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La espalda de Harry generaba esa fricción que bien podía considerarse la más molesta de todas, pero no si Louis lo embestía sin cansancio, martillando su punto y haciéndolo gemir bajito mientras lo mantenía preso entre la puerta y su cuerpo.

Ninguno sabía cómo habían llegado a eso, pero Louis no podía dejar de darle la razón a Zayn, no cuando recordaba específicamente el hecho que "era como una droga". Y literalmente, esa noche, consumaron su amor infinidad de veces. Y ninguno parecía cansarse, siempre necesitaban más.

Louis sostuvo las piernas de Harry, las cuales ya no tenían fuerza para seguir entrelazadas en su cintura, y lo levantó, acomodándolo de tal forma, que un simple giro de caderas lo hizo gritar.

—Shh.—Louis siseó, llevando sus manos hacia los labios de Harry.—Nos van a descubrir, ¿eso querés? ¿Qué nos descubran?

Las manos del español se aferraron a la espalda del italiano como si de eso dependiera su vida, y era que sentía que si lo soltaba, caería al vacío del océano.

Louis separó los glúteos de Harry para poder llegar más profundo, sintiendo que no podía tener lo suficiente de él, que quería más, lo quería todo.

Estaban siendo tan brutos, tan diferentes a como lo habían hecho la primera vez. Parecían dos animales hambrientos, necesitados de un pedazo de comida con premura.

La libido de Louis había aumentando desmedidamente al observar el cuerpo blanquecino del español, sobretodo cuando vislumbró las marcas de sus huellas dactilares alrededor de su cintura; era su piel teñida de colores medios amoratados y rojizos lo que le encantaba, porque sabía que eso definía a Harry como suyo.

De repente, el sonido de un papel siendo tirado por debajo de la puerta los sobresaltó. Louis ejerció presión sobre los labios de Harry, porque el muy atrevido no podía dejar de gemir su nombre, y moriría de la vergüenza si alguien lo escuchara.

El italiano desvió su mirada hacia el piso para ver el retazo de papel blanco, teñido con una caligrafía demasiado prolija para ser verdad.

"Nos vamos a las diez, no se tarden. Zayn"

Suspiró al leer de reojo, y levantó su vista hacia el reloj para observar que eran las cinco de la mañana; el horario en que Harry y él veían el amanecer. Y no quería perdérselo por nada en el mundo.

Se inclinó hacia el oído de Harry y le susurró:—¿Así o más?

Y el español no sabía si fue el tono lascivo que Louis usó con él, o si fue la manera en que chupó su oreja y luego tiró de su lóbulo, haciendo que toda su piel se le pusiera de punta, pero le dio un empujón demasiado lujurioso como para contestarle de igual forma.

—Más.

Louis no pudo evitar el relamerse los labios y apretar con más fuerza los glúteos de Harry. Despegándose con cuidado de la puerta, caminó hacia la mesa que estaba contra la cama y apoyó a Harry contra ésta.

—Voy a darte tan duro, tanto...—jadeó, comenzando a embestir rápido y certero, apoyando su mano sobre el abdomen de Harry para darle mayor intensidad. El español quedó alucinado con ese Louis, y no quería que terminara, quería quedarse en ese momento pecaminoso para toda la vida.—Dios, Harry, no vas a poder sentarte en una semana.

Harry soltó una de esas risas que abrazaban el alma de Louis y hacían que su corazón bailara de alegría al escucharlo. Y era que Harry le generaba todo eso y más.

El momento fue demasiado para ambos, tanto que acabaron juntos y con un gemido que bien podría considerarse como la canción más lasciva de todas.

Inmigrantes [L.S] ✔ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora