05. Rivalidad.

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SUNGHOON.

Estaba sentado en la silla de la cocina, observando cómo Heejin se movía mientras preparaba algo de comer. Cada vez que Geonu abría la boca, mi irritación aumentaba. ¿Quién se creía que era?

—¿Cómo se conocen? —preguntó Geonu con una voz tranquila, como si no estuviera invadiendo mi espacio.

—Nos conocimos en las vacaciones —respondió Heejin, tan casual como siempre.

—¿Amigos? —insistió él.

Me quedé mirando a Heejin, esperando que dijera algo más, algo que aclarara nuestra relación. Pero no dijo nada durante unos minutos que parecieron eternos, y ese silencio me estaba matando por dentro. Por favor, di algo que me tranquilice, rogaba en silencio.

—Uh… sí —respondió al fin, pero su voz sonaba tan incierta que no podía creer lo que dijo.

No pude soportarlo más. Mi mirada se clavó en ella, intentando esconder la mezcla de rabia y decepción que me consumía por dentro. Chasqueé la lengua, me levanté y salí de la cocina sin mirar atrás, con paso firme y decidido.

Cuando llegué a la sala, me encontré con Jungwon, que levantó la vista del teléfono al verme.

—¿Qué sucede? —preguntó con curiosidad, notando mi evidente mal humor.

—Primero tú, y ahora ese imbécil —solté, sin filtro, dejando escapar parte de mi frustración.

Jungwon me miró con una expresión que no pude descifrar. Se humedeció los labios con la lengua y luego se sentó, inclinándose hacia adelante.

—¿Qué dices?

—Él… Está… ¡Él me quiere robar a Heejin! —grité, sintiendo que la sangre me hervía en las venas. Mis puños se apretaron con tanta fuerza que sentí cómo mis nudillos se volvían blancos.

—¿Ella es un objeto? —preguntó Jungwon con esa calma que a veces me sacaba de quicio, apoyando su mano en el mentón mientras me observaba.

Sus palabras me hicieron callar al instante. Me di cuenta de lo mal que sonaba lo que había dicho. Apreté los labios y desvié la mirada, sintiendo una punzada de vergüenza.

—Sunghoon, ella y tú no son nada. Puede hacer lo que quiera con su vida. Nunca le pediste ser su novia, y nunca salieron… Solo hubo besos, tal vez. —Sus palabras eran crudas, pero en el fondo, sabía que tenía razón. ¿Cómo podía reclamar algo que nunca había sido mío?

—Sabes ser cruel —bufé, tratando de ocultar el dolor que sus palabras me causaban.

—No se trata de eso… —Jungwon suspiró, suavizando su tono. Se levantó y se acercó a mí, colocando una mano sobre mi hombro—. Una vez dijiste que hay que luchar por lo que te hace feliz. ¿Ella te hace feliz, no es cierto? Lucha por ella —me palmeó la espalda con suavidad y luego se dirigió hacia las escaleras, dejándome solo con mis pensamientos.

Solté un largo suspiro y me dirigí hacia la puerta trasera de la casa de Heejin. Ella nos había mostrado algunas partes de su casa, y sabía que el patio era un buen lugar para despejarme.

Allí estaban Jay, Jake y Yeji, charlando entre ellos. Agradecí mentalmente haberlos encontrado en ese momento.

—Te ves mal… —comentó mi hermana, Yeji, con una mezcla de preocupación y curiosidad en su voz.

Los otros dos también se giraron a verme, asintiendo en acuerdo con ella.

—¿Qué sucede? —preguntó Jake, siempre directo.

ପ 𝗩𝖺𝗆𝗉𝗂𝗋𝖾𝗌 𝗜𝗇 𝗧𝗁𝖾 𝗖𝗂𝗍𝗒 ଓ || 𝗣𝖺𝗋𝗄  𝗦𝗎𝗇𝗀𝗁𝗈𝗈𝗇 𖥻𝟤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora