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La caída

Desperté a las 4 de la mañana, por que comenzaba a las 5, me vestí, con una falda morada, apropiada y una camisa blanca con puntitos negros, luego me arregle mi cabello, me hice rulos y luego baje rápidamente, me prepare un sándwich con jamón y salí de casa, a las 4:30, caminé, Casi corrí, pase por la estación de tren y luego me detuve de golpe, había un grupo de unos ¿10? Hombres, con cervezas, y recordé lo que me había dicho mi abuelita.
-Recuerda, si ves a un grupo de hombres, tomados, saca tu celular y haz como que estas hablando con tu padre o tu novio, yo una vez los vi, saque mi celular y fingí, dije; Hola, amor, ¿Ya vienes para acá? Bueno, nos vemos. Y creeme que me funcionó.
Saque mi celular, del bolso, y fingí;
-Amor, ¿Ya vienes? - pase por el lado del grupo, uno me silbó- Es que voy pasando por.... Sí, okis, yap, te amo, nos vemos.
Fingí cortar y ya había llegado a la panadería, llame a Lidia.
-¿Sí?
-¿Donde estas?
-En la panadería, boba.
Corte y entre a la panadería, ahí estaba ella, con un delantal.
-Tu delantal está allá.
Apuntó con el dedo índice una puerta, entre y había 4 delantales, saque uno, me lo puse y salí de ahí, me quede al lado de Lidia. Llegaron muchas personas, compraban jamón, pan, queso, etc.
Y así se basaban todos mis días, hasta que mi estómago ya estaba inmenso, ya tenía 8 meses y medios, el bebe de mi madre ya había nacido, se llamaba nataly, le tenía que comprar leche y cosas así, también iba a ecogafrias, esta mañana iba a comprar una naranja, me había tomado el día libre, tenía no se que cosa, todos los días por la mañana iba a comprar una naranja, no 7 para una semana, solo una, me había puesto tonta, también me encantaba comer limón, mmmm exquisito.
Iba de camino hacía el señor que siempre me la vendía, incluso aveces me la regalaba, al llegar el señor ya tenía mi naranja en la mano.
—Justo a tiempo, Lorraine.
Yo le sonreí.
—Muchas Gr...- Fui interrumpida por qué me caí, pero reaccione rápido y caí de espaldas, el señor se levanto de su silla.
—¿Está bien?
Yo asentí con la cabeza, el me tendió la mano y me ayudo a levantarme, saco la naranja.
—Se la regalo, ¿La voy a dejar a su casa?
—Si no es molestia....
Le dije
—¡Claro que no! Vamos.
El señor me fue a dejar y me despedí de el, le dije que me dejara en casa de mi abuela, no iba a ir a casa así.
Golpee la puerta, y salió mi abuela, abrió los ojos.
—¡Hija! ¿Que te ocurrió?- se lo conte todo, ella me dijo que me acostara en el sofá, estaba muy tranquila, hasta que...
—¡AH! ¡ABUELA! ¡ME DUELE!
Ella llego corriendo.
—¡Llamaré a un taxi, vamos a el hospital!
Malditas contracciones, llego el taxi y me subí en el asiento trasero, me acosté y deje mi cabeza en el regazo de mi abuela, al llegar mi abuela le dijo algo a la enfermera, me trasladaron a una camilla y el doctor me examino la pierna.
—Al parecer solo fue un raspón, espere un minuto acá Porfavor.
Yo asentí, el se fue y al frente mío también había una mujer embarazada, con la bata, me sonrió.
—¿Primeriza?
—Si...
Ella asintió, y hizo una mueca de dolor.
—Yo... Ya e tenido... Dos, agh.
Volvió a hacer la mueca de dolor, y después me di cuenta, el bebe estaba saliendo ya.
—¡AAAAAAH! ¡AYUDA! ¡¡AYUDA!!.
Llegaron tres enfermeras o doctoras, estaba muy atónita para percatarme, la mujer gritaba, una enfermera comenzó a sacar al bebe, pero, lo sacaba como si fuera un chicle, lo tiraba y la mujer gritaba más, rápidamente salí de la camilla y corrí hacía afuera, pero me detuve, se me había roto la bolsa.
—¡AAAAH! .
Grite, el mismo doctor de antes llego.
—¡Porfavor,  valla a la camilla! ¡Ahora! ¡Si no se apresura el bebe puede quedar sin oxigeno!
Yo camine y me quedé en la camilla, pasaron unos segundos y llego mi abuela, con una bata y guantes, me dió la mano.
—Es parto normal, empuja.
Yo abri los ojos y lágrimas escaparon por mis ojos.
—¡NO!- Grité,  el doctor se quedo frente a mí.
—tu puedes.
Comencé a empujar.
—¡AAAAH!
Me ardía, grite, me retorci del dolor.
—¡Vamos! Tu puedes ¡Lorraine!.
Me grito mi abuela, dios mio, esto si que duele.
—¡AAH!
Sentí que algo se me rompió y termino de salir el bebé, suspiré, la mujer envolvió al bebe en una manta y me lo entrego, ni siquiera lloraba y eso me asusto un poco, pero solo a mi.
—Dios.... Eres precioso, Adriél.
Sí, así se llamaba mi bebé:
Adriél Brown Smith 
Sí, Brown no cuenta, ya sabes por qué.
—Mira sus manitas.
Le tome una manito y me apreto, me sonrió y se acurruco contra mi cuello, le acarició la cabeza y la doctora lo toma y lo examina, le pone unas vacunas y luego, se lo entrega a mi abuela.
—Bien hecho Lorraine, estoy orgullosa, seras una muy buena madre.

le sonrío a mi abuela, la verdad esto me lo imaginaba peor, me acabo de dar cuenta que mi dolor a sido reemplazado por amor.

observo a adriel;

—Tu y yo  contra el mundo, Adriel.

mi abuela me lo vuelve a pasar, esta vez, el con su mano me acaricia la mejilla, sonríe y una lágrima escapa por mi ojo derecho. Le canto una canción de cuna, haciendo que al final se acurruqué contra mi cuello y duerma plácidamente.

Efímero #0 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora