For Your Love 🔞 [Kokonoi Hajime | Tokyo Revengers]

10

—Abre la boca. —Dijo Koko haciéndome virar los ojos pero aún así abrí la boca.

Él metió la cuchara con helado y luego comió lo que sobró de la misma cuchara.

—Andas más cariñoso que infiel recién perdonado. —Murmuré mientras tragaba el helado.

—Agradece que estoy siendo amable pinche naca. —Bufó.

Abrí mi boca con sorpresa y él solo rió nervioso, y aprovechó para meter más helado en mi boca.

—No, ya, ya fue. —Le dije tragando el helado. —Ya me voy.

—¡No, era bromita, lo juro! ¡Ya no vuelvo a ver tiktoks! —Lloriqueó abrazándose a mi pierna.

—Koko, hazte a un lado. —Gruñí.

—¡Perdoname amor de mi vida, no lo vuelvo a hacer! —Lloriqueó.

¿En verdad éste es el codicioso Kokonoi Hajime? ¿Ese qué le gusta el dinero y trafica drogas para conseguirlo?

—¿Quién eres y que le hiciste a Koko? —Me crucé de brazos. —Koko nunca se humillaría así, de hecho ni siquiera me hubiera dado de comer helado en la boca.

—¿Tan gacho era? —Bufó cruzandose de brazos, pero sin soltar mi pierna.

—Pues me ignorabas, ¿Por qué te sorprende? —Gruñí. —Ya muévete, me va a dar calambre.

Koko se levantó rápido, y me abrazó por la cintura.

—Si te molestas me veré en la necesidad de castigarte. —Dijo colocando su mano entre mi mejilla y mi mandíbula.

—No todo se trata de sexo, Koko. —Bufé alejandome de él. —Nos vemos después.

Comencé a caminar hasta mi casa, había quedado de verme con Draken ya que según quería que lo ayudara con Emma, la hermana de Mikey.

°°°

—¡Ya no sé que hacer! —Lloriqueó pasándose las manos por la cara.

—¿Y si le das flores?

—Es alérgica.

—¿Peluches?

—Una vez le regalé uno en su cumpleaños, y se lo regaló a una de sus amigas.

—Ah, ¿Chocolates?

—Dice que le salen granos.

—¿Serenata?

—Me echó agua la última vez.

—¿Cena?

—Me dejó plantado.

—¿Y si te rindes?

—Yo creo que si. —Dijo tomando mi peluche de vaca y lo abrazó haciendo un puchero.

—¿Has estado detrás de ella todo el tiempo?

—¿Eso que tiene que ver?

—Contesta.

—Si, todos los días voy a la casa de Mikey y la veo ahí.

—Bueno, entonces usemos la misma técnica que uso yo. —Sonreí. —Hagamos que Emma nos vea juntos, se molestará porque me darás atención a mi y no a ella.

—¿Crees que funcione?

—La verdad no sé, pero no perdemos nada intentando, sirve de que Koko se molesta más.

°°°

—¿Están seguros? —Pregunto Mikey indeciso.

—Nop, pero no hay otra forma, tenemos que arriesgar al golem o se quedará solo toda su vida.

—Calmate, sopenca. —Gruñó dándome un sape, pero siguió mirando el exhibidor de una tienda.

—Bueno, recordemos el plan, Mikey vendrá con Emma, Draken los verá y yo llegaré bien diva a la escena. —Dije sonriente.

—Pues ya vamos saliendo de la casa.

—Bueno, te vemos ahí. —Dijo Draken nervioso. Colgamos la llamada y comenzamos a caminar.

—Tu tranquilo yo nerviosa, ya verás que todo saldrá bien. —Sonreí palmeando su brazo.

—¿Y si no funciona?

—Que si va a funcionar, no seas negativo.

—¿Y qué se supone que vamos a hacer?

—Lo mismo que hacemos cuando está Koko. Bien, ve a sentarte, y yo iré a comprarte algo bonito, para que vea que soy “mejor partido”.

—Ah, está bien. —Murmuró cansado mientras iba a las bancas.

Yo me fui por mi lado, yendo hacia una tienda en específico. Había visto que Draken se quedó mirando demasiado una sudadera, tenía dragones en la parte de los brazos y aparentemente brillaba en la oscuridad.

Decidí comprársela, después de todo él me había ayudado mucho con lo de Koko.

Draken me mandó un mensaje de que ya habían llegado. Así que me dirigí hacia allá.

Una vez los tuve en la mira, noté a la rubia dándome la espalda, saludé a Mikey despeinando su cabello y luego fui a sentarme junto a Draken.

—Ya llegó por quién lloraban, par de nenas. —Sonreí. —Drakencito, te compré algo.

—¿Eh? —Preguntó nervioso.

Le mostré la bolsa, y se lo di.

—Vi que te había gustado, así que te la compré. —Murmuré, él abrió la bolsa y sacó la sudadera.

Abrió la boca sorprendido.

—Puedes probartela, si no te queda podemos ir a... —Cruelmente me interrumpió... con un abrazo.

—Gracias, gracias. —Exclamó feliz.

Parpadeé varias veces, algo sorprendida por el gesto, pero luego le respondí su abrazo.

Él se separó y de inmediato se quitó la camisa que normalmente llevaba, para ponérsela.

—Uy Kenchin, Ronah te quiere mucho. —Dijo un emocionado Mikey. —¿No es así Emma?

—Ah, claro. —Dijo ella y siguió bebiendo lo que sea que tomara.

Sonreí al haber logrado una reacción en ella.