Capítulo 16

468 63 0
                                    

Escuché movimiento cerca nuestro que me hizo despertar y abrir los ojos justo en el momento en que vi como mi padre cargaba a mi madre para bajarla del techo en donde aún estábamos, ambos manteniendo una sonrisa tierna. Pude sentir un peso sobre mi cintura cuando intenté sentarme, fue cuando noté a Eiden durmiendo a mi lado. Sonreí inconscientemente, pero quería levantarme, así que, me senté intentando no moverlo demasiado, pero mis intentos fueron en vano cuando lo vi abrir los ojos y removerse.

-Lamento despertarte -me disculpé pero el me sonríe adormilado.

-Si eres tú quien me despierta, no tengo ningún problema -comentó haciéndome sonrojar.

Estas actitudes entre nosotros... el que él ahora se sentara para abrazarme... Todo era tan nuevo para mí, pero no me molestaba en absoluto.
En ese momento, el celular de Eiden comenzó a sonar y él gruñe quejándose antes de responder la llamada.

-¿Bueno? ... Estoy con Sarah ... ¿Ahora? ... ¿No puedo ir después? ...

Pude escuchar los gritos de Cristal desde la otra línea y Eiden tuvo que alejar el celular de su oreja e hizo una mueca. Me aguanté la risa.

-Ya entendí, ya entendí, Dios, mujer. Enseguida voy -cuelga la llamada-. Tengo que irme...

-Lo noté -respondí divertida.

Ambos nos levantamos y Eiden me carga para bajar del techo y dejarme en el suelo.

-Nos vemos mañana, no te acerques al bosque -advierte mientras se aleja con las manos en el bolsillo.

-No prometo nada, es mi lugar favorito -respondí.

-Lo sé -responde suspirando.

Eiden se va mientras yo lo observaba hasta desaparecer de mi vista. Resoplé mirando hacia la entrada del bosque pero decidí mejor entrar a casa.

-La próxima vez lo tiro del techo -escuché a papá hablando de Eiden, me eché a reír y mamá le da un pequeño golpe en la cabeza.

-Claro que no -mamá me mira acercarme hacia donde estaban ellos.

-Mamá, papá... necesito que me digan algo -me senté en frente de ellos, que al ver mi rostro algo serio decidieron escucharme- ¿Yo... he tenido un accidente que no recuerde?

Ellos se miran sorprendidos y luego con una expresión lastimera. Mamá baja la mirada suspirando profundo antes de apoyar su mano en mi rodilla.

-Fue hace tiempo... No sabemos con certeza lo que ha pasado, nosotros solo pudimos encontrarte inconsciente en el bosque. Tenías la cabeza sangrando y golpes en el cuerpo. Supusimos que habías caído desde el acantilado a un lado o que te habían atacado...

-Fue una suerte que no tuvieras heridas permanentes y siguieras con nosotros. Ahora estás bien...

-Yo... quizás sea así, quizás me veo bien... pero he olvidado cosas y a alguien que fue muy importante para mí -apoyé mi cabeza en mi mano-. No supe de ese accidente hasta ahora, ni siquiera recuerdo haber estado en el hospital.

-Nosotros también nos sorprendimos porque nos dimos cuenta con el pasar del tiempo de que no recordabas nada de eso... y pensamos que lo mejor era que siguieras así -suspira mamá.

-Lo... Lo entiendo. Gracias por decírmelo -los abracé enseguida.

-Cariño... no sabes cuánto nos asustó haberte encontrado así, jamás me había preocupado tanto -comenta mamá.

-Fue un susto terrible, para todos -le sigue papá-. Tus hermanos igualmente se habían asustado por ti.

-Puedo imaginarlo... Yo también me asustaría de verlos así o peor.

-Pero lo bueno es que haz mejorado y puedes llevar una vida normal otra vez -sonrió mamá besando mi frente.

Asentí estando de acuerdo con una sonrisa. Me levanté para ir a mi habitación, cerré la puerta de esta tras de mí y me mantuve pensativa en todo esto. Caminé hasta la ventana, miré por esta un segundo recordando a Eiden y en que me gustaría no haber perdido mis recuerdos. ¿Qué hubiera sido de nosotros si jamás los hubiera perdido? ¿Ahora cómo seríamos?

-¿Hm? -me di cuenta de una sensación extraña que me hizo enderezarme.

Miré hacia afuera y abrí los ojos de par en par cuando unos ojos rojizos me miraban desde la oscuridad... un zorro y no cualquiera. El miedo de una presa me invadió por completo, sentía el peligro y quería huir, ahora sabe donde vivo y eso es algo de temer. Lo vi alejarse hacia el bosque y desaparecer en él, me alejé de la ventana con las pulsaciones aceleradas y un hormigueo en la espalda que pronto se transformó en punzadas dolorosas.

-¡Agh...! -solté entre dientes cayendo al suelo de golpe.

El dolor aumentó, miré sobre mi hombro pero apenas podía ver. Me aferré a mi hombro, pegando mi frente al suelo y soltando quejidos de dolor.

Me dolía... mucho...

-M..Mamá... p..papá... -traté de llamarlos pero el dolor aumentaba y mi voz se quebraba.

Traté de levantarme y apoyarme en mi escritorio, pero el dolor me hizo retorcerme y terminé tirando una caja de maquillaje que provocó un estruendo en la habitación. Caí al suelo, en posición fetal como si esto me ayudara con el dolor hasta escuchar los pasos apresurados de mis padres quienes abrieron la puerta con cautela.

-¿Sarah?

-M..Mamá... duele -dije apenas verla frente a mí.

-¿Qué es? ¿Las heridas...? -negué con la cabeza y me abracé aún más fuerte mientras empezaba a sollozar.

-L..La espalda... duele mucho.

Papá se agacha hasta mí junto a mamá y acaricia mi espalda un segundo antes de cargarme en brazos y mirar a mi madre.

-La llevaré al clan -sentencia.

Mamá asiente y papá sale inmediatamente de casa, extiende sus alas y vuela rápidamente hasta la punta del monte, donde estaba el clan. Agarré con fuerza la remera de mi padre y apoyé mi rostro en su pecho mientras seguía llorando del dolor que no se detenía.

-Está bien... está bien, princesa... ya casi llegamos -murmuró mientras me abraza con un poco más de fuerza para consolarme.

Sentí que bajábamos en picada hasta que él comenzó a correr un poco y pasó por una puerta. Comencé a escuchar voces lejanas pero incluso mi audición se escuchaba distorsionada y mi vista estaba borrosa. Apreté con fuerza la mano de mi padre y dejé escapar un grito de dolor que apenas y yo pude escuchar, podía sentir como si algo desgarrara mi espalda dos veces.

-¡Papá!

Pude distinguir la voz de Jayd entrando a la habitación. Los doctores me inyectaron algo que no sirvió para detener el dolor, pero comenzó a hacerme sentir sueño. Aún así me arqueé hasta que algo pesado me inclinó a un lado y justo cuando pensé que caería inconsciente... algo cayó frente a mi rostro. ¿Una pluma? Se ve blanca pero... al estar ensangrentada no puedo decir mucho.

Cerré los ojos, no podía soportarlo más... Lo único que recuerdo después de eso es a mi familia, mirándome asombrados.
Cerré los ojos y dejé de sentir dolor por un tiempo, me había quedado dormida gracias a la anestesia que me han inyectado y al dolor que me ha hecho quedar inconsciente.

ENTRE GARRAS Y ALASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora