Parte 28: Sonríele III

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- Asi que todo este tiempo has estado acá - MingJue hablo más en afirmación que en pregunta, pero aún así XiChen asintió - Y todo el mundo creando sus propias teorías, mientras tú estabas feliz con tu esposo - MingJue soltó una carcajada - Me alegro por ti.

- Gracias, también te felicito por tu relación con A Yao, aunque no nos ha llegado notificación acerca de esta - XiChen expresó con un deje de duda.

- Ni llegará - El alfa suspiró - A Yao tiene muchos planes y en esos no está el casarnos y aunque al principio me sentía algo incómodo, se puede decir que ahora eso es lo que menos me importa - XiChen asintió.

- Creo que depende también mucho de su pasado, tal vez las costumbres sean diferentes de donde viene - XiChen sonrió - La región de Yunmeng no es tan estricta en ese sentido.

- ¿Yunmeng? - MingJue preguntó

- Si, ¿No lo sabías? A Yao es de esta región - MingJue negó con la cabeza, al parecer aún habían cosas que desconocía del joven - Bueno, supongo que después te lo dirá - XiChen esperó no cometer un error.

- Está bien, mi relación con él, no es algo que se rompa fácilmente y menos solo por una mentira. Lo conozco, sé que siempre mentirá si piensa que traerá beneficios a los demás, es una persona que está dispuesta a que le pasen por encima con tal de no ser afectada, cada vez que lo veo siento que se contrae a sí mismo porque no se siente merecedor de lo que tiene, pero a la vez eso es lo que lo vuelve tan especial, él protegerá lo poco que consiguió contra todo y aunque no me agradan las mentiras, con las de él estoy bien porque sé que no lo hace con la intención de lastimarme.

- Parece que al fin te has enamorado.

- Creo que así fue, creo que desde la primera vez que lo vi, lo supe, supe que era alguien extraordinario que quería en mi vida, supe que haría cualquier cosa para tenerlo a mi lado, que era la única persona capaz de cambiar mis convicciones, así que, si se trata de él, seguramente aceptaré muchas más cosas que probablemente antes no hubiera hecho - El hombre sonrió alegremente mientras el otro asentía.

- Supongo que ni en mis mejores sueños imaginé que dirías algo así.

- Yo tampoco te hubiera imaginado siendo solo un discípulo y cambiando de secta tan fácilmente.

- Creo que de todo lo que he hecho está ha sido la mejor decisión que he podido tomar, en mis hombros solo está la responsabilidad de mi familia y me siento tranquilo con esto, se que mi hermano hace un gran trabajo.

Los dos iniciaron a reír, si en algo eran similares, es que su familia y su secta habían sido su única prioridad por muchos años, siempre pensando en proteger a su respectivo hermano, tanto que no habían tenido el tiempo para conocer a alguien fuera de su círculo, así que cuando finalmente se enamoraron, ninguno supo cómo acomodar ese sentimiento a su rutina diaria, ninguno sabía con exactitud cual era la forma de amar correcta. Porque en realidad no hay una forma correcta de amar, cada uno ofrece sus sentimientos de la forma en que los conoció, no podían esperar que los amaran de la forma en que ellos querían, cada uno amaba como podía y como sentía, esa era la unica forma, porque el amor no llegaba a ser perfecto y en especial para ellos.

Un gran abrazo desde la espalda fue recibido por los omegas que se hallaban hablando de temas un poco más serios, Meng Yao había bajado por completo su guardia, en muelle de Loto supuso que estaban bien las muestras de cariño.

Fue un día hermoso para las dos parejas, la pareja anfitriona les dio un largo recorrido en bote y una caminata por la ciudad principal, claro que llamaban la atención, claro que hubo un punto en el que el líder Jiang no podia lidiar con su peso y el del pequeño, pero para las dos parejas que habían compartido un extraño vínculo, bajo la mirada acechadora y curiosa, pasaron una gran velada.

Rompiendo promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora