Efímero #0 ✔️

8

-¿Por que contrataste a este panadero, Lidia?
Don Alejandro esta regañando a lidia por que ella contrato a un panadero para pan fresco.
-Es que....
-No - le interrumpe - llevaremos pan añejo a la otra panadería.
Yo lo miro, con el ceño fruncido.
Pero no digo nada, no puedo.
-Lorraine, Llama a Eric.
Yo asiento y salgo de la panadería, tomo mi celular, dispuesta a llamar a Eric, hasta que recuerdo que no tengo su número.
Voy entrando para explicarle eso a Don Alejandro hasta que su furgón llega, se baja y me ve.
-¿Que ocurre?
-Don Alejandro quiere hablar contigo.
El asiente, entramos.
-Aquí estás.
Eric asiente.
-Necesito que lleves este pan a la panadería villa.
Eric frunce el ceño.
-¿Pan añejo?
El asiente.
-Si.
-No, yo no llevare eso, ¿Quiere que las personas coman pan añejo?, Yo no les repartiré eso, a esa panadería, allí van muchas personas.
-Bien, entonces yo iré.
Ahora me mira a mí.
-Lorraine ¿Me acompañas?
Yo le doy una mirada dura.
-No.
El asiente
-Entonces iré solo, adiós.
Fue a buscar la bolsa y se fue en un furgón.
Eric me mira.
-Nadie sabe que el pan de sobra se lo doy a la otra gente, ya sabes, a la que viste ese día.
Me susurra, yo me acerco a su oído.
-Yo siempre me quedo de las últimas, acá, y siempre les doy a la gente de acá afuera, el pan que sobra.
Cuando me separo el sonríe.
-Buena chica, Ariel.
Yo rodeo los ojos.
-Vete a la mierda, príncipe Eric.
El ensancha su sonrisa.
.
Termino de barrer, y saco el pan, para dárselo a un grupo de ancianos y a un joven.
-Tomen - les sonrió-
-Muchas gracias, que dios te bendiga
Les sonrió y voy a la panadería, tomo mi bolso y salgo de ahí.
Voy caminando, cuando veo a un chico, alto, con cara de malo acercarse a mí, yo me detengo y lo miro con horror, mierda.
El me susurra.
-Señorita, ahí - apunta hacía un señor regordete, con cara de pervertido - ese señor la quiere asaltar, así que si quiere, yo la acompaño para que no le pase nada.
Yo sonrió.
-Mi salvación, ¿Eh?
El me sonríe.

Al llegar a casa, me despido del chico, saco mis llaves y entro a casa, lo primero que me recibe es mi madre sentada en el sillón, con Adriél al lado, llorando.
Cierro la puerta.
-¿Que ocurre?
Ella me mira, enojada.
-Te vas de casa, ahora, llevate contigo este niño y tus cosas, te vas.
Yo la miro.
-¿Que...?
-¡Que te vayas! ¡AHORA!
Me interrumpe, yo tomo a Adriél y corro escaleras arriba, entro a mi cuarto, saco un bolso y dejo toda la ropa de adriel y la mía, quito la madera y saco mi dinero, los pañales, un peluche de Adriél y mis toallas y protectores.
Bajo, no miro a mi madre, solo salgo hacía afuera.
¿Y ahora que?
Ah, la casa de mi abuela.
Corro con el bolso en mi brazo y Adriél en el otro, hacía la casa de mi abuela, toco el timbre y ella sale, en pijama.
-Mi niña ¿Que ocurrió?
Yo entro y le cuento todo, llorando, Adriél en mis brazos esta dormido.
-Mi hija... Mi hija, es una perra
Dice mi abuela, yo la miro, estupefacta.
-Abuela...
-¿Como se le ocurre echarte? Yo no crié a una hija así.
Mañana iré con tu tía a hablar con ella, ahora ve a dormir.
Yo asiento, me despido y entro al cuarto de invitados.
Llore toda la noche, hasta quedarme dormida.

-Adriél.
El abre un ojo, lo cierra, abre el otro ¡Lo cierra! Se sienta, abre los dos ojos azules y me mira, y sonríe.
Yo instintivamente lo abrazo.
-¡Mi bebe precioso!
El ríe a carcajadas.
-¿Ya despertaron los tortolitos?
Dice mi tía Sylvia.
-¡Tía! ¿En que momento llego?
Ella se encoge de hombros y curva los labios hacía abajo.
-A las ¿6? Que se yo, niña.
Yo asiento.
Ella se acerca a mi y me pone una mano en el hombro.
Su expresión cambia a una de tristeza.
-Lo siento mucho, mi hermana es mala.
-No se preocupe, tía.
Aun que conteste cosas como esas, o finja que no me duele, creeme que me duele mucho, lo suficientemente como para que cuando me hablen del tema, una sensación en el pecho me invada y mis ojos ardan a la vez.
-¿Y hoy no trabajaste?
Yo le sonrío.
-Es sábado, recuerde que el fin de semana se turnan, me toca la próxima semana.
Ella asiente.
Mi abuela y mi tía se van, me dice mi abuela que coma lo que se me de la gana así que, saco Nutella, que aún que se lo tienen prohibido a mi abuela, lo come igual, se nota por que la Nutella esta abierta y le han sacado unas cucharadas.
Así que saco Nutella, una mitad de un pan, y te verde.
Me lo preparo todo.
A Adriél le preparo una leche, y pan con Nutella.
Lo siento en una de mis piernas y lo agarro con el brazo izquierdo, mientras que con el derecho, como mi pan y me tomo el té.
Observo a Adriél, el se ríe por una caricatura que sale en la televisión.
-Eres hermoso, mi bebe.
El me sonríe.
-Te quiero mami.
Tiene dos años y habla clarito como el agua, termino de tomar mi te y observo a Adriel, ya se a comido todo, y se a tomado la leche.

Lo levanto con mis dos brazos.
-¿Quien es mi bebé hermoso?
El ríe a carcajadas.
-¡Yo!
Le doy un beso en su mejilla y le canto una canción de cuna, mi abuela no a barrido hací que, le limpiaré acá.
-Estrellita donde estás
me pregunto qué serás,
en el cielo y en el mar
un diamante de verdad.

Estrellita dónde estás
me pregunto qué serás.

Cuando el sol se ha ido ya
cuando nada brilla más
tu nos nuestras tu brillar
brillas brillas sin parar.

Estrellita dónde estás
me pregunto qué serás.

Estrellita dónde estás
me pregunto qué serás,
en el cielo y en el mar
un diamante de verdad.

Estrellita dónde estás
me pregunto qué serás.

Y se duerme, lo dejo en la cama y no cierro la puerta, comienzo a ordenar, le barro, le limpio el piso, levanto la mesa, limpio los muebles y cuando esta todo listo. Me siento en el sillón y llegan mi tía y mi abuela.
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Nota de la autora: ¡Esa madre!
La verdad la odio, con todo mi ser, ¡La odio! Es peor que la madrastra de la cenicienta, a, pero yo me pase por aquí para decirles; Voten, por favor, pero no se preocupen, no los obligaré, asi que.... ¿Que le dirá la abuela y la tía a Lorraine?