Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ XXVI

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Capitulo XXVI - La última batalla

Te extrañaba...

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Diez de Octubre.

La Cuarta Gran Guerra Ninja había acabado, al igual que la batalla que momentos atrás se llevó a cabo en los límites del País del Fuego y el País de los Campos de Arroz, exactamente en el Valle del Fin, un lugar que se había vuelto muy significativo para el par de ninjas que había logrado sellar a Kaguya junto con Kakashi y Sakura.

Dicho lugar actualmente se encontraba completamente irreconocible producto de las tres enormes explosiónes que provocaron y que dejaron como resultado una inmensa destrucción en el campo de batalla.

— ¿Q-que pasó? —Preguntó con dificultad observado el cielo oscureciendose.

— Nos quedamos dormidos —Explicó el Uchiha a su lado.

Ambos se hallaban en el suelo, con la ropa rota, el ojo izquierdo hinchado por los golpes que recibieron del contrario, al igual que otras partes de sus cuerpos, y sangrando por la falta de uno de sus brazos; en el caso de Naruko el brazo derecho y en el caso de Sasuke el brazo izquierdo.

— ¿Ya admitirás que tu hijo, en realidad, es nuestro hijo? —Sintió sus ojos llenarse de lágrimas por su pregunta.

— Sí, Menma Uchiha-Uzumaki, es nuestro hijo.

Menma Uchiha-Uzumaki; repitieron ambos ese nombre. No era cualquier nombre. Era el nombre de su hijo, el que habían tenido juntos, el fruto de la relación que tuvo lugar en plena adolescencia de ambos. 

Sintió felicidad y alivio al decirlo, más de la que se esperaba sentir cuando se imaginaba el momento en el que le tocaría admitir en voz alta que Uchiha Sasuke era el verdadero padre de su hijo, y que llevaban la misma sangre que él en sus venas.

Ya se acabó eso de que su pequeño era descendiente del Kazekage de la Arena, luego de tantos años, en los cuales más de una vez deseo gritar a los cuatro vientos que el Uchiha era el padre de Menma, pero no lo hizo al recordar que se fue sin dar una mínima explicacion al respecto, dejando el vacio existencial de que la razón pudo haber sido su embarazo.

Además que, al hacerlo, sentia que estaba pidiéndole ayuda, diciendo que no era capaz de hacerse cargo de su hijo, cosa que más de una vez fue su realidad.

Desde el día que nació su niño, hasta ese preciso momento, cargaba una gran inseguridad a la hora de dirigirse hacia él. Temía que hiciera algo mal y que eso influyera en su comportamiento o manera de pensar y ver las cosas. Y estaba más que segura que haberle mentido acerca de quién era su padre realmente, no había sido lo más adecuado, sin embargo, guardaba la esperanza de que entendiera porqué lo hizo, o al menos, de que le dejara explicárselo lo mejor posible y que de esta manera entienda sus motivos y razones.

Aun así, tenía la sensación de que se había quitado un peso de encima, y inevitablemente las lágrimas no se quedaron en sus ojos y comenzaron a desplazarse por su rostro.

Ya no tenía que seguir manteniendo esa mentira, ya absolutamente todos lo sabían.

Para muchos no fue sorpresa esta noticia que se dio a conocer en plena guerra. La gran mayoría que había visto al niño, aseguraban que el padre realmente era Sasuke, o debía serlo, sobretodo porque ambos azabaches se parecían mucho, demasiado para ser una simple casualidad; y porque antes, Naruko y Sasuke, estaban juntos por lo que aumentaban las probabilidades de que sea cierto. Esto provocaba que muchos de los que defendían esta idea se preguntaran: ¿que sucedió entre ellos dos?

𝖴𝗇 𝖣𝖾𝗌𝗍𝗂𝗇𝗈 𝖣𝗂𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝗍𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora