo la ambición de unos pocos, pero ¿en qué momento la había atrapado? Ella era fuerte, seguramente se hubiera logrado defender ¿Por qué no lo hizo?

El joven Jiang siguió rodeando el cuerpo, la única herida era la de su pecho, no había más, miro ese lugar donde por tanto tiempo supuso la dragona había vivido, estaba totalmente derrumbado, toda esa parte de la montaña estaba completamente derrumbada. Un suave sonido hizo que Jiang Cheng se girara, Lan XiChen tocaba una suave canción, al parecer tratando de controlar la energía resentida que se desprendía de los cuerpos caídos.

El suave sonido de Liebing invadía el receso de las nubes y la lluvia seguía cayendo como si quisiera limpiar aquella sangrienta imagen, ningún discípulo parecía feliz de haber ganado, los Lan que habían sido capturados fueron saliendo, para encontrar varios de sus compañeros muertos, su líder tocaba una melodía y los diferentes discípulos solo se arrodillaron en señal de respeto.

-Lo siento – Jiang Cheng se había acercado al primer jade, solo en aquel momento pudo comprender que tal vez para XiChen esto debía ser terrible, era su hogar, su hogar estaba bañado en sangre y lo peor es que varios de sus discípulos eran los que habían muerto.

Las lagrimas del primer jade caían al suave ritmo de la melodía, las gotas de lluvia camuflaban el dolor experimentado por el jade, había sido traicionado y había confiado en las personas incorrectas, ¿en qué momento había cometido tantos errores? La vida de su amado esposo estuvo expuesta tantas veces y el no pudo verlo, tal vez todo había sido su culpa, no supo cumplir una promesa, como líder no supo proteger su secta, descuido sus deberes, no era merecedor de ser el mejor cultivador, eso era un terrible engaño, no era merecedor de nada.

Los brazos de Jiang Cheng rodearon al jade, haciendo que el sonido se detuviera, la dulce calidez que ese hombre le daba, Xichen tampoco era merecedor de él, le había fallado y no solo una vez, cuando había pensado que al fin corregía sus errores, cometió más.

-Lo siento – Volvió a decir Jiang Cheng

-No es necesario – XiChen lo alejo – Fue mi culpa – avanzo hacia el cuerpo de la criatura – Por eso no querías que lo viera.

-A Huan - Jiang Cheng trató nuevamente de acercarse, el jade debía estar muy dolido, su amable sonrisa no estaba

-Jiang Cheng – El joven se giró, Wei WuXian lo abrazo con tanta fuerza que cayeron al piso - ¡Estas vivo! – Las lágrimas de su hermano mayor cayeron, Jiang Cheng correspondió el abrazo, se alegraba de ver a su hermano, pero aún seguía preocupado por XiChen.

- ¿Tu como estas? – Pregunto levemente tratando de alejar al de túnicas negras y rojas, los dos se sentaron.

-Estoy bien, solo fuimos aislados, estamos bien – Wei WuXian sonreía - ¿Cómo es que estas aquí? Tu pulso no estaba – Jiang Cheng sonrió

- ¿Recuerdas la malta? – Wei WuXian sonrió asintiendo

-Claro, debí pensarlo, estaba muy molesto, tengo que disculparme con XiChen ge – Jiang Cheng asintió - ¿Dónde está? – Pregunto y Jiang Cheng lo busco donde hacia unos momentos había estado

-No lo sé, creo... - Jiang Cheng observo que el jade se dirigía hacia el centro, los discípulos que se habían arrodillado iniciaron a seguirlo – Debe estar ocupado – Jiang Cheng respondió, no se imaginaba lo difícil que era esto, así que solo observo a lo lejos.

Rompiendo promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora