Capítulo 12

968 255 17
                                    


  📌 Maratón 📌   2/3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

  📌 Maratón 📌
   2/3

Su máscara blanca me provoca nauseas, es la primera vez que lo veo de día, y además no creo que le guste que yo esté sola en mi casa con un hombre.

—Eunji. —La voz de Yuntae me saca del trance y dejo de ver aquella máscara para posar mi mirada en Yuntae, quien ahora está frente a mí, y me mira muy preocupado. Seguro que estoy pálida—. ¿Estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Qué estabas viendo? —pregunta muy preocupado y se gira para mirar hacia la ventana que yo estaba mirando hace un rato.

Me angustio y trato de impedir que él lo vea, pero me doy cuenta de que el asesino ya no está ahí. Yuntae, al no ver nada, vuelve su mirada hacia mí y yo respiro, ya más calmada porque ese loco se ha ido. Niego y le sonrío de vuelta.

—No me pasa nada, ya podemos irnos —inquiero caminando hacia la puerta y este me sigue.

Sí, sé que ahora que él me ha visto no debería salir con Yuntae, ya que no le gustará. ¡Pues que se joda!

Aún es de día y él dijo que yo podía hacer lo que quisiera durante el día, y además solo le daré clases de patinaje a Yuntae, plan de amigos. Aunque eso no me impide emocionarme por salir con el chico que amo.

Llego a casa y me tiro al sofá demasiado feliz como para tararear una canción. Pongo mi bolso a un lado, me quito los zapatos y subo mis piernas, enredándolas entre sí.

Tomo mi celular entro a Naver  y le doy clic al botón de buscar, pero no sé cómo buscar información sobre él, nunca han dicho ni siquiera su seudónimo, así que escribo "el asesino enmascarado de Seúl". Me salen un montón de fotos y videos de él matando personas. Miro algunos videos y la verdad es horrible, estoy horrorizada por su despiadada forma de matar.

Las pocas veces que las cámaras de seguridad lo han captado, muestran lo mismo que yo he visto de él: nada. Es muy astuto, parece que escanea bien a sus víctimas y los lugares donde las mata. Siempre se viste de negro, utiliza una capucha y esa máscara. La policía no ha podido ni siquiera saber su identidad.

Crack.

Escucho como si hubieran arrojado la puerta. Dejo el celular en el sofá y me levanto, miro hacia arriba y lo veo a él bajando las escaleras rápido hasta acercarse a mí. Parece molesto.

—¿Qué es esto? —grita mostrándome el dibujo que hice, y que para mí mala suerte dejé sobre la mesa—. ¡Contéstame! ¿Soy yo?

—Sí. Pero... —trato de explicárselo, pero me interrumpe.

—¿Qué te dije?, ¡que no podías conocer mi identidad! ¿Qué pasaría si la policía supiera que estás relacionada conmigo?, ¡ellos vendrán y verán esto!

—Solo lo hice como un juego. No creo que se parezca a ti, ¿o sí? —pregunto curiosa.

—No, claro que no se parece a mí. Escúchame muy bien y recuérdalo siempre: el día que conozcas mi rostro, morirás —me amenaza serio y luego rompe en pedazos el dibujo—. ¡No vuelvas a hacer algo como esto nunca más! ¿Entendiste? —gruñe furioso.

La Sonrisa Del Mal [#1] YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora