12.

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Comienza nuestra aventura! Si tuviera enfrente ahora mismo a Sariel le daría una azotaina.

Porque se me ocurrió decir que no quería que mi vida cambiará, desde que pronuncie esas palabras, no solo mi vida ha cambiado sino que ha dado un giro de 180°.

Cuando arreglo una cosa, aparece otra, porqué simplemente no podría haberse quedado quietecito en el palacio, pero eso no va con él. El es un chico malo, siempre en problemas y cuando no los busca estos lo encuentran.

Uno de los guardias cree que lo vio acompañado de, se me avinagra el zumo que tome de solo pensarlo.

De Verónica claro! Un solo día ha estado fuera del Inframundo, bueno o eso creía, el muy idiota se ha ido por voluntad propia, el guardia dice que pudo escuchar como Verónica le decía que eran compañeros.

Cosa que veo altamente improbable, el no tiene aún dieciséis años, no ha tenido su primera transformación, por lo tanto ni el la puede reconocer como compañera y ella tampoco, hasta que no cumpla la edad ella tampoco puede notar nada.

Que bobo! Cómo se ha podido dejar engañar, si tan solo hubiera escuchado las explicaciones del abuelo alguna vez, sabría que eso no puede pasar. Pero claro el no puede pensar con la cabeza, sus hormonas descontroladas son las que dirigen su cuerpo.

Nos dirigimos hacia el Tártaro, creemos que es allí donde se dirigen, allí es donde está Lucifer y la mayoría de sus seguidores. Se que es una trampa, pero que más podemos hacer...

El camino hacia el Tártaro es complicado tenemos que atravesar los prados Asfódelos, parece simple, a priori no hay demonios, pero no hay peor enemigo que el que no puedes ver.

Son almas en pena, están pérdidas, confusas y aterradas. No comprenden porque están ahí.

Le he preguntado a papá sino sería más fácil crear un portal e ir directamente allí, su respuesta a sido contundente NO, no se puede usar su poder para cualquier inconveniente que se desarrolle.

Eso es discutible.. pero se que es algo perdido el siempre tendra razón y yo no.
Llevamos varias horas de camino, aún falta demasiado con un paso constante y descansando solo lo necesario  tardaríamos dos días en llegar, por lo que mi hermano y la víbora solo nos sacan medio día de camino.

Le ruego a Dios que no beba agua del río Lete, en los difuntos sabemos cuál es el efecto, olvidan los momentos previos a su muerte, pero en el caso de los seres vivos, desconocemos el resultado.

Eso me aterra, pensar que podría olvidar toda su vida y ser controlado a su antojo por la víbora, me llena de tristeza y de ira.

A medida que avanzamos hacia el Tártaro, el calor se hace más notable, sin contar el olor a azufre, antes de venir aquí pensaba que era un tópico. Ahora se que no!

Escuchar los murmullos y los lamentos me están volviendo loca, se ve que este era el premio por ser la reina de este lugar.

Soy la única que escucho estos lamentos, pero no solo eso yo los puedo ver, son seres transparentes, carecen de cara, son realmente aterradoras.

De momento no interfieren nuestro paso, ya lo hicieron hace un rato, nos rodearon, me costó convencer a mamá y a Azrael para que no se movieran. Lo que menos deseo ahora mismo es que se dé una posesión.

Intente hablar con ellos, pero son solo la sombra de lo que un día fueron, no hablan, ni parecen entender mis palabras. Solo gritan y se lamentan por el dolor.

Ojalá pudiera hacer algo por ellas, pero cómo? Supongo que sí papá habla con Dios  y le explica solo un poco el funcionamiento de este lugar. Podré hacer algo útil con ellos.

Heba "Entre dos mundos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora