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Fue fácil ver el tiempo irse, la graduación de los de tercero, pasar de ser de primero a ser de segundo, competir con aquel peli naranja, practicar sus colocaciones, todo eso era fácil y aunque el enorme vacío de sus senpais era difícilmente llenado por sus compañeros de segundo, sabía que Karasuno seguía siendo fuerte, sabía que entrarían nuevos chicos que buscaban triunfar, sabía que habían más ojos mirando en la dirección de aquella parvada de cuervos.

Entonces, los días pasaban como rutinas, los torneos llegaban, los estudiantes se quedaban hasta que el sol desaparecía en aquel estadio, las perdidas llegaban y las victorias volvían. Y allí estaba él, dando un pase perfecto a aquel chico que había logrado crecer 2 milímetros en medio año, allí estaba él viendo como a ese ser tan extraño le salían alas y como lleno de belleza remataba el balón fuera de la línea - Debes estar bromeando - susurro al ver como aparte de su fracaso aterrizaba en la maya de una manera nada majestuosa, escuchó las risas de sus compañeros y vio como aquel que olía a naranjas daba un brinco para ponerse en posición de ataque, era curioso como la estamina de este ser parecía no tener fin - Venga reyama, dame el mejor pase que tus torpes manos puedan - también era curioso como lograba sacarlo de quicio con solo abrir su diminuta boca, vio como el balón se elevo en su dirección, era un remate perfecto, miro hacía la izquierda y con toda la fuerza que sus manos lograron acumular lanzo el balón por los aires, hacia arriba, con un ángulo del que se sentía orgulloso, la velocidad era perfecta y el sonido que hizo cuando Hinata se elevó por los aires e impacto contra el suelo lograron erizar su espalda, aquel mini ser era un pequeño monstruo capaz de rematar todo a su pasó, era como - la ficha que le faltaba a mi rompecabezas - sus pensamientos se le adelantaron, al igual que la estridente risa de Hinata, quien lo miraba mientras soltaba fuertes carcajadas - ¿en eso piensas? en rompecabezas - soltó algo parecido a un bufido ahogado y continuo riendo - que rey mas idiota tenemos en karasuno - el único sonido en el gimnasio era aquella risa, la que sonaba tierna y perfecta en su mente, pero aparte de ese bello sonido, no había más, Tsukishima chisto con burla después de un momento - claro, la pareja del rey debe ser más estúpida -  su rostro se sintió caliente, miro con furia al de gafas y noto como este lo miraba lleno de orgullo, claro, como no hacerlo, le ganaba en muchas cosas; altura, inteligencia, había jugado con Bokuto...y Kuroo, tenía a un lindo omega ya marcado ¿desdé cuando consideraba marcar a un omega como una victoria? miro de nuevo al que reía sin parar, claro, desde que lo vio rematar uno de sus pases considero importante eso - tsk cállate ya Hinata, le daré el balón a otra persona si no...- el golpe de unas manos en el suelo y el saltó que dio lo hizo callar, su mirada era sería, esa que hacía cada que quería un pase perfecto, aquella mirada que lo enamo... no, eso no, solo se sentía motivado - mueve tu culo idiota o juro que te pateo, si no lo haces te lanzare el balón a la cabeza justo como tú lo hiciste -  Hinata al escuchar eso, tembló con fuerza y dio un saltó hacía atrás cubriendo su cabeza como un pequeño animalito asustado y así de simple fue seguir practicando por lo que restaba del día, aunque su mente aun era un caos.

Cuando estaban limpiando la chanca el entrenador llamó al más bajo, le dio una nota de permiso que cada mes le daba y es que sería poco decir que después de aquel partido, Hinata comenzó a ser tratado como un niño pequeño, los senpais lo cuidaban y el maestro junto al entrenador habían formado un plan de ataque para los  omegas en el equipo, anotaron las fechas en donde tenían sus celos, habían pedido al instituto permiso para que estos se ausentaran durante esa semana y aunque era molesto era lo mejor, no poner mucha carga en los miembros mas débiles del equipo, eso había dicho el vicerrector, aunque eso no era verdad, no eran débiles, Nishinoya era el escudo infalible de Karasuno, Yamaguchi era aquel ser que lograba disminuir el tiempo del partido y confundir a los oponentes y que decir de Hinata, era la espada más afilada que tenían...aunque no sabía mucho de los más recientes omegas sentía que no debía subestimarlos - ¡Tierra llamando al extraterrestre rey! ¡Kageyama! das miedo cuando te concentras, asustas a los de primero - la voz quejumbrosa de Hinata lo hicieron reír, enserio era linda, tenía el tono perfecto para molestarlo y calmarlo al mismo tiempo - Ya sé idiota, practicare con ellos mientras tú solo te vuelves más inútil y estúpido - Había un chico casi de la estatura del antiguo as Asashi, sus brazos eran un poco más largos que el normal, así que de verdad quería ver si aquel chico distraído sería capaz de ocupar el lugar de la estrella  - Eres un idiota - la cara con pucheros lo hicieron reír fuerte, era demasiado lindo verlo enfurruñado.

Cuando  llegó el lunes, se sintió molestó, su mochila estaba llena de agua, sus zapatillas favoritas estaban sucias y no supo como pero yendo al instituto se resbalo y termino en el suelo, llegó particularmente tarde para el entrenamiento, sus pases estaban mal y más de una vez el balón impacto su rostro - ohhh pobre rey, no puede mantener la corte si la reina no esta -  comentó riendo Tuskishima, lo miró molestó , porque en realidad si extrañaba aquel olor a naranjas junto a él, sabía que sería una larga y molesta semana.

Días De VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora