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Después de nuestro regreso a Busan, las clases se reanudaron.
Los chicos ahora estaban en un proceso de adaptación con toda interacción social. Los primeros en dar un gran paso a unirse a las instituciones académicas fueron Heeseung y Jay, ambos se esforzaron demasiado, han dedicado gran parte de su tiempo a estudiar para exámenes de admisión a grandes universidades.
—Heeseung-hyung sólo pretende ser seguro de si mismo, pero en realidad sus manos están temblando por los nervios. —habló Jungwon con una pequeña sonrisa, viendo como el mayor se miraba en el espejo.
El de cabello ahora negro ojeó al de hoyuelos mientras acomodaba su ropa, sería su primer día en la Universidad.
—Estoy bastante calmado para tu información...
—¿Si? Y a mi me gusta dormir con calcetines. —volvió a hablar el menor.
—Pero tu no duermes con calcetines. —intervino el australiano sin entender.
—Ah.
Soltó el contrario antes de darle una rápida mirada a su amigo y dirigirse a la cocina donde lo esperaba Jay desde hace bastante tiempo para pedir ayuda con una receta.
[...]
—Heejin, ¿Estás ocupada? —preguntó el de ojos de bambi asomando la cabeza en la puerta del cuarto de la chica.
La nombrada se encontraba en su cama intentando hacer su tarea, mientras que Sunghoon buscaba obtener su atención.
—Hee, dime que sucede. —se reincorporó para prestar atención a su amigo.
—Estoy algo nervioso, ¿Crees que me veo bien así o debería usar otra cosa?—preguntó el chico mostrando su outfit.
Los dos menores se miraron con unas sonrisas, incluso más emocionados que el chico.
—Tú siempre te ves bien. —respondió el castaño mirando a su amigo.
Heejin asintió repetidas veces con la cabeza, apoyando las palabras de el contrario.
—Sunghoon tiene razón, darás una buena impresión, eres listo, además tienes una linda forma de socializar. —habló está vez la castaña sonriendo—. Por cierto...Deberías apurarte, se te hará tarde.
Heeseung asintió con una sonrisa, despidiéndose y marchándose por la puerta.
—¿Crees que esté bien? —preguntó Sunghoon soltando un suspiro.
—El estará bien...
Le respondió la pelinegra sacudiendo el cabello del chico con una sonrisa divertida.
—Tienes razón. Mira, ¿Qué te parece si salimos a dar un paseo? —preguntó mirando con una pequeña sonrisa a la pelinegra a su lado.
—¿Un paseo? ¿Ahora? Sabes, estoy bastante ocupada...
