Capítulo 18

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Abro mis ojos y me encuentro en ese horrible cuarto

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Abro mis ojos y me encuentro en ese horrible cuarto. Me levanto del piso y trato de huir, pero de repente aparecen a mi alrededor unos espejos que forman un círculo y me dejan encerrada. Miro mi reflejo y noto que tengo la máscara del asesino puesta. Trato de quitármela, pero no puedo, está pegada a mi rostro.

Sigo desesperada tratando de quitármela, cuando de repente me brotan de la espalda unas hermosas alas blancas, pero una de ellas, la derecha, comienza a cambiar su color a negro y las plumas se caen, dejando un esqueleto roto espantoso; es horrible.

Una cadena sale de uno de los espejos y se enrolla en mis pies. La cadena me jala y me hace caer al piso mientras trata de arrastrarme hacia el interior del espejo, donde está mi reflejo, solo que ahora tiene las dos alas negras, como las de un demonio. Grito mientras lucho para no ser arrastrada hacia el espejo, pero la cadena me jala con cada vez más fuerza. De repente, el reflejo cambia y ahora aparece Yuntae en él. Dejo de luchar y la cadena me arrastra a través del espejo.


Suena la alarma y abro los ojos. Parezco una loca con este cabello alborotado. Me levanto de la cama y me duelen un poco las piernas, pero lo que más me duele son las caderas; ese monstruo dejó su gentileza a un lado, pero sin embargo lo disfruté mucho. "Masoquista", recrimina mi cabeza. Camino hacia el baño envuelta en las sábanas.

Salgo en ropa interior y me miro al espejo. Me sorprendo al ver marcas de chupetones en todo mi cuerpo.

—¿¡Qué!? Es un... ¿cómo pudo dejarme marcas? —Mis gritos de molestia retumban por todo el lugar.

Él fue demasiado brusco anoche y para colmo me dejó chupones en el cuello, la clavícula y los hombros. Me pongo un jean y una blusa negra, por encima el mismo cárdigan marón que usé el primer día y una bufanda.

—Espero que esto cubra las marcas.

Bajo a la cocina. Estoy cansada, tengo sueño y me duele todo el cuerpo, no creo que pueda sentarme porque me duele mucho el trasero de todas las palmadas que me dio ese loco.

Desayuno y me voy a la universidad. Como puedo, tomo asiento en la silla, aún me duelen los glúteos.

—¡Eunji! —me llama Sooho, quien viene entrando junto con Yuntae. Se acercan hasta posicionarse frente a mí—. ¿Estás lista para hacer la presentación de tu proyecto? —me pregunta sonriendo.

—¿Qué? ¿Cuál proyecto?

—Me refiero al proyecto más importante del semestre, Eunji.

—¡No puede ser! Lo olvidé por completo —digo preocupada, mientras me pongo las manos en la cara.

De repente el profesor entra y ellos se van a sentarse. ¡Por Dios! ¿Qué voy a hacer? He estado muy ocupada y no preparé nada. Miro a mi lado y Yoona, quien llegó tarde, sí trajo su proyecto.

La Sonrisa Del Mal [#1] YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora