Epílogo

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Sophia aún no podía creer que Cedric la hubiera dejado plantada en el altar, lo cierto era que se sentía en medio de un trance y lo único que quería hacer era despertar y regresar en el tiempo para impedir que Hope le arrebatara el amor de su hombre.

Una nueva lágrima se deslizó por su mejilla e hizo oídos sordos cuando su madre le pidió que se retiraran.

Aún guardaba la esperanza de que él aparecería.

No obstante, eso nunca ocurrió y minutos más tarde no hizo más que suplicar en silencio para que la nota de prensa de Andrés Rivers, esa que anunciaba que había rechazado la paternidad de dos niños, fuera lo suficientemente grande como para encubrir la gran humillación que estaba viviendo.

Esto no se quedaría así.

Hope y Cedric sabrían lo que era meterse con una Richardson.

***

Seattle, Washington.

Sumida en su letargo, en su propia agonía y desesperación, Hope no supo qué pensar al oír como el timbre sonaba una y otra vez de manera incesante. Se había mudado a Seattle hace dos días y no se imaginaba a su hermana llamando a la puerta de su departamento de esa manera.

Los recuerdos la golpearon con fuerza y abrazándose a sí misma, observó de quién se trataba por el intercomunicador.

La sangre se le congeló al ver quien estaba ahí y los ojos se le llenaron de lágrimas.

Seguramente estaba alucinando.

No podía ser Cedric, se suponía que él debía estar en su luna de miel con Sophia.

Abrió la puerta sintiendo como el corazón le bombeada sin control alguno y las piernas le temblaron al ver al castaño ante ella.

—Cedric —La voz se le quebró y rompió en llanto cuando él la rodeó en sus firmes brazos.

—Te elijo a ti, mi amor, quiero estar contigo y te prometo que nunca le faltará nada al hijo que estoy esperando con Shopia, por lo que no tengas miedo de aceptarme.

Ese no era el principal de sus temores, estaba segura que él sería un excelente padre para su hijo; sin embargo, ¿podría Cedric aceptar al pequeño ser que estaba creciendo en su vientre y no era precisamente fruto de su amor, sino de un terrible ultraje?

«No, él no va a aceptarme».

***

Londres, Inglaterra.

—William y Cedric eligieron a las hermanas Smith y decidieron traicionar mi confianza.

Tristan Kendall terminó de leer la nota que anunciaba que su nieto mayor nunca llegó a su boda y ladeó el rostro en modo de negación sin poder creer que Cedric hubiera elegido a Hope.

De haber sabido que esto ocurriría, no se habría conformado con esconder el expediente médico de la joven. Su amada hija seguramente estaría retorciéndose en su tumba al ver que sus adorados hijos ya habían olvidado la razón de su muerte.

Gena y sus hijas estaban muy equivocadas si creían que él las dejaría vivir tranquilas.

Observó la única razón que tenía para sentirse orgulloso y le sonrió con ternura.

—Tu madre estaría muy orgullosa de ti, Felicity, eres la única de sus hijos que aún tiene como objetivo vengar su muerte.

—Las Smith me lo quitaron todo, abuelo —respondió la rubia con frialdad, cruzándose de brazos junto a la ventana—. Te doy mi palabra de que su felicidad no durará mucho tiempo.

Continuará...

¿Queremos o necesitamos la última parte?

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Déjame Sentirte 2 *Almas perdidas*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora