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Louis arrastraba los pies sosteniendo la caja que guardaba todos los recuerdos de él y Harry; desde un pedazo mal recortado del boleto del barco -que raramente el español aceptó darle- hasta la colilla del cigarrillo que fumaron juntos ese mediodía pegados a las barandillas del barco.

Veía a la gente pasar, mientras él parecía un fantasma que caminaba sin rumbo, sin destino fijo. Y era que estaba cansado, le dolía el cuerpo y los ojos se le cerraban por el sueño, además estaba experimentando ese mareo que suele aparecer luego de varios días de viaje en barco.

Y su cabeza, su pobre mente agobiada, no estaba presente allí, si no que lo estaba en los mil y un insultos que su madre probablemente le daría en cuanto la llamara... así que mejor estaba pensando en enviarle una carta. Se ahorraría los disgustos.

Levantó su vista para observar como era que Niall lo miraba; parecía que tenía unas ganas inmensas de matarlo.
En cambio, Zayn estaba fumándose un pucho apoyado en las maderas mohosas y Harry... no podía verlo, como si se hubiera esfumado en el momento en que él se quedó hablando con su primo.

Apuró sus pasos, era casi gracioso verlo trotar con una caja pegada al pecho, pero no le importaba cuando, hilando todo en su cabeza, llegó a comprender que quizás Harry se enojó por eso. O malinterpretó las cosas.

Se podía escuchar claramente como era que las, ya desgastadas, alpargatas de Louis, chasqueaban contra lo que parecía cemento y arena mojada. Era casi tan engorroso como difícil el tener que abrirse paso por esa mezcla, pero lo hacía, no le importaba cuando se trataba de Harry.

Al llegar a la punta del muelle, suspiró, y luego llenó sus pulmones de aire mientras reducía la velocidad.

Al parecer, Harry sólo estaba acostado mirando al cielo, con las manos en su estómago y los rizos desparramados en las viejas tablas. Pero bueno, no podían juzgar a Louis, el ser de estatura baja y no poder ver bien por la altura a la que estaba ubicado ese muelle, no eran cosas que pudiera modificar.

Se acercó hasta ellos a pasos lentos, y con la mirada de Niall traspasándole la piel. Incluso podía jurar que si pudiera soltar cuchillos, ya estaría muerto.

Se puso de cuclillas y luego de rodillas frente al rostro de Harry, y se quedó observando su belleza unos segundos; sus facciones relajadas, sus rizos definidos, sus manos finas y su perfume... tan dulce y aniñado, volvía loco a Louis.

Se inclinó y le dio un beso que hubiera sido sólo un roce de labios si Harry no le hubiera sostenido las mejillas y lo hubiera obligado a quedarse ahí; enroscado las lenguas y mordiéndose los labios como si estuvieran solos.

Niall carraspeó, arruinando el momento y recibiendo un codazo por parte de Zayn, quien tiró el cigarrillo hacia el agua con la intención de detener a su hermano de cualquier estupidez que estuviera por hacer.

—¿Y ése?

Louis le dio un último beso en los labios a Harry, y luego rozó su nariz contra la suya, en una especie de beso esquimal que era tan íntimo para ellos. Y, por alguna razón que sólo él sabe, se tardó más tiempo del que debía para levantar la vista y contestarle al rubio.

En realidad, era porque no le debía explicaciones a Niall. Si Harry se lo pedía, se las daría, porque le importaba.
El alemán sólo era un amigo más.

—¿Quién?—terminó por contestar.

—El de la nariz bonita, que te abrazaba recién.

—Ahh.—Louis se acomodó el flequillo con las dos manos, mirando hacia abajo para disimular la sonrisa que se había ensanchado en su rostro; a Niall le gustaba su primo.—Liam... Liam Payne.

Inmigrantes [L.S] ✔ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora