Capítulo 44

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No podía creer lo rápido que podía pasar el tiempo, pues después de aquel viaje lleno de diversión y placer, habían pasado un par de meses. ¡Cómo vuela el tiempo! Ni siquiera yo me he dado cuenta, pues estuvimos bastante saturados de trabajo en estos días y no tuve tiempo de ponerme a pensar en justamente eso.

-Listo, es todo por hoy -comentó Cristal finalmente.

Eiden suspira cansado y aliviado de que pudiera irse a casa a dormir, le entregué una botella con agua, él me sonríe agradecido y bebe del contenido como si su vida dependiera de ello. Me puse a juntar las cosas con ayuda de Cristal mientras Eiden recuperaba el aliento y cuando tuvimos todo listo nos despedimos de los productores para luego salir del estudio.

Pero al estar fuera del lugar nos dimos cuenta de que, en la entrada, un grupo de fans esperaban a Eiden para verlo salir mientras gritaban que querían verlo. Yo sonreí al ver que él, aunque estuviera tan agotado les daba de su tiempo encantado.

-Es tiempo de irnos, Eiden -recalca Cristal riendo levemente y nos lo llevamos mientras que él se despide de sus fans.

Entramos al auto y él suspira sonoramente a la vez que apoya su cabeza en el respaldo del asiento y sonríe.

-Quiero un descanso de una semana -pide comenzando a dormirse, así que deja caer su cabeza hasta apoyarla en mi hombro.

-Sí, claro. Le gusta hacer esto -murmura Cristal riendo.

Asentí al estar de acuerdo y reí levemente mientras apoyaba mi mano en su cabeza y sonreía. Pronto, Eiden se recostó hasta colocarse en mi regazo, estaba tan segura de que si pudiera se volvería a su forma lobuna para acurrucarse. De tan solo imaginarlo podía morir de ternura por eso.

William llevó primero a Cristal a casa y luego a nosotros, cuando estuvimos en frente tuve que despertar a Eiden. Se mueve sonámbulo y se baja del auto, tuve que guiarlo para que no se chocara con nada. Me despedí de william y llevé a Eiden hasta su habitación.

-Okey, lobito... ya puedes dormir -dije riendo leve al dejarlo sobre su cama.

De repente, antes de que pudiera apartarme, él me agarra por la mano y me jala hasta que caí sobre la cama y me atrapa enseguida.

-Ahora sí podré dormir -comentó.

Suspiré al notar que nuevamente se había dormido antes de siquiera poder responderle, y debía de admitir que estaba muy cómoda como para moverme así que lo abracé escondiendo mi rostro en su pecho y cerré los ojos durmiendome a su lado rendida ante la tentación.

***

***

-Hey, ¿cómo vas con tus canciones? -Eiden se acerca a mí, dejando a mi lado en la mesa una taza de café, mientras que yo estaba tocando la guitarra.

-Bien, creo que el no haber compuesto nada antes está ayudándome ahora, ya tengo algunas nuevas -mencioné sonriendo y pasando de página mi libreta.

Él se sienta a mi lado en la cama y yo comencé a tocar la nueva melodía, Eiden se mantiene en silencio, escuchando cada tonada y sentimientos puestos en ellos, sonríe ampliamente mientras me mira maravillado.

-Suena muy bien -expresó haciéndome sonreír.

Suspiré un poco cansada y él agarra la guitarra y la deja contra la pared a un lado, yo tomé un poco del café que me había traído y sonreí por lo bien que sabía. Amo el café.

-¿Le pusiste algo diferente? -pregunté al notar algo distinto en el sabor, él se acerca a mi rostro.

-Puede ser -murmura contra mis labios, dejé un casto beso en sus labios como agradecimiento por el café.

Coloqué la taza en la mesita de noche para evitar derramarlo, volví a mirar a Eiden y lo besé de una mejor manera, una más apasionada e intensa. Nos separamos sonriendo al quedarnos sin aire y luego él suspira y apoya su cabeza en mi pecho.

-¿Y qué tal con tu canal? -preguntó.

-Va mejor de lo que creí, mi números de seguidores está aumentando cada vez más... -sonreí y miré a otra parte-. Y... creo que ya quiero decir quien soy...

Él me mira rápidamente y obviamente sorprendido por mi rápido decisión, estaba tan segura de que pensaba que iba a tardar por lo menos un año o más, y siendo sinceros... yo también lo creí.

-¿De verdad? -asentí -. Pues... me alegro por ti, en serio. Sería un paso muy importante en tu nueva carrera.

Nueva carrera... Estaba tan feliz de que finalmente puedo cumplir mi sueño, incluso SaRis ya tiene varias invitaciones para firmar contratos, aún no he aceptado ninguna porque quería hacerlo cuando me mostrara como la verdadera yo.
Volví a besar a Eiden hasta que ambos caímos sobre la cama, conmigo sobre él.

-Oye... ¿Quieres salir a cenar? -pregunté al separarnos.

-Si es una cita entonces sí, si no entonces también podría ser pero no me agradaría -soltó como un niño haciéndome reír.

-Bien, es una cita.

Sonríe convencido y emocionado pero luego besa mi cuello haciéndome estremecer.

-Dame cinco minutos y estoy listo -comentó.

Asentí estando de acuerdo y él se desliza por la cama para bajarse y salir, yo me levanté y fui a mi armario para al final escoger un conjunto de ropa. Nuevamente tuve que revolver en todo mi armario para encontrar el conjunto perfecto y en cuanto lo tuve me fui a cambiar y a asearme.
Cuando me estaba poniendo un labial escuché a Eiden llamando a la puerta.

-¿Nos vamos, cuervito? -cuestionó, quedándose impresionado al verme.

Sonreí dejando el maquillaje de lado y agarrando mi bolso con mis cosas para luego caminar hacia él, que seguía cada uno de mis movimientos con una mirada que me lo decía todo... quería quedarse y quitarme la ropa sobre la cama.

-Está bien. Vamos, lobito -acaricie su barbilla cruzando a su lado mientras él me seguía como si no quisiera despegarse.

Me detuvo antes de bajar las escaleras para sujetarmenpor la cintura con ambas manos y apegarme a su cuerpo, rozando nuestros labios con necesidad.

-Estás tan hermosa, mi amor... me siento tan afortunado -mencionó antes de besarme.

-Gracias, pero creo que tú me ganas. Te queda tan bien esa ropa que además de sentirme afortunada por salir con una celebridad, me siento la envidia de todas -respondí.

Eiden volvió a besarme antes de tomar mi mano y guiarme hasta salir de casa y llegar junto al auto. Abrió la puerta para mí y cuando me subí él rodeó el auto e hizo lo mismo.

-¿A dónde quieres ir? -preguntó mientras arrancaba el vehículo.

-Hm... abrieron un restaurante aquí cerca, ¿te parece ir allí? Dicen que es muy bueno.

- Vamos allí entonces.

ENTRE GARRAS Y ALASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora