Para Hinata no era fácil, su celo había llegado bien puntual el 15 de este mes, se había encerrado en la habitación de Tobio, había metido entre tirones toda la ropa de este a la cama, se acurrucó entre el gran nido y entre jadeos pesados dejó que el aroma de su alfa lo relajara, hacia demasiado deseaba hacer su nido y esperar a que llegara ese terco chico a fecundarlo pero entre los meses que había estado en Japón solo tuvo la oportunidad de estar en Tokyo este mes.
Su respiración era extremadamente pesada, cuando Kenma lo llamó para preguntarle por su salud se dio cuenta que las palabras salían con dificultad, escucho su voz suave decirle que ese sentimiento era porque estaba entre el olor de su alfa y su celo había explotado, también le escucho decir que el pelinegro debía volver esta noche a Japón.
El sonido de la puerta le hizo abrir los ojos, el sol brillaba con fuerza y su alfa lo miraba con alegría - hola boke - su voz sonaba más profunda, sus ojos mostraban un fuerte deseo, sacó un poco más la cabeza del enmarañado nido y le sonrió - kageyama~ te extrañe! - el alfa le sonrió mientras se acerca a a pasos lentos, recorriendo con la mirada el cúmulo de ropa y mantas sobre la cama - mmm ¿hiciste un nido? - la mano medio carrasposa le acarició la mejilla, afirmó con su cabeza mientras se dejaba acariciar - esta hermoso ¿puedo entrar? - no sabía porque, pero la pequeña alabanza a su nido lo hizo feliz, tomó la muñeca del más alto y lo adentro a su pequeño espacio.
Ese día, después de muchos años, ambos cuerpos por fin se encontraron de nuevo.
La saliva babosa del alfa se mezclaba con su sudor, los dedos que jugaban a abrir su estrecha entrada con ferocidad y la boca que succionaba con ancia su rosado pene - Tobio... Adentro - el de ojos azules lo miró con intensidad mientras deja por fin de chupar su pene - mm lo se, lo se, pero tenemos toda la noche, ahora quiero hacerte sentir bien, quiero que mi omega se derrita en mis manos - la voz pícara y deseosa hicieron que su vientre pícara, se levantó hasta la boca de su amante y lo beso, de verdad quería sentir su miembro entrar y corromper sus entrañas, lo necesitaba, aparte de que el olor a hormonas, feromonas y sexo lo enloquecian, ni hablar de su propio calor que quemaba bajo las caricias posesivas de Tobio - por favor... Entra - su voz salió suplicante, los dedos que habían estado moviéndose a la par de embestidas imaginarias salieron de su interior, su alfa miró los dedos llenos de su propio lubricante y sonrió, este pequeño ser era todo lo que había pedido - esta bien, pondré el condon... No me Mires así boke, no queremos cachorros aun...- toco su rostro con amor mientras introducía su falo en él - en este momento no eres consciente pero eres un jugador de voleibol, acabas de volver, luego cuando tengas la mente clara hablaremos sobre todo, ahora solo disfruta - y asi, bajo sus suplicantes ojos llenos de deseo Tobio lo beso con pasión.
