La Hija de la Plaga

ONE

Muchos años antes...

Arthas Menethil, antes de que fuera conocido cómo el Rey Exánime, fue príncipe de Lordaeron, hijo del Rey Terenas Menethil II, heredero al trono y se convirtió en Caballero de la Mano de Plata con 19 años. Sylvanas Brisaveloz, conocida cómo la Reina Alma en Pena o Dama Oscura, fue en vida la segunda entre los hermanos Brisaveloz, General Forestal de Lunargenta. Su hogar era la Aguja Brisaveloz, en los tranquilos bosques de Quel'thalas.

Sus caminos se cruzaron cuándo Arthas con intenciones de utilizar la Fuente del Sol para revivir a Kel'Thuzad, se encontró una férrea resistencia por parte de los altos elfos, liderados por Sylvanas Brisaveloz. Arthas Menethil, el traidor de Lordaeron convertido ya en un caballero de la muerte, apareció de improvisto en las mismas fronteras de Quel'Thalas al mando de un ejército de no-muertos. Kelmarin, uno de los exploradores de Sylvanas, rápidamente le informó de que el azote de no-muertos se acercaba a la primera puerta élfica. Sylvanas organizó a sus Errantes, y se fue a observar con sus propios ojos al saqueador de Lordaeron.

Tras encontrarse cara a cara con Arthas, le sugirió que diese la vuelta. Sin embargo, Arthas replicó que la mismísima muerte había llegado a Quel Thalas y comenzaron su asalto a la primera puerta élfica. A pesar del empeño de los Errantes, Arthas pudo bloquear con éxito gracias a sus aliados nigrománticos y a los descomunales nerubianos que actuaron como máquinas de asedio. Sylvanas y sus forestales sobrevivientes huyeron hacia la segunda puerta y se dio cuenta de que ella sola no podría ganar esa batalla. Sin embargo, mantuvo la esperanza en los magistrix de la Fuente del Sol, si supiesen lo que se acercaba, podrían inclinar la balanza a su favor.

Arthas continuó sin descanso hacia la segunda puerta, matando a todos los elfos que se interpusieran en su camino. Sólo podía alcanzar su objetivo, la segunda puerta élfica, tras usar la Llave de las Tres Lunas. Sylvanas destruyó el puente que llevaba a la segunda puerta en un intento por detener el avance de los no-muertos, aunque resultó ser en vano, ya que Arthas ordenó a sus secuaces crear un enorme puente con cadáveres para complementar el paso.

Sylvanas se retiró a la Aldea Brisa Pura y evacuó a sus ciudadanos. Con poco más de sus forestales más incondicionales quedándose a su lado, Sylvanas decidió tomar una posición final antes de que Arthas se abriese camino hacia Lunargenta. Cada mensajero que enviaba a la ciudad era asesinado, y Sylvanas coordinó un ataque aéreo de dracohalcones para hacer frente a los invasores. Sin embargo, esto también resultó inútil.

Sabiendo que su muerte se acercaba, Sylvanas sólo pudo pensar en su hermana, Alleria, y miró el collar que le regaló. Pensó que probablemente podrían volver a reunirse pronto. Su batalla final contra Arthas se produjo al este de la Aldea Brisa Pura, quien para ese momento estaba frustrado por la resistencia que había mostrado Sylvanas. Los dos pelearon, aunque la General Forestal no pudo igualar la potencia de la Agonía de Escarcha, que destrozó sus armas y atravesó su abdomen. Según Arthas, fue Sylvanas quien llevó la condena a los elfos nobles, ya que su objetivo principal era solamente la Fuente del Sol.

Desde entonces Sylvanas se volvió la Sirviente de Arthas cómo un Alma en Pena, con su conciencia intacta, sin embargo sus actos eran controlados por el Rey Exánime. Arthas torturó el alma de Sylvanas por puro placer por mucho tiempo, hasta que le devolvió su cuerpo; el cual estaba escondido bajo llave en un cofre cómo trofeo; convirtiéndola en una no-muerta corpórea. Sin ella poder actuar por su cuenta, con el poder de dominación, Arthas siguió sus torturas con el cuerpo de la Ex General Forestal, incluso en ocasiones la usaba para satisfacer sus deseos carnales, siendo esto algo que la marcaría para siempre. Pasaron algunos meses y Sylvanas sintió un cambio enorme en ella, las influencias de Ner'Zhul sobre ella cayeron, sin embargo se lo guardó y siguió actuando cómo si siguiera bajo el control del Rey exánime.