Capítulo 9

1.1K 278 39
                                    


Me quita el cuchillo del cuello y se levanta para salir del cuarto e ir hacia donde está Yoona

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me quita el cuchillo del cuello y se levanta para salir del cuarto e ir hacia donde está Yoona. Me levanto rápido de la cama y lo sigo.

—¡Espera! —le digo poniéndome frente a él impidiéndole seguir caminando. Éste se detiene y me mira—. No lo hagas, lo siento. Por favor, no le hagas daño a Yoona, yo fui la que cometió el error, no ella. —Comienzo a llorar y me arrodillo suplicándole.

Lo escucho reír.

—Está bien, te daré una segunda oportunidad, y si no quieres que la asesine a ella y a toda tu familia, regresarás a tu casa mañana. Si no lo haces, atente a las consecuencias —amenaza y pone la punta del cuchillo de nuevo en mi cuello, luego lo desliza lentamente hacia arriba, esto hace que levante mi rostro y lo mire a los ojos. Por varios segundos me pierdo en la oscuridad que irradian esos ojos negros—. Ahora sal, necesito que la distraigas para poder salir. Recuerda nuestro trato —advierte y me quita el cuchillo.

Me levanto sin dejar de temblar y doy la vuelta. Camino hacia la puerta y antes de abrirla, me limpio las lágrimas. Abro la puerta y salgo. Logro visualizar a Yoona en la cocina, está guardando la comida que compró en la nevera. Me acerco a ella tratando de disimular el miedo que tengo, apretando con fuerza la tela del pantalón de mi pijama.

—Yoona, espero que cocines bien.

—Por supuesto, ¿o cómo crees que he logrado subsistir sola? —inquiere y me ofrece un potecito de helado sabor fresa—. Te traje lo que tanto te gusta, niña golosa —bufa y de inmediato comienzo a comérmelo. Por lo general como mucho helado, pero cuando tengo ansiedad quiero comer helado todo el día.

—¿No quieres un poco? —Le ofrezco una cucharada y ella niega.

—Claro que no, eso engorda y yo necesito mantener mi figura —dice coqueta, dando una vuelta para mostrar su cuerpo esbelto. Doy una sonrisa de labios cerrados mientras mi mente solo puede pensar en que él estuvo a punto de matarla.

*


Estoy frente al espejo viendo cómo me queda la ropa que me prestó Yoona. Unos jeans negros muy parecido a los míos y una camiseta roja, con una chaqueta negra.

No he podido dormir bien, las ojeras que tengo se notan demasiado no puedo quitarlas ni con todas las mascarillas de Yoona. Salgo a la sala y veo a Yoona sentada, comiendo al tiempo que se pinta las uñas. Tomo asiento junto a ella y comienzo a comer lo que ha preparado, aunque no tengo apetito, pero no quiero hacerle un desplante.

Mientras comemos, Yoona enciende la TV y justo están dando una noticia de él.

"La víctima es un hombre de cuarenta años, un importante empresario y político de la ciudad de Busan. Aún se desconocen los motivos que pudo haber tenido éste asesino para matarlo, y como siempre, dejó una frase marcada en el cuerpo de la víctima: "Siempre corremos hacia el miedo del que huimos". Los oficiales ya se encuentran investigando qué relación tiene esta frase con el asesino.

La Sonrisa Del Mal [#1] YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora