Mi rostro en el espejo reflejaba el cansancio acumulado. Parecía un zombi. Desde que tuve aquel extraño sueño sobre Irene, había despertado varias veces durante la noche con la sensación de ser observada desde algún rincón oscuro de mi
cuarto.El sol comenzaba a asomarse por la ventana, iluminando la habitación У brindándome una calma pasajera. Desde que volví del bosque, me sentía más precavida, casi paranoica. ¿Y cómo no estarlo después de romper las órdenes de Irene y ella suelta?
—Definitivamente necesito salir. Estoy en la edad perfecta para disfrutar con mis amigos —murmuré mientras bostezaba.
Después de una ducha rápida y de cepillarme los dientes, fui al armario.
Saqué una sudadera gris y unos joggers a juego, junto con unas zapatillas blancas. Todo muy cómodo.—Rutina de sábado —suspiré, casi derrotada.
No tenía muchas ganas de seguirla hoy. Cada sábado, me levantaba temprano para correr. Era mi tradición, y a veces Geonu me acompañaba. Sin embargo, hoy, algo me pesaba demasiado.
Al llegar a la acera de mi casa, estiré bien los músculos, trotando un poco en el mismo lugar para acostumbrar el cuerpo antes de empezar. Las calles estaban más llenas de lo habitual, los autos iban y venían con prisa, mientras yo seguía mi ritmo.
Pasé frente a un parque y me arrepentí al instante. Las parejas parecían haberse apoderado del lugar, y su exceso de dulzura me provocó una mueca involuntaria. Eso me recordó a Sunghoon.
Un chico y una chica discutían en broma, y el chico la tiró al césped con suavidad, inclinándose sobre ella mientras intentaba liberarse. Recordé el día en el techo de la cabaña. Habíamos tenido una escena parecida. Sonreí ante el recuerdo, aunque me sentí algo incómoda por haber estado mirando por tanto tiempo. Retomé mi
carrera.—Es raro, Geonu no ha aparecido hoy... —murmuré mientras me sentaba en un banco del parque, dejando que el cansancio se apoderara de mí.
De repente, una figura encapuchada se sentó a mi lado. Sentí su mirada pesada, fija en mí, y traté de ignorarla, pero era imposible.
—Tanto tiempo... —dijo, y fruncí el ceño al escuchar su voz familiar—. ¿Me ignoras? No esperaba eso de ti, Heejin —soltó una risa seca, y mis ojos se abrieron de par en par.
—¿Qué haces aquí? —pregunté con seriedad.
—¿Qué crees? Vine a verte... —susurró burlona. Giré levemente para observarla de reojo. Su sonrisa cínica me erizó la piel—. Seguro has sentido presencias a tu alrededor, ¿cierto?
La observé con más atención. ¿Cómo es que ella sabía eso? Solté un suspiro, esforzándome por no mostrar debilidad le dediqué la mirada más fría que pude.
—¿Qué haces aquí, Irene? —repetí con tono más firme.
—Actúas como si no lo supieras...
Me levanté, decidida a alejarme, pero me agarró del brazo con fuerza, obligándome a mirarla de nuevo.
—Eres la responsable de lo que está a punto de comenzar.
—¿De qué hablas? —ladeé la cabeza, confundida.
—La segunda guerra de vampiros —susurró, con un deje de satisfacción en su voz—. Cuando veas a Hoonie, dile que lo extraño.
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ପ 𝗩𝖺𝗆𝗉𝗂𝗋𝖾𝗌 𝗜𝗇 𝗧𝗁𝖾 𝗖𝗂𝗍𝗒 ଓ || 𝗣𝖺𝗋𝗄 𝗦𝗎𝗇𝗀𝗁𝗈𝗈𝗇 𖥻𝟤 ✔
FanfictionHeejιn vυelve a la cιυdad. ѕeparando loѕ caмιnoѕ qυe нaвía enconтrado con ѕυ prιмer aмor. Aún aѕí, lleva aqυellaѕ vacacιoneѕ coмo υn recυerdo мυy valιoѕo en ѕυ мeмorιa. ↳¿Algυna vez...ѕe enconтrará de nυevo con ѕυngнoon? ✘Coɴтιɴυαcιóɴ α "vαмpιroѕ|...