27. Junio

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Nate llegó el mero día de su cumpleaños, no sabía a qué hora llegaría su vuelo, y es que vino por un problema que necesitaba resolver porque de lo contrario se quedaría en Londres.

Todos los días hablaba con él, le había pedido disculpa por mi comportamiento de la vez pasada, y estábamos bien.

El asedio de los periodistas no había cesado y no lo hará más cuando vean que Nate está aquí, querrán una foto de los dos, se había descubierto quien había sido el chismoso, y me quede en shock cuando me lo dijeron.

Brad. Había sido el maldito chismoso en filtrar sobre nuestro compromiso, solo por dinero y pienso que también por vengarse de su familia.

Mi papá me había dicho que todos en el pueblo lo habían felicitado y que me mandaban felicitaciones, claro que nunca lo menciono, pero era más que obvio que él ya lo sabía, desde que papá me dijo "todo el pueblo" es cómo decidiendo "Thomas ya lo sabe" no sabía cómo sentirme al respecto, no sé si lo veré en la boda de Nicole y lo más seguro es que si vaya, le comente a Nate si iríamos, yo por supuesto que quiero ir, sin embargo él no sabe.

De pensar que solo quedaba unas cuantas semanas para ese evento, mis nervios se descontrolaban.

Otra cosa era que no habíamos hablado sobre nuestra boda, esperaba hacerlo ahora que él está aquí.

—Te extrañe —hundió su nariz en mi cuello, cuando me vio, yo respiré su fragancia que me gustaba.
—Yo también te extrañe.

Me sonrió satisfecho y es qué tal vez no pensó que le dijera lo mismo, porque esta semana no he estado de lo más contenta con él.

—Feliz Cumpleaños. —le entregue la caja adornada de un moño —no sabía qué regalarte.

Con entusiasmo quito el moño y abrió la caja. Le había regalado un porta retrato de esos caros con una foto de nosotros dos.

—Me encanta, gracias.

Pude ver que lo decía con honestidad, una parte ayudó que no estuviera aquí y así poder pensar en su regalo.

—¿Reloj nuevo?
—Me lo regalo mi tía Lia, de parte de ya sabes.
—Es caro.

Ahora me sentía mal de no esforzarme más por su regalo de cumpleaños.

—No es lo que Pebe, me hubiera regalo, pero me imaginó que no quisieron que pasara desapercibido. —dijo quitándole importancia.

¿Que le habría regalado?

Odiaba sentirme así con ella, era yo la que se casaría con él.

—¿volverás?
—Quisiera, pero no puedo. Te he tenido abandonada.
Me sonrió.
—Tal vez puedas llevarme la próxima vez.
—Dalo por hecho.

Me preguntó cómo había

Llegamos a casa de los papás de Nate, no quiso ir a un restaurante por todo el barullo que eso atribuía.

—Muchas felicidades hijo.

Liv y el señor Miller lo abrazaron.

Ellos ya no fueron a Londres porque no querían dejarme sola con todo, por una parte me sentía culpable.

—¿Cómo estas? —es la pregunta que más le hicieron.

Aunque intentaron no preguntar por la princesa creó que fue imposible, creó que eso lo fastidiaba y podía ver qué intentaba fingir estar feliz aunque no lo estuviera.

El pastel fue de chocolate, era su favorito.

Demasiado empalagoso para mi.

La fiesta terminó a las 12 am, y a la 1 am me dejo en mi departamento.

Siempre Te Querré || Secuela de la saga de Mujer Comprada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora