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No había podido dejar de pensar en lo que me había dicho Inui. No quería darle ilusiones, pero tampoco quería dejarlo así.

Además de que me había mandado mensaje de que Koko había despertado, así que ahora estaba en un dilema.

Bueno, ya habían pasado algunas semanas desde eso, pero aún así estaba nerviosa.

—Me quiero volver chango. —Lloriqueé dejando caer mi cabeza en la mesa.

—¿Qué te pasa? —Cuestionó papá.

—El amor es muy difícil de encontrar. —Lloriqueé poniendo solo mi barbilla en la mesa para poder verlos a ambos.

Papá estaba partiendo su carne con el cuchillo, casi casi machete porque estaba bien dura la carne.

—Ni tanto. —Dijo mamá. —Yo encontré al amor de mi vida hace unos... Dieciséis años.

—Ay, que linda eres amor. —Dijo papá dándole un beso en la mejilla.

—Pero se fue a México y me tuve que casar con tu padre. —Dijo y papá hizo una mueca de molestia.

—Ya no quiero nada. —Gruñó cruzandose de brazos mientras que hacía un puchero.

Mamá se rió y se acercó a él besando su mejilla.

—No es cierto, mi vida. —Sonrió.

—Wakala de pollo. —Hice una mueca y ambos se rieron.

—Aunque déjame decirte que tu madre en un principio de nuestra relación era una maldita obsesiva. Me recuerda mucho a ti con ese monstruo.

—¡Ron! ¡Cállate!

—¿Qué? A mí casi casi me secuestras, nada más porque estaba mi madre ahí, sino si me hubieras llevado a Corea secuestrado, amarrado como puerco.

—Ouh, que... raro. —Dije incómoda.

—Como sea, nos tenemos que ir porque tu padre se ha estado sintiendo mal.  —Dijo mamá.

—Pero ni me comí mi carnita. —Se quejó él levantándose de la silla.

—Vamonos, la cita era a las dos y es la una y media, en lo que vamos allá apenas y vamos llegando.

Cuando mis padres se fueron, yo miré a los lados buscando algo en especial.

Mamá nunca dejaba las llaves de la camioneta, solo se las daba a Inui cuando venía por mi.

Y justo las había dejado a la vista... Bueno ni tanto, entre las ollas, sabe que no me gusta acercarme a la cocina.

Luego fui a ponerme una peluca que había comprado, y otra ropa.

Salí de mi casa y subí a la camioneta, arrancando hacia el hospital psiquiátrico.

Para cuando entré me pidieron registrarme, y lo hice con el nombre de Yuzuha, al fin la peluca se parecía.

Me indicaron la habitación de Koko y luego entré.

—Por fin llegaste. —Dijo mirando hacia la ventana. —Desde que desperté esperaba que vinieras, te queda bien el cabello castaño.

No quise decir nada, de hecho no sabía que decir siquiera.

—Lo siento, por todo. —Dijo después de un rato.

—¿Por qué? —Pregunté queriendo ver si decía todo lo que había hecho.

—Por ser un cretino, obligarme a quererte aún cuando supe que Inupi estaba enamorado de ti.

—¿A qué te refieres?

—Realmente no estaba enamorado de ti, hasta... Bueno, hasta lo que sucedió en la casa de Taiju, te fuiste y... agh, Inupi me dijo que te dejará ir, que era lo mejor, tuvimos una pequeña discusión y se le escapó decir que estaba enamorado de ti. Sabes cómo soy y... Me molesté tanto con él que comencé a...-

—Ya cortale, no quiero saber eso. Quiero saber tus motivos del porque hiciste lo que hiciste.

—No soporto verte con alguien que no sea yo, ni siquiera quiero verte junto a Inupi, odio la maldita idea de que estés con otro tipo, independientemente si son amigos o no.

—¿Al menos me quieres?

—Yo te amo. —Dijo mira dime a los ojos, viéndose completamente sincero.

Mi pecho se oprimió y entonces las lágrimas se acumularon en mis ojos.

—¿Y por qué lo hiciste?

—Por lo mismo que no querías verme, enloquecí realmente, no pensé las cosas. Además Inupi dijo que quería decirte sus sentimientos, me dio miedo de que tú los aceptaras y entonces te fueras de mi lado definitivamente.

—Koko... me gustaría darte una segunda oportunidad... Pero mientras no cambies, no lo haré. Y ya tengo que irme, mis padres deben estar buscándome.

—No te vayas... por favor. —Dijo con los ojos llenos de lágrimas. —Prometo que voy a cambiar, te mostraré una mejor versión de mi, voy a amarte tanto como me sea posible, y aunque no te gusten mis regalos costosos, seguiré haciéndolos, en el futuro nos casaremos, tendremos hijos y si no quieres tener hijos podemos tener gatos, muchos gatos porque sé que te gustan.

No pude evitarlo, sólo caminé hacia él y lo abracé, él también me abrazó y entonces lo escuché llorar.

—Perdón, en serio lo siento. —Dijo.

Tragué saliva dejando caer mis lágrimas.

For Your Love 🔞 [Kokonoi Hajime | Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora