Capítulo 3

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     🔞 ADVERTENCIA DE CONTENIDO NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES🔞

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Un escalofrío recorre mi cuerpo y mi piel se eriza. Creo que todo el alcohol que tomé hace un rato ha desaparecido por completo.

El hombre tiene un arma en la mano izquierda y con la otra mano la acaricia. Me asusto, mi cuerpo comienza a temblar al recordar lo que vi en las noticias el otro día. Quisiera correr, pero estoy congelada.

—¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué estás aquí? —le pregunto temblando.

Él se acerca sin decir una sola palabra, se posiciona frente a mí y guarda el arma en la parte trasera de su pantalón.

—Te quiero a ti —murmura con una voz gruesa, suena un poco extraña por la máscara.

Se acerca más a mí y como instinto retrocedo hasta chocar con la pared. Él levanta sus brazos alrededor de mí, a la altura de mis hombros. Estando acorralada lo único que puedo ver además de la máscara son sus ojos. Ojos negros que irradian oscuridad y maldad.

—Vine por ti —susurra sin dejar de mirarme.

—¿Por qué?, ¿por qué a mí? —digo muy asustada. Sin darme cuenta una lágrima sale de mis ojos y recorre mi mejilla. Él quita su brazo derecho de la pared y desliza su dedo pulgar sobre mi mejilla para limpiar mi lágrima.

Al sentir su tacto, una electricidad recorre mi cuerpo y las paredes del abdomen se me contraen, dándome una horrible sensación de no poder respirar. De inmediato me aparto de él, logrando salir por el espacio que hay libre.

Alcanzo a correr lejos y me dirijo a la puerta, pero al intentar abrirla, él aparece de nuevo y la cierra de manera brusca. Me da un fuerte golpe en el rostro que me hace caer estrepitosamente al suelo enseguida saca su arma con rapidez y me apunta con ella. Retrocedo, llorando asustada, hasta chocar con la pared. En este momento el ardor que siento en mi cara no le llega ni a los tobillos al temor que siento de que este hombre esté aquí.

—No te muevas —me ordena mientras guarda el arma en la parte trasera de su pantalón. Asiento temblando, él se coloca en cuclillas frente a mí y saca de sus bolsillos unas bridas.

Extiende sus brazos para luego sujetar mis dos manos y unirlas. Las presiona con tanta fuerza que deja unas marcas rojas en ellas. Ata con mis manos con una brida y toma mis piernas para amarrarlas. Con mis manos lo empujo con todas mis fuerzas, acción que lo hace perder el equilibrio y caer al suelo. Aprovecho esto y salgo rápido del cuarto, pero antes de siquiera poder bajar las escaleras, aquel hombre me detiene sujetándome del cabello.

—¿A dónde crees que vas? —gruñe tirando de mi cabello. De inmediato me doy cuenta de que cerca de las escaleras, justo a mi lado, hay una mesa con un jarrón de vidrio templado, así que lo tomo con mis manos aún atadas, me doy la vuelta hacia él y lo rompo en su cabeza logrando que me suelte y caiga al suelo otra vez. Giro en dirección a las escaleras e intento bajar, pero siento que una mano me sujeta el tobillo izquierdo, lo cual me hace perder el equilibrio y termino cayendo aparatosamente por las escaleras. Doy giros y giros hasta que me estrello con el final de las escaleras.

La Sonrisa Del Mal [#1] YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora