For Your Love 🔞 [Kokonoi Hajime | Tokyo Revengers]

11

—Oí Draken me preguntaba si...-

—Vamos Ronah, te compraré unas alitas. —Dijo Draken tomándome de la cintura.

Los dos comenzamos a caminar para ir hacia el local de alitas.

—¿Viste su cara? Se puso roja de enojo. —Me reí.

—La verdad estoy disfrutando esto, su karma le está llegando. —Dijo divertido mientras se encogía de hombros.

Mientras pedíamos sonó mi celular, era Mikey así que contesté.

—Ay ayudaaaa, tuve que escapar, porque se molestó y comenzó a decir que por qué Kenchin estaba con una rubia teñida, que por qué le ponía más atención, blablabla, me estaba zarandeando la mensa, y yo de oigame no. ¡Ah!

—¿Qué? ¿Qué?

—¡Dorayakis! —Y colgó.

—Bueno, eso quiere decir que está funcionando. —Sonreí. —Uy, nos está viendo.

Draken me abrazó por los hombros y luego dejó un beso en mi frente.

—Está molesta, muy molesta, tanto que viene para acá. —Chillé feliz.

—¡Draken! —Exclamó Emma y nos separamos.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué demonios estás con ella? ¡No se suponía que debías estar con otra persona! —Exclamó empujandome.

—Oye, oye, relájate niña, no sabes con quien te metes. —Entonces llegó Koko. —¿A caso te atreviste a tocar a mi chica?

—¿Tú..? ¿Tú chica? ¡Encima tiene novio y está contigo! —Exclamó y señaló a Draken.

—¿Ah? Ronah no es novia de ese tipo, nosotros si somos pareja. —Dijo Draken y entonces me besó.

¿¡Qué!? ¡Esto no era parte del plan Rumpelstiltskin!

—¿Disculpen? —Cuestionó Koko sorprendido. —¿Desde cuándo son novios?

—Desde ayer. —Dijo Draken.

—Oh, entonces Ronah, creo que es el adiós. —Dijo Koko con una mirada indiferente.

—¿Qué? Koko, espera, Koko. —Exclamé tratando de seguirlo, pero entonces la rubia me tomó del cabello y me lanzó contra el suelo.

—¡Voy a matarte, zorra! —Exclamó dándome un puñetazo.

De pronto vi todo borroso, dejé de escuchar y sólo escuchaba un pitido.

Después de unos segundos pude volver a reaccionar cuando Draken me levantaba.

—Ronah, Ronah, ¿Estás bien? —Cuestionó Draken preocupado.

—Si, si. —Murmuré afligida y adolorida.

°°°

—Lo siento, me sentí molesto cuando te empujó. —Murmuró mientras caminábamos hacia el parque.

—No te preocupes. —Le dije cabizbaja. —¿Ahora qué demonios vamos a hacer? Ni tú con Emma, ni yo con Koko.

—Actué por impulso, en serio lo siento. —Dijo poniéndose frente a mi.

—Está bien, ciertamente... creo que fue lo mejor. —Sonreí. —Vamos a comer éstas alitas, o se enfriaran.

—¿Estás molesta?

—No, estoy algo... shockeada. Creo que todo pasó muy rápido, no esperaba que Koko estuviera ahí. Pero miremos el lado bueno, ahora puedo ser tu Sugar Mommy. —Le dije sonriente mientras lo codeaba.

—Oye, no es necesario que me compres cosas, fue suficiente con la sudadera. —Me dijo levantando la bolsa.

—Si vas a andar conmigo tienes que ir bien pipirisnais.

—¿Ah? ¿Estás diciendo que no me sé vestir?

—No, no es eso....

—Ven aquí niña.

—¡Soy mayor que tú, baboso! ¡Respetame y respetate! ¡Draken bajame, voy a caerme!

—No voy a dejarte caer. —Dijo entre risas.

Los dos seguimos jugando a atraparnos, pero después nos sentamos en la fuente para comer.

—Vale queso, ya se enfrió. —Bufé dándole una mordida.

—Pero siguen buenas. —Murmuró. —¿Qué crees que pase a partir de ahora?

—Bueno, si queremos seguir con la farsa, tenemos que actuar como una pareja. —Murmuré, y luego extendí mi mano. —Así que... Seamos una pareja de mentira.

°°°

—Ay, estoy segura que podría rodar. —Me quejé.

—Te emocionaste... —Tomó aire. —... con la comida.

Después de acabar nuestras alitas, seguimos con hambre así que fuimos a comprar hamburguesas, pero nos emocionamos y luego iniciamos una competencia.

—Voy a engordar. —Murmuré. —Por fin.

—Ronah, me alegra que seas tú con quién pueda pasar el tiempo. —Sonrió.

—Ya sabes, aquí ando. —Le dije. —Ay voy a gomitars.

—Pero vete para allá.

—¿Cómo te sientes con lo de Emma?

—Bueno, no me afecta, después de todo fui yo el que dijo eso. —Se encogió de hombros. —¿Y tú?

—Me gusta Koko, he estado con él por un buen rato y... Ahora que no estoy con él, se siente raro pero siento una libertad que no tienes idea. Me siento mal, porque una parte de mi esperaba que pudiéramos ser algo. Me choca que él no quiera luchar por mi, y solo no le importe.

—Bueno, entonces yo lucharé por ti. —Sonrió él tomando mi mano.

Escuché un ruido así que me giré, pero no había nada, quizás era un gato o un perro.