Salté del borde de las rocas junto al comienzo de la cascada, hice un clavado, hundiéndome en el agua y luego nadando hasta la roca en donde estaba sentado Eiden.
-Diez de diez -habló sonriendo y levantando sus pulgares. Sonreí a la vez y me acerqué más hasta sentarme a su lado.
-¿Quieres intentar? -pregunté.
Él me mira un segundo, luego a la cascada y suspirando se levanta. En realidad no espero que lo haga, pero quisiera alentarlo a ir aunque sea allí, un paso más para bajar el miedo que tiene.
-Bien, pero que conste que lo haré mejor -dijo aún así, haciéndome reír a mí.
-Quiero ver eso.
Él sonríe de lado y se quita la playera, abrí los ojos de par en par bajando la mirada hacia sus abdominales, sentí mis mejillas ardiendo por lo que aparté la mirada rápidamente.
-¿Te subo yo o vas solo? -pregunté volviendo la vista a su rostro y tratando de no bajar.
-Iré solo, como el hombre independiente que soy -hizo una pose apuntándose a sí mismo, causando que ambos soltáramos otra risa.
Pero él comienza a alejarse y pude apreciar su espalda. Me acomodé en mi lugar mientras suspiraba y veía su espalda bien formada, ancha y perfecta, pero sin darme cuenta bajé la vista aún más...
Agité mi cabeza, cerrando los ojos y golpeando mis mejillas para reaccionar y dejar de pensar en cosas como esas, pues no era apropiado hacerlo en este momento.-Idiota... deja de mirarle el trasero -me regañé a mí misma.
Volví a mirar a Eiden cuando este se alejó tanto que ya no pude verlo más, solo hasta que apareció en donde anteriormente yo estaba, asomándose casi sin poder acercarse al borde. Lo veía nervioso, sudando frío y apartando la mirada sin poder hacerlo.
-¿Estás bien? -pregunté alzando la voz solo un poco, pues sabía que sus sentidos lobunos lo ayudaron a escucharme.
Eiden me mira tratando de responder pero en cambio se aparta del borde, esperé un poco antes de levantarme y luego de exprimir toda el agua en mi cabello y ponerme unos shorts, -pues andaba en bikini-, extendí mis alas y fui hasta él. Encontré a Eiden cubriendo su rostro con ambas manos, respirando agitado y con el cuerpo tenso. Se frotaba el rostro y se pasaba la mano por el cabello con frustración y molestia.
-Hey... -me acerqué y apoyé mi mano en su hombro con delicadeza-. Está bien, no tienes que hacerlo si no puedes... el que hayas venido hasta aquí ya es suficiente.
-Pero... quiero hacerlo. Cuando tú lo haces se ve... emocionante y divertido. No me gusta que mi miedo me detenga de hacer cosas así -resopló.
-Pero no puedes obligarte a vencer tu miedo en un segundo. Puedes ir poco a poco y yo puedo ayudarte -comenté.
Él me mira de nuevo, bufa resignado y suspira para calmarse. Mira al borde y decide acercarse, noté que sus pasos se volvían dudosos y temblorosos al estar cada vez más cerca del borde. Me acerqué a él y lo sujeté del brazo cuando sus piernas quisieron retroceder. Él me mira sonreírle con ternura y me devuelve la sonrisa con agradecimiento.
-¿Quieres que nos vayamos? -pregunté y él negó.
-Quiero que saltes conmigo -pidió un poco apenado-. Si tú estás a mi lado, creo que puedo hacer lo que sea.
El sonrojo en mis mejillas volvió a aparecer acompañado de un leve ardor. Me aferré a su brazo y asentí encantada por ayudarlo. Ambos miramos el borde, Eiden empezó a temblar un poco así que lo sujeté por la barbilla con delicadeza y lo hice mirarme.
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ENTRE GARRAS Y ALAS
Fantasía|| 4/4 saga "Volemos siempre juntos" || || Uso de canciones, créditos a sus creadores || Ser la sombra de tu familia es algo que frustra tanto a la menor de los Rais. Conocen su apellido pero no su nombre, pues eso será algo que ella cambiará. Hará...