Déjame Sentirte 2 *Almas perdidas*

6

Ella no vendría.

El día de ayer le había dicho que la protegería si se reunía con él en la azotea durante los recesos; sin embargo, al parecer Hope no quería aceptar su oferta porque llevaba varios minutos de retraso.

Maldición, por un momento pensó que ella accedería sin ningún problema.

La puerta de la azotea se abrió y fue inevitable ocultar su sonrisa al verla ahí, cerrando tras de sí con mucho cuidado.

—Creí que no vendrías —reconoció con diversión y ella respingó, volviéndose en su dirección.

—El edificio no está en uso —comentó cabizbaja y le gustó como le quedaba el cabello recogido, adoraba su largo cuello y piel lechosa.

—Acércate. —Se sentó y usó la pared como apoyo y Hope siguió sus movimientos, manteniendo una distancia de al menos treinta centímetros en sus caderas—. Más.

Ella lo miró con recelo y fue él quien se acercó, uniendo sus costados.

—No te haré nada que tú no quieras.

—¿Entonces por qué estamos aquí? —inquirió con preocupación—. No hay nadie cerca y...

—Porque quisiera hacerte muchas cosas y si llega a suceder no quiero que nadie nos escuche. —Le encantó ver el rubor en sus mejillas y se giró en su dirección para acariciar su rostro—. ¿Tienes novio?

—No.

Bien, esa respuesta le gustaba mucho.

—¿Alguna vez te besaron?

—Jasper robó mi primer beso —musitó con tristeza y los celos lo carcomieron por dentro—. Fue en los cursos de natación, aprovechó que todos se fueron para entrar a las regaderas y...

—¿Él te vio...? —Ni siquiera pudo acabar la pregunta porque ella carcajeó roncamente.

—No, por suerte no.

Su sonrisa era hermosa.

—¿Y te gustó? —inquirió con suavidad y ella torció los labios con disgusto—. ¿Qué debo hacer para ser digno de un beso tuyo?

—¿Qué? —Lo miró anonadada y Cedric sonrió con diversión—. ¿Por qué querrías besarme si tienes novia?

—Pienso terminar con Sophia.

—¿Por qué?

«Porque me gustas».

—Lo nuestro no tiene futuro y estoy más interesado en protegerte. —La tristeza decoró su hermoso rostro y se sintió molesto con toda la gente que la molestó todo este tiempo que estuvo ausente—. ¿No me crees?

Ella negó con la cabeza.

—¿Por qué no?

—Me trajiste lejos de todos y eso quiere decir que quieres burlarte de mí y mis sentimientos. —Aquella afirmación lo tomó por sorpresa—. Dices que quieres dejar a tu novia justo ahora que quieres besarme, pero lo más probable es que mañana sigas caminando con ella de la mano.

Vaya... su lógica era bastante acertada, pero no era esa la intención de Cedric, simplemente...

—Te da vergüenza decir que la becada te gusta.

Abrió los ojos con sorpresa.

—Por qué te gusto, ¿no es así?

—Eres... extraña.