𝖴𝗇 𝖣𝖾𝗌𝗍𝗂𝗇𝗈 𝖣𝗂𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝗍𝖾

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ VII

Capitulo VII - Muerte

No puede ser verdad...

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— Este es tu fin —Sentenció Naruko mientras le clavaba su espada al igual que el azabache y así ambos acaban con la vida de uno de los tres Legendarios Sannin—

Orochimaru sonrió con arrogancia a pesar de estar siendo empalado por ambas espadas. Sabía que pronto iba a morir, su estado de salud últimamente había sido muy malo, además que este empeoraba más y más con cada día. Mentalmente ya se hacía la idea de que pronto su vida y su historia llegarían a su fin, aunque eso no significaba que lo admitía.

No, no iba a dejar que lo maten, al menos no sin antes dar pelea. Lo haría por más que se encontrará débil y su cuerpo no estuviera en condiciones para enfrentarse a dos ninjas como Naruko y Sasuke.

Era consciente de lo fuerte que se habían hecho, él mismo había visto como día tras día entrenaban y poco a poco mejoraban.

Sabía que su muerte iba a ser algo inevitable principalmente por el pedido que le había comentado a la rubia y esta a su vez al Uchiha. Pero al fin y al cabo era su única alternativa ya que Sasuke no iba dejar que use su cuerpo como contenedor y la Uzumaki menos.

Además que no tendria sentido usar de contenedor a cualquiera. No, él quería que sea un Uchiha, quiera tener en sus manos el poder del Sharingan al menos. Eso era algo que llevaba deseando desde hacía años. Sin embargo le sucedió lo mismo que con Itachi años atrás.

— ¿Donde esta Kabuto? —Pregunto el azabache al ver que no se encontraba por ningún lado el albino—

— Seguramente escapó —Dijo la rubia observando el lugar— No siento su chakra —Lo busco con su habilidad para rastrear chakra pero no lo encontró por ningún lado. Confirmando que en efecto había escapado y seguramente se encontraba a kilómetros del lugar—

— Da igual, vámonos —Le resto importancia y luego ambos salieron del lugar—

— Ya lo hicieron, ¿Cierto? —Pregunto Suigetsu que lo encontraron en los pasillos junto a Juugo y Karin—

— El muy idiota se atrevió a pedirnos un hijo —Confirmó la Uzumaki sorprendiendo al trio—

— ¡¿Un hijo?!. Ese hombre está demente —Dijo la pelirroja—

— Lo escuché hablar de algo parecido con Kabuto hace unos días —Comentó Juugo— ¿Que pasó con él?, ¿También lo mataron?

— No, escapó —Respondió el azabeche—

— ¿Que harán ahora? —Quiso saber el albino—

— Tenemos un asunto pendiente con Akatsuki —Informó la rubia—

— Entiendo, ¿Que haremos con los que están encerrados en las celdas? —Pregunto Karin recordando como siempre que pasaba por el sector de las celdas le pedían que abra estas para liberarlos de los experimentos y maltratos del Sannin—

Esto era algo que, por obvias razones, no podía hacer pero aún así no podía evitar sentirse mal al ver el estado grave de algunos, además que ella había vivido en carne propia esa experiencia y no se la deseaba a nadie.